Cuando terminó el partido, en el marco de la nota final de la TV, Leo Gutiérrez se rompió ante la cámara y no pudo evitar el llanto por los nervios y la bronca contenida. El público cordobés trató muy mal a su ex estrella. Mientras Leo repetía “Yo no cagué a nadie... yo no cagué a nadie”.
Luego más tarde en la conferencia, el ala pivote de Peñarol, clave en el partido, reflexionó sobre la situación: “duele que me traten así, pero son cosas del juego. Soy un profesional y me la tengo que bancar. Yo no le hice mal a nadie, sólo pensé en el bienestar de mi familia. Para mí venir a Peñarol fue un desafío deportivo y una mejora económica. Me fui de Córdoba pero por eso no dejo de querer a Atenas, ni a la ciudad”.
Y finalmente explicó que el llanto del final “fue por los nervios acumulados. Es que se me juntó jugar contra Atenas y la reacción en mi contra de la gente. Me descargué llorando, porque soy así. No venía bien, no podía ayudar al equipo como quería y al final me desahogué. Pensé que estaba preparado para jugar contra un ex equipo, pero se ve que no era así”.
Por último Leo analizó el partido “fue un partido distinto a los demás. Un primer tiempo con muchos aciertos de Atenas, pero en el segundo tiempo jugamos con buena defensa y mucha fricción, metimos bolas claves y un último cuarto muy bueno, lo cerramos bien. Nos ayudó la lesión de Cantero. Sacamos una diferencia y lo sentenciamos con varios rebotes ofensivos seguidos”.