Vientos del sur que no dejan dormirme

La final nos debía un partido así. No sólo porque la paridad hace de este juego el más hermoso del mundo, sino porque los protagonistas de este duelo final tenían mucho más para dar y lo hicieron. Desperdiciaron los primeros 20 minutos pero el segundo tiempo y el suplementario fue de lo mejor, con mucha riqueza táctica y actuaciones individuales que terminaron destrabando todo.

Y tal como lo repetía el capitán Diego Cavaco en la previa “Gimnasia no tiene individualidades desequilibrantes por sí solas, nos defendemos como equipo, hoy tenemos que aparecer todos”. No obstante el enorme mérito de esos jugadores es saber que si la mano viene torcida, aceptarlo y pelear en la adversidad. A Gimnasia no le gusta valerse por sus gestos individuales. Entonces tendrá que ganar como pueda. Y lo hizo. Eso es querer ganar.

Gimnasia salió apurando las ofensivas para testear la mano de sus jugadores y cambiar de movida el ritmo de juego. A Quimsa le costó dos minutos hacer pie en el partido (4-2) y después de algunas ofensivas que terminaron con tiros abiertos errados lo encontró a Battle en ataque más una buena producción de su defensa para un parcial de 0-9 (4-11) para que Gonzalo García pare el juego con un minuto.

Después del tiempo muerto Gimnasia acomodó su defensa. Fue un león Sam Clancy para luchar la posición en el duelo con Battle, y además estuvo muy bien armado el bloque defensivo, llevando a Quimsa a la incomodidad absoluta. El equipo fusionado prácticamente no pudo responder por otra vía que no sea la del tiro de tres puntos. Como buscando solucionar con su buena puntería lo que por juego no tenía y le fue mal (1/11). La virtud fue seguir defendiendo pero Gimnasia también erro tiros con ventajas y el partido se cayó en los errores de ambos para cerrar 9-14 el primer cuarto con un triple sobre la chicharra de Mainoldi.

La rotación completa del banco de Quimsa en el segundo cuarto terminó por desvirtuar el juego. Ambos fueron puro empuje, corazón y defensa. Pero a la hora de ejecutar en ataque estuvieron con muy baja eficacia, con pocos segundas instancias (para tantos errores) y sin ninguna forma de atacar de cerca el canasto.

Silvio Santander siguió su plan de juego metiendo mucha rotación pero esta vez buscaba alguna solución entre sus individualidades que le den algo de gol. Y nada. Gimnasia igual, con la poca posibilidad que le da a García rotar con siete jugadores aun así buscaron formaciones alternativas hasta que el entrenador encontró en el doble pivote (Guaita y Clancy) más los tres perimetrales bajos (De Los Santos - Schttmann y Scala) la mejor versión ofensiva de su equipo.

En los dos minutos finales del segundo cuarto Gimnasia encontró una pequeña ráfaga de 7-3 para cerrar el primer tiempo apenas uno por abajo (23-24).

Parecía un marcador de primer cuarto, no de primer tiempo, pero los porcentajes hablaban por si solos: 7/20 en dobles (35%) y 3/7 en triples con el dato asombroso de no haber tirado ni un solo libre en toda la primera mitad. Mientras Quimsa llevaba 7/19 en dobles y 3/17 en triples (18%) habiendo tirado solo tres libres. El dato: Robert Battle había jugado solo 9 minutos del primer tiempo por sumar dos faltas. Los 11 minutos de Crawford dieron lo de siempre: defiende para 9 y ataca para 2.

Los primeros 5 minutos del tercer cuarto fue el mejor segmento de toda la serie para Gimnasia con la misma formación del cierre del segundo cuarto, tres perimetrales bajos y doble pivote. Esa formación le dio la posibilidad de hundir a sus jugadores interiores con ventaja y jugar muy rápido en el perímetro. Un par de conversiones de Schattmann desde afuera y Guaita desde adentro le dieron la ventaja al local (39-34) para que Silvio Santander tenga que parar el partido con un minuto buscando retornar a las fuentes.

Después del minuto, Quimsa cumplió la premisa de conseguir gol y destrabar su ofensiva, pero no pudo mantener la misma secuencia defensiva del primer tiempo y el juego por primera vez se hizo de gol a gol. Y lo estábamos esperando. Quimsa empezó a alternar defensas zonales con individuales para tratar de cortarle el ritmo ofensivo a Gimnasia, pero los patagónicos ya habían entrado en ritmo, consiguiendo los primeros cuatro puntos para Clancy en el poste bajo más tres triples de Schattmann y dos de Scala. Parcial de 25 a 17 y se ingresaba al último cuarto 48-41 arriba el local.

La distancia más larga que disfrutó Gimnasia fue justamente esa, porque Quimsa no dejó de luchar. Y muy rápidamente volvió a la vida con Gabriel Deck como estandarte, en un situación rara para el número uno de la fase regular: un solo jugador tiró del carro en ofensiva, del resto muy poquito.

Para el cierre del juego Santander mandó el regreso del Penka Aguirre al campo y Quimsa se pareció más a Quimsa. El base titular pone a su equipo en un velocidad que Lucas Pérez en estas finales no logra. Acelera y el equipo tiene más cantidad de lanzamiento, pero Quimsa falló mucho en las ejecuciones. Y tanto errores Gimnasia no lo perdonó.

Con el juego 61-57 y apenas 15 segundos para terminar, Battle tomó una decisión de oro de ir al canasto y convertir el doble (61-59). Quedaban 8 segundos y 9 décimas. Luego cortaron con falta cuando corrió el reloj apenas 8 décimas de segundo. Allí Leonel Scala convirtió uno de dos desde la línea de libres (62-59) y Nicolás De los Santos hizo lo correcto cortando a Aguirre para evitar el triple. El “Penka” erró el primero y tiró a errar el segundo pero lo metió (62-60). Quimsa volvió a cortar con falta a Schattman que fue a la línea de libres con 3 segundos. El escolta erró el primero y metió el segundo (63-60). Aguirre salió con un metro de distancia por abajo de su aro y cuando llegó a la mitad de la cancha lanzó un triple que entró como un puñal en el alma comodorense para enviar el partido a suplementario.

Parecía que el envión anímico condenaba al local y potenciaba a la visita. ¿Tendría otra oportunidad de oro Gimnasia?. Allí Gonzalo García se llevó la mejor respuesta de todas: la actitud de su equipo que no negoció la victoria y no se quedó pensando en la oportunidad perdida.

Con un Schattmann encendido que convirtió 9 puntos en el suplementario todo se hizo más fácil. Quimsa careció de líder que lo sacara del abismo. El equipo se cayó en la bronca de no poder defender como lo hace habitualmente y sin tener nadie que lo compensara en ataque (Apenas cuatro libres y un triple en todo el suplementario).

La final se pone intensa y apasionante. Mérito de Gimnasia, que en su cancha y ante su gente reaccionó y mandó el mensaje esperado. Está vivo y va por más.

Síntesis
Gimnasia (63) (76): Nicolas De los Santos 11, Leonel Schattmann 32, Federico Aguerre 2, Diego Cavaco 0, Sam Clancy 14 (FI) Santiago Scala 11, Diego Guaita 6. DT Gonzalo García.

Quimsa (63) (70): Nicolás Aguirre 9, Diego García 8, Sebastián Vega 7, Gabriel Deck 17 y Robert Battle 14 (FI) Leonardo Mainoldi 4, Lucas Pérez 5, Juan Fernández Chávez 6, Chaz Crawford 0. DT Silvio Santander

Parciales: 9-14, 23-24, 48-41 y 63-63
Árbitros: Alejandro Chiti – Juan Fernández y Robert Smith
Estadio: Socios Fundadores – Comodoro Rivadavia

Foto: LNB.com.ar
Crónica: Pablo Tosal (@pablotosal)