Juan Alberto Espil está acostumbrado a las difíciles. Su mano caliente es una constante en un equipo que no deja de imponerse a sí mismo. Y anoche no fue la excepción. Después de un inicio deslucido, Estudiantes tuvo coraje para dominar basquetbolística y psicológicamente a Monte.
“De 20 partidos que juguemos así, se nos dá una sola vez. Fue complicado porque Monte en gran parte nos borró de la cancha. En el último, Monte se quedó sin juego y eso nos permitió ejecutar tiros incómodos, pero con eficacia. Ahí logramos remontar, llegamos palo a palo al cierre y el triunfo se dio a favor nuestro por una jugada especial”, dijo el escolta, quien terminó con 29 puntos (máxima de temporada y que incluyó 6-13 t3 y 5-5 t1) y trepó a los 12.002 en la Liga Nacional.
El escopetero remarcó que este éxito tiene un plus: “Son triunfos que quedan en la memoria de cualquiera porque sentíamos que estaba perdido. Estudiantes demostró que tiene ganas, corazón y mucho coraje. Ahora vamos por más”.
