Una historia repetida

La previa: Una apuesta fuerte

Es imposible de evitar. Casi que es más fuerte que todos nosotros. Cada vez que está por empezar una nueva temporada de la Liga Nacional de Básquet, es una tentación enorme ubicar a Atenas de Córdoba entre los candidatos a salir campeón. O al menos a llegar lejos. Quizás solamente por el peso de la historia, más que por el pasado reciente y el equipo armado, pero tienta colocar al Griego arriba en las predicciones previas a una nueva campaña.

Y si encima, más allá de lo hecho por Milanesio, Campana, Oberto, Osella, Magnano y compañía hace muchos años, el Griego arma un equipo importante, es más factible soñarlo como candidato. Un trío foráneo de categoría (Mickeal - Baxley - Jones), un entrenador probado como Capelli, y un grupo de nacionales de jerarquía (aunque veteranos) hacían que el hincha de Atenas se ilusione bastante de cara a la 2016/2017 que estaba por empezar poco después.

Sin embargo, había dos detalles a tener en cuenta. El Norte era claramente más fuerte que el Sur, y Atenas había armado un equipo demasiado sostenido en jugadores de edad avanzada, más allá de las indudables cualidades que tenían y que ya habían demostrado tener en la competencia. Fuera de eso, el Griego partía como candidato, al menos, de clasificar a playoffs dentro de una Conferencia Norte más dura que nunca por la gran cantidad de buenos equipos.

La primera fase: Lejos de la pelea grande

Más allá de todas las especulaciones previas, el comienzo fue durísimo para Atenas de Córdoba. El Griego perdió sus cuatro primeros partidos del campeonato (dos de ellos en casa) y rápidamente se alejó de la pelea por llegar al Súper 4. Por si eso fuera poco, el 0-4 fue el detonante para la renuncia de Adrián Capelli. Empezaba un nuevo ciclo del Zurdo Miravet al frente de un Verde que, más allá de estar último, tenía potencial para crecer de a poco.

Es cierto que Atenas jamás tuvo en la primera fase el nivel que su gente pensó antes de que arranque el campeonato, pero lo cierto es que la llegada de Miravet refrescó el clima en Córdoba. Más allá de no pelear nunca arriba, el Griego ganó 6 de sus últimos 14 duelos de la primera fase (casi un 50%) y cerró la etapa inicial con un 6-12 no tan duro teniendo en cuenta que la segunda fase estaba por comenzar poco después, y que el equipo venía en alza.

El comienzo de la segunda fase: Buena despedida

Esa tendencia se ratificó en los cinco partidos con los que Atenas cerró el 2016. El Griego ganó cuatro de sus duelos (entre ellos algunos complicados, como Olímpico en casa o Quilmes en Mardel) y solamente perdió ante Peñarol en el Islas Malvinas. Más allá de no estar entre los seis, el 10-13 con el que clausuró el 2016 dejó al Griego bien parado de cara a la etapa decisiva de la Liga en la que se definirían los clasificados a los playoffs del Norte.

El final de la segunda fase: Derrotas e ilusiones

Más allá de haber levantado las copas navideñas ilusionado, el comienzo del 2017 fue letal para Atenas. El Griego apenas ganó uno de sus primeros seis partidos del naciente año, su registro cayó a 11-18 y cortó al Zurdo Miravet con poco menos de media serie regular por delante. Llegaba un viejo trabajador de la dirección técnica como el Turco Arduh para intentar darle forma a un equipo que lucía muy mal pensando en la parte más importante del certamen.

Ya con Arduh, el Griego ilusionó de entrada con una rutilante victoria en casa ante San Martín de Corrientes (12-18), pero tres derrotas al hilo lo hiceron retroceder a 12-21. Hace rato que Baxley había sido cortado e iban llegando foráneos de dudosa calidad, pero los triunfos ante Obras en Córdoba, y Echagüe en Paraná pusieron a salvo al Verde de males mayores. El 14-21 era poco para pensar en la clasificación, pero era enorme para salvarse del descenso.

Tres derrotas al hilo fuera de casa (14-24) dieron paso a cuatro éxitos al hilo en Córdoba y cinco victorias en seis juegos globales (19-25). Sin embargo, el contexto de la temporada Griega ya estaba marcado de cara a la última docena de partidos de la serie regular. Atenas necesitaría un casi imposible 50% para llegar a la conversación grande, mientras que la horrenda temporada de Echagüe de Paraná lo terminó salvando con tranquilidad de la pelea abajo.

Con ese panorama, Atenas hizo algo que puede llegar a darle muchos dividendos a futuro. Al no tener problemas de descenso (terminó 15 triunfos arriba de Echagüe), Arduh le dio pista libre a una camada de juveniles con la que el hincha de Atenas se puede ilusionar pensando en las próximas temporadas. Lema, Chiarini, Baralle y compañía regaron las canchas argentinas de talento y desfachatez, demostrando que están para algo más que solo la Liga de Desarrollo.

Balance final: Una historia repetida

Dentro de las pocas cosas positivas que se pueden rescatar de la temporada 2016/2017, está justamente el final de la misma. Lejos de la pelea en los dos extremos de la tabla, el Griego puso un grupo de pibes que no solamente demostró que pueden jugar en la Liga Nacional, sino que también están capacitados para ganar partidos. Es saludable saber que en Atenas, una de las canteras más fructíferas del básquet argentino, hay talento de sobra para el futuro.

También relacionado con lo mismo, está la participación positiva de Atenas en la Liga de Desarrollo. Si esos chicos pueden jugar en la máxima categoría, ni hablar que pueden ganar en la LDD, y lo hicieron. No alcanzó para quitarle al trono a Bahía Basket o para superar a un Ferro (reforzado con Gramajo o Cuello) en el Final Four jugado en Caballito, pero ya todos saben que Atenas siempre da pelea en el torneo que nuclea a las promesas de nuestro básquet.

Haciendo un mix entre la 2016/2017 que pasó, y la 2017/2018 que se vendrá, no hay que olvidarse de algo fundamental como es el área de prensa, comunicación o marketing. Históricamente Atenas fue de los peores en este aspecto (algo imperdonable para su historia y para una ciudad como Córdoba), pero a poco de terminada su participación en esta temporada, el Griego sumó refuerzos de importancia en estos rubros. Felicitaciones y a redoblar esfuerzos.

Arrancando con las cosas no tan buenas, está el armado del plantel para la temporada que pasó. Se sabe que en una Liga Nacional de 56 partidos de fase regular, más playoffs, copas internacionales, Súper 4 y demás, con viajes que no siempre son buenos, más los entrenamientos o Liga de Desarrollo, las piernas frescas son fundamentales. Atenas se basó demasiado en la experiencia y en la veteranía de jugadores probados, pero grandes. Y, una vez más, le fue mal.

Los cambios realizados durante la temporada no siempre fueron acertados. Se sabe que en todos los grupos hay situaciones que no son conocidas por el gran público y que muchas veces generan cortes, pero apellidos como Capelli o Baxley son muy importantes en este torneo y podrían haberle dado más a Atenas en caso de seguir. Más allá de los pibes, el Griego terminó agradeciendo que estaba Echagüe en la Conferencia Norte para evitar tener males aún mayores.

Fotos: Prensa LNB.

Leonardo Chianese (@leodeflores)