Atenas, en las derrotas en la llave final ante Peñarol, nunca pudo superar el 50% de efectividad en lanzamientos. Desventaja que debe suplir si quiere nivelar la serie.
Los números son claros e impiden andar con vueltas a la hora de graficar las derrotas de Atenas en esta serie final de la Liga Nacional. Podría decirse que los tres partidos que perdió Atenas con Peñarol tienen un factor común: los bajos porcentajes en lanzamientos. Con números pobrísimos y con un elenco “milrayitas” que estuvo siempre inspirado en la serie, la historia se le complicó a los cordobeses.
Sebastián González y Sergio Hernández, técnicos de ambos conjuntos, coincidieron en que el equipo verde falló muchos lanzamientos cómodos y considerados fáciles en momentos claves del tercer partido.
Aunque esto fue moneda corriente durante los dos juegos en Mar del Plata y también en el del miércoles pasado. El básquetbol se nutre de estadísticas y los porcentajes no fueron buenos para Atenas. Para los verdes encontrarle la vuelta a la serie le está costando. Nunca pudo llegar a convertir el 50% de lanzamientos de campo en los partidos en que cayó, al margen de haber tenido buenos números de dos puntos en el segundo encuentro de la llave (22 de 38, un 58%). En el primer juego de la definición, la diferencia a favor de Peñarol fue clara, en gran parte gracias a su efectividad de lanzamientos de tres puntos (14 de 26, un 54%), situación que bajó de manera considerable en el segundo, pero que volvió a ser un arma destructiva para las aspiraciones cordobesas en el encuentro del miércoles. Sin embargo, y a pesar de mermar la producción en el juego “2” desde la línea de 6,75; florecieron otros sectores de la cancha para enmendar la falta de “bombazos”, llevando el promedio de cancha por encima del 50% en todos los casos, con un total de 93 de 167 (56%).
Para un equipo como Atenas, que mantuvo buena efectividad durante gran parte de la temporada es un hecho preocupante. Pero también debe tomarse en cuenta que enfrente se encuentra Peñarol, un equipo que también se caracterizó por ser fuerte en ataque, más si se suma que los cordobeses nunca pudieron volver a su primer amor en gran parte de la definición de la 2010/11: la defensa.
Pero la serie no terminó y el conjunto griego sabe que la puerta está abierta para mejorar esos números y forzar una definición más larga. Por ahora la historia es favorable a Peñarol, pero los números pueden mejorar el próximo domingo, desde las 21. La tarea no es sencilla, pero como dijo Hernández “Atenas se potencia en momentos adversos”.