¿Qué impacto tendría, en todo sentido, la mudanza griega al Orfeo? Rubén Magnano, el entrenador, plantea que el tema tiene dos caras bien visibles. “Para la gente sería muy positivo, porque, de tener la fortuna de llegar a la final, podría elevarse de manera notable el número de espectadores. Por su parte, en lo deportivo hay que evaluar cómo influiría salir del lugar en el que entrenaste y jugaste toda la temporada. De todos modos, si hacemos esa apuesta hay que hacerse cargo de la circunstancia”, dijo.
“Me parece muy positivo el hecho de la apertura de la institución, para abrirse y permitir que semejante cantidad de personas puedan presenciar una final”, agregó.
De todos modos, Magnano prefiere no avanzar demasiado. “No quiero ahondar mucho en esto, porque sería ir muy rápido y no quiero ocupar mi cabeza en esa cuestión. Quiero concentrarme en nuestro posible rival para los cuartos de final”, sostuvo.
¿Hay un tiempo mínimo para habituarse a un nuevo estadio? El DT verde dice que no hay una fórmula: “Nadie puede determinarlo. Por ahí jugás y las metés a todas y por ahí te cuesta más”.