El regreso (que no fue) de Carlos Delfino movilizó a todos. A los de Boca, a los de Ferro y también al ambiente del básquet porteño. En esta nota exclusiva de Pick and Roll, todos los entretelones de una noche que derrumbó mitos y unió al básquet argentino.
Autor:Leonardo Chianese (@leodeflores)
El partido de este martes (en realidad su alrededor, que es lo que nos ocupa en esta nota), se empezó a jugar mucho antes del salto inicial en el Héctor Etchart. El viernes a última hora de la tarde se conoció la noticia de la llegada de Delfino y a partir de allí se empezó a palpitar lo que pasaría en Caballito. La ansiedad creció con la conferencia de prensa que el Lancha brindó el lunes en la Bombonerita. Todos querían que sea martes a la noche.
Y ese martes a la noche llegó. Y Boca se vistió de gala ya que sus jugadores viajaron en el mismo micro ploteado con los colores del club. Ese ómnibus que supo ser usado por Tevez o Gago, llevó a Delfino, al Pipi Barreiro (quien posó junto al Lancha en la foto previa a la salida del plantel) y al resto del equipo Xeneize hacia Caballito. Ya en el centro de la ciudad de Buenos Aires, faltando más de media hora para que arranque el juego se veía que el marco sería diferente al de un juego común de la Liga Nacional.
Las casualidades, si es que existen, quisieron que la primera vez que Delfino se vista de azul y oro en una cancha sea en el Héctor Etchart. En el medio del ruido porteño y en un escenario lleno de presente y pasado. Casi como un guiño del destino hacia el olímpico argentino. Y ese Etchart, literalmente, desbordaba. Se veía que no iba a ser un juego más. No podía serlo. Y, claramente, no lo fue. Todos vamos a recordar (perdón por el recurrente uso de la primera persona) lo que pasó en Caballito este martes.
Siendo alrededor de las 20:45 apareció Boca en la cancha. No estaba, casi como palpitando que no iba a jugar. Hasta que apareció. Y Leo Marmuggi, showman de Oeste y vieja debilidad de quien les escribe, lo mencionó por primera vez. Siendo sinceros, la cancha no se vino abajo porque muchos de Ferro estaban haciendo la previa en el quincho, mientras que los de Boca todavía no habían entrado en su totalidad. No hizo la entrada en calor, se quedó hablando con Nico Gianella, gran amigo y punto clave en su llegada a Boca.
La presentación olímpica (vaya paradoja) iba a ser un termómetro de la vuelta de Delfino a la Argentina. Y ahí recibió el aplauso de todos, de los propios que lo empiezan a idolatrar en la descarnada pelea ante Hispano, y de los extraños que querían ganar para superar a San Lorenzo. Y, seguramente, también de los neutrales. Porque no se vaya a creer que eran todos de Ferro o de Boca. Habría muchos que desafiaron el horario (y el despertador del miércoles) buscando ver a una de las vacas sagradas del básquet argentino.
Y después llegó el partido. Allí Delfino pasó a ser un actor de reparto en medio de las andanzas de Cuello, Balbi, Clemente, Lampropoulos o Pérez. "Poné a Balbi", le suplicaba un plateísta local a Castiñeira cuando Boca se acercaba y el base estaba en el banco. "Hispano va perdiendo, tenemos que ganar", susurraba un fana Xeneize ante las buenas noticias que recibía desde Junín en su celular. Durante los cuarenta minutos hubo duelo futbolero del bueno, cánticos, chicanas, aliento, menciones al Nacional B, al abandono.
El Etchart era un hervidero. Gente parada hasta en los pasillos cantando por sus colores, hinchas visitantes (toda una rareza en los tiempos que corren) y muchísima pasión. "Poné a Delfino la p....." chicanearon los locales cuando Oeste sacó diez en el segundo tiempo. "Somos locales otra vez....", respondieron los visitantes cuando Boca se acercó y solamente se escuchaban voces Xeneizes. Hasta que el último tiro de Gargallo fue devuelto por el aro, Ferro se quedó con la victoria, y todas las atenciones volvieron al Lancha.
La gente de prensa de los dos clubes armó una rápida rueda de preguntas en un improvisado corralito atrás de uno de los aros, el más cercano al vestuario visitante. Allí apareció Delfino, sabiendo que el eje de la atención mediática era él, aún sin haber entrado a la cancha. Habló de sus lesiones, de sus ilusiones en este paso por Boca, agradeció la enorme recepción recibida por ambas parcialidades y hasta analizó la pelea por evitar el último puesto en la Sur. Hasta que, muy amable y siempre con una sonrisa, se despidió de la prensa.
Las cámaras se apagaron, las luces del Etchart también. Selfie por acá, pedido de chico de inferiores de Ferro por allá, Delfino rumbeó hacia el micro que estaba desde hace largos minutos en la mítica puerta de Avellaneda. Y sí, todos nos quedamos con ganas de más. Pero también todos sabemos que el jueves está cada vez más cerca y el Xeneize recibirá a La Unión de Formosa. Y allí estará el Lancha, seguramente, sumando sus primeros minutos en cancha con la azul y oro. La 10 de Boca. La de Maradona, Riquelme o Tevez, lo espera este jueves.
Usala Lancha. Boca te necesita. El básquet argentino también.
Leonardo Chianese (@leodeflores)
»ALEXIS08/03/2017 15:34
Se han dado cuenta que hay que vender entradas de visitante siempre???? BOCA ES PUEBLO Y CARNAVAL .UN ESPECTÁCULO LA HINCHADA DE BOCA COMO SIEMPRE. SER DE BOCA ES MAGNIFICO
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»El equipo de León11/03/2017 05:09
Boca en básquet no es sinónimo de nada Alexis. El que llenó la cancha fue Delfino. Boca no vende entradas. La gente que fue al Etchart es la gente que va siempre a ver a Ferro. Pero como evidentemente vos sos hincha de fútbol dificilmente lo entiendas. Abrazo y esto es el básquet, una familia
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»Jose Palazzo08/03/2017 17:04
Anoche a pesar de la derrota (soy hincha de Boca) me fuí feliz del templo del básquet. (para mi eso es el Hector Echart) Verlo nuevamente de bote a bote, con hinchas de los dos equipo alentando hasta el último segundo, es un espectáculo inigualable. Los jugadores de los dos equipos estuvieron a la altura y nos brindaron un muy buén partido. Emoción e incertidumbre hasta el último instante, algo que solo nos puede dar este deporte, el para mi, mejor de todos. Carlos Delfino, uno de nuestros próceres, fué el disparador de esta noche mágica. Ojalá los dirigentes, en especial los de Boca que declararon que "el básquet en capital no prende" y "al hincha lo único que le importa es el futbol" se den cuenta lo equivocados que están cuando le dan la espalda a la naranja.
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»ezequiel08/03/2017 18:28
con cordoba preprando jugadas hasta ginóbili puede perder la bola, un desastre. Boca se salva del descenso sólo x sus hinchas
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»verdolaga08/03/2017 19:26
Se nota que no vas mucho a ver básquet. Ferro siempre llena la cancha, ni hablar los últimos meses. (hasta la llenamos en el Torneo Federal) El tema de las entradas de visitante es porque tu presidente considera el básquet amateur y no permite visitantes en el Conde (no quiere pagar seguridad o no quiere que le copen la cancha). A Carlitos se lo recibió con respeto a pesar de ser rival de turno, pero se debe estar arrepintiendo por el tema de la hinchada. Vamos Oeste!
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»maggi09/03/2017 16:25
bue....no es muy difícil llenar ese "estadio" no entran más de 1000 personas
salute
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»verdolaga10/03/2017 12:43
El Héctor Etchart tiene capacidad para 3500/4000 personas, sólo el Poli de Mar del Plata lo supera en la Liga.