Que el de anoche era un partido especial se notó también en el vestuario albo, donde esta vez el plantel tuvo libertad de dar entrevistas previo a ingresar a la charla postpartido.
Reque Newsome fue el primero en hablar.
“Jugamos muy bien. Sabíamos que teníamos que ganar e hicimos nuestro trabajo. En un partido tan difícil como el de hoy (por anoche) la respuesta estuvo en nuestra defensa. Necesitábamos parar a Taylor abajo y frenar los triples de Acosta y lo hicimos. Después, en ataque jugamos inteligentes”, dijo el MVP del partido (23 puntos, 9 rebotes, 4 asistencias, 2 recuperos y 10 faltas recibidas para 36 de valoración).
Ah, y anote una tapa fundamental a Acosta a 53s.
“Me costó pero sirvió para ayudar. Es lo que quiero hacer para mí y para este equipo, que seguirá sorprendiendo en los playoffs. Te lo aseguro”, remarcó el estadounidense nacionalizado uruguayo.
Tim Jones también hizo su análisis.
“Fue muy duro... Lanús es un muy buen equipo, con un gran entrenador, tienen mucha experiencia. Fue difícil, pero gracias a Dios ganamos”, dijo.
“Me siento muy feliz porque mis compañeros trabajaron todo el año muy duro para llegar a este momento. Yo llegué hace poco tiempo, pero me siento igual de feliz por verlos a ellos así”, agregó el escolta.
Finalmente, sentado en un banco de madera con brazos apoyados en sus rodillas y mirando al piso, un exhausto Mike Robinson lograba cambiar el aire en el acceso al vestuario.
“Me duele la cabeza, el cuerpo, la espalda, todo...”, alcanzó a decir antes que llegara corriendo un excitado Pedro Franco que se le tiró encima para abrazarlo al grito de “¡Vamos Miguelito querido, vamos Miguelito querido!”.
“Fue un juego muy físico. ¿Los libres errados? Oh Dios... Pero es el deporte. Te da revancha”, se resignó Mike mientras entraba al vestuario.
