El básquet, su “rehabilitación”

Se denomina hipoacusia a la disminución de la capacidad del oído de oir y/o entender los sonidos. Este es el problema que tiene Fabio Fernández este ala pivote nacido el 4 de marzo de 1992 en la localidad de Comandante Fontana en el interior de la provincia de Formosa.

Esa imposibilidad de oir no ha sido obstáculo para que Fernández haga realidad el sueño de crecer jugando al básquet. Obviamente con muchas contras en el camino, a partir de este impedimento, como es muy simple imaginar por un segundo.

Al no poder oir, Fabio no aprendió nunca a hablar y ha buscado entender y hacerse entender a través de señas, sin que para esto disponga de chico de una rehabilitación que al menos lo prepare con el lenguaje de señas que se suele aplicar para casos como el suyo.

Entonces fue creando su lenguaje para achicar esa brecha que por ejemplo fue encontrando en su vida cotidiana y ni hablar de lo que vendría después cuando comenzó a sentir entusiasmo para jugar al básquet.

Sus cualidades en la cancha rápidamente lo hicieron sobresalir en su localidad de Fontana. Dotado con muy buena técnica para el juego interior, rápidamente fue detectado por La Unión de Formosa en la búsqueda que realizó desde sus inicios por todo el interior de la provincia con la idea de encontrar potenciales jugadores de básquet.

Así apareció Fabio Fernández en la historia de La Unión y al mismo tiempo nacía una nueva gran oportunidad para él, no solo para el Fabio jugador sino para el Fabio hipoacúsico. Es que el club realizó una apuesta. Lo trajo a la capital de la provincia para que compita en los torneos de la Federación Formoseña de Básquet y allí no tardó nada en mostrar lo que sabía hacer en la cancha. Esto lo llevó a integrar diferentes seleccionados en las categorías menores y también llegar rápido a jugar en la primera división local con la camiseta de Estudiantes.

Su aterrizaje en el plantel de La Unión llegó y así ha venido trabajando en todos estos años bajo las órdenes de Gabriel Piccato, con las particularidades obvias por su impedimento, pero con un gran espíritu solidario de todos. Es que cada parte de La Unión de Formosa entendió que su vida con el básquet pasó a ser su mejor rehabilitación, buscando compensar el tiempo perdido. Y fue así que el club fue más allá y contribuyó con esa rehabilitación con dos juegos de audífonos, uno que utiliza para la práctica del basquet y otro para usarlo en la vida cotidiana. Con este equipamiento, que demandó una importante inversión económica, Fabio ingresó al mundo de los sonidos. Con sus nuevos “aliados” comenzó a experimentar una sensación nueva y, como se decía, el formar parte hoy de La Unión de Formosa ha significado llevar adelante la rehabilitación necesaria para progresar, esperando que con el trabajo constante y paciente de todos los que lo rodean en el club, sea de enorme utilidad para que puede ir dejando atrás esas limitaciones que hoy tiene para entender y hacerse entender.

Así hoy a Fabio, en cada uno de los entrenamientos o en los partidos que le toca estar en el equipo, se lo observa con una vincha que cubre sus orejas para proteger sus audífonos, con lo que ha logrado dar este primer paso de escuchar para luego pensar en poder ya expresarse sin necesitar de su propio lenguaje por señas que lo acompañó en toda su vida.
Para Fabio Fernández, su nueva vida en el básquet, con La Unión de Formosa, ha significado simplemente la mejor rehabilitación que podía encontrar para enfrentar su impedimento auditivo. Es una de las historias de esta Liga Nacional que no va emparentada con la crueldad de la competencia pero que deja ver con enorme naturalidad hasta donde se puede contribuir para mejorar la calidad de vida cerca del deporte.

Prensa La Unión.