Aguirre: “Jugaba al fútbol de cinco y me parecía a Mascherano”

Los dos deportes de mayor atracción para un niño son los dos que realizó desde pequeño el Penka (NdeR: “Penka se le dice al cactus en Santiago del Estero y cuando de chico me cortaba el pelo me quedaban como las espinas”), “Siempre, de chico, mi familia y mis hermanos hacíamos fútbol y básquet pero mas me gustaba el fútbol. Pero mi viejo siempre estaba metido en el club donde jugaba al básquet y ahí iba siempre también”.

En principio, el fútbol era lo suyo pero esas cosas del destino hicieron que forzosamente tuviera que darle mas seguido a la naranja, empezando a abandonar el deporte de la número cinco.

Bendito el clavo, el vidrio o lo que haya sido, que un día le pinchó la bicicleta, su medio de transporte para trasladarlo hasta el club de fútbol, “A jugar al fútbol siempre me iba en bici, quedaba a ocho cuadras. Después se me pinchó la bici y no fui mas a fútbol (risas), el bicicletero estaba a dos cuadras y era imposible que vaya también (risas)”, dice Nicolás sobre el momento donde todo se empezó a volcar por el lado de la naranja.

Y a quién te parecías Penka: “Jugaba al fútbol de cinco y juego como Mascherano, con jogo bonito (risas)”.

Pero a pesar de que en sus inicios le fue bastante accesible jugar al básquet y hasta incluso casi una obligación de familia, “porque me llevaba mi viejo casi obligado digamos porque era dirigente del club y me decía que tenía que ir o había compañeros míos del barrio que siempre me pasaban a buscar”.

Mas adelante tuvo que pasar varios obstáculos que lo fueron formando mentalmente haciéndolo un jugador de mucha personalidad y actitud. Casi de casualidad las cosas se empezaron a dar como cuando tuvo que ir a Carmen de Patagones a jugar un torneo Juvenil con su club Olímpico, “En Liga Junior jugando para Olímpico de La Banda, siendo Cadete, por diferentes motivos no va uno u otro y justo el técnico me conocía. Salgo del colegio una y media de la tarde y mi viejo me dice preparate que tenés que viajar. Después del torneo en Carmen de Patagones me ve Hindú de Córdoba y ahí jugué dos años en los torneos locales”.

Quiso probar suerte en otros lares, así fue a Regatas de San Nicolás donde no quedó “por problemas con el pase”; Mas adelante, “A los 17 voy a Elortondo y no me querían y después a Firmat pero ambos equipos jugaban en Liga B y tenían también jugadores experimentados y hay que pagar derecho de piso, no era fácil. En Elortondo había un base con similares características y por ahí querían a ese mas experimentado y en Firmat había un dirigente que no me quería a mí sino al base del equipo que jugaba en contra, decía que el otro chico jugaba mejor. Pero el técnico de las inferiores me conocía y me hizo quedar y jugué en las inferiores y después en la Liga B”.

Fue a partir de ese entonces que el panorama empezó a mejorar en cuanto a lo deportivo porque su gran actuación con el equipo santafesino en la Liga B le permitió ser tenido en cuenta para la Preselección Argentina Sub 19, “ese año perdimos la final del ascenso con Escobar y teníamos la oportunidad de poder estar en la Preselección Argentina ya que ese año se hacía en Serbia el Mundial Sub 19 y después fue un logro para mí quedar y jugar el Mundial”.

Su andar tranquilo dentro de la cancha, demasiado para algunos hasta terminar de conocerlo, pero con una gran visión de juego al punto que sus cortos 22 años parecen ser 40 en experiencia, lo llevaron a Quilmes de Mar del Plata y más tarde, siempre de la mano del Huevo Sánchez, a Boca, desde donde llegó hasta nuestras tierras.

Hoy forma parte de la estructura principal de Gabriel Picatto y si bien costó –como toda su carrera- de a poco va metiéndose a los formoseños en los bolsillos con algo que él sabe hacer…jugar al básquet.

Foto: Majo Gil. (mjgil@pickandroll.net)

Fuente: launiondeformosa.launiondebasquet.com.ar