La noche del domingo cuando se enfrentaron Monte Basket y Bahía Estudiantes terminó, más allá del triunfo visitante, haciendo foco en lo extradeportivo.
Un simpatizante local, provocado por un bahiense que mostró la camiseta, se cruzó de tribuna y le dio una verdadera paliza, lo que motivó un descontrol general.
“La idea es generar una rivalidad, pero así no tiene sentido”, entendió Juan Ignacio Sánchez, base albo, ayer, con mayor calma.
El público reaccionó cuando Pepe levantó los puños, tras el libre que parecía definitorio, miró a la tribuna local y, luego, arengó a los hinchas de su equipo.
“Veníamos de perder tres partidos y lo lógico era poder festejar con la gente que nos había ido a ver; eso no significa generar violencia. Si los jugadores no podemos festejar con nuestra gente, ¿qué podemos hacer?”, se preguntó Sánchez.
De todos modos, mostró su repudio a la violencia y aseguró que lo une un vínculo con la ciudad balnearia.
“Es el lugar donde veraneo --aclaró Pepe-- y tengo muy buena relación con la gente. Espero que esto se termine acá y que las dos partes entendamos que la sana rivalidad es un bien para la Liga y para todos”.
--¿Qué te pasó en el tiro libre final, que no le pegaste al aro (si lo hacía, con 5 décimas por jugar, decretaba la victoria de Estudiantes)?
--Quise pegarle al aro y en el afán de intentar errarla, le pegué al tablero. La verdad, no tenía tan clara la regla. Debo admitir que fue un error mío.
El tema
“Quiero pedir disculpas por los desmanes de anoche (por el domingo) y repudio la agresión que hubo. Nunca más debe suceder. Además, fueron aclaradas las discusiones que se generaron en la mesa de control con Firpo (comisionado técnico) y con Pisani (DT de Estudiantes)”, reconoció el intendente montehermoseño Alejandro Dichiara.
“La gente de Monte se queja de la actitud que tuvo Pepe, aunque también lo insultaron todo el partido y, lógicamente, tiene sangre. Me parece que se armó un lindo clásico, siempre y cuando continúe dentro de los carriles deportivos”, apuntó.
Monte amaneció ayer con un tema central. “Para nosotros es un sueño lo que estamos viviendo. Un equipo local, en una ciudad de 8 o 10 mil habitantes, jugando en el máximo nivel argentino. Hoy (por ayer) se hablaba de básquet en cada rincón de Monte. Estos partidos sirvieron para entender que tenemos un equipo combativo y para que la gente se identifique”, opinó.