Los Tigres barrieron la final de la Liga Nacional Movistar y festejaron a lo grande. Mariano Ceruti dirigió la batuta de un plantel que inundó el vestuario visitante. Pick and Roll te cuenta la intimidad de la celebración del campeón. El domingo sigue ya que la institución cumplirá 98 años de vida.
Autor:Juan Manuel Rodríguez (jmrodriguez@pickandroll.com.ar)
El 92-81, marcador del cuarto partido de la serie final de la Liga Nacional Movistar, reflejaba varias cosas.
Por un lado significaba la justa y merecida coronación de un equipo que fue candidato desde el primer día de competencia. Libertad, después de buscarlo durante muchos años, se abrazaba a la gloria e inscribía su nombre entre los campeones.
Al mismo tiempo el título de los sunchalenses marcaba el final de la temporada 2007/08, ciclo que estuvo marcado por la irregularidad de varios conjuntos, donde las localías se hicieron sentir y ganar de visitante fue una quimera.
Pero en el estadio Ciudad, en Santiago del Estero, la fiesta recién daba sus primeros pasos. El campeón tuvo su celebración. Dentro del parquet de juego Andrés Pelussi levantó la copa y se la ofreció al buen número de hinchas que recorrieron los más de 450 kilómetros por la Ruta 34. También Laron Profit recibió el merecido premio de jugador más valioso de la serie final y explicaba que era su primer título en Argentina y segundo en su cosecha personal (campeón de la Liga China con Guandong Southern Tigres en 2004),
En el rectángulo de juego, luego de un fuerte aplauso por parte del público local, Pablo Moldú repetía la acción que había realizado con la camiseta de Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia en el 2006 y cortaba redes. Hubo mucha algarabía. Sebastián Ginóbili miraba a la hinchada y mostraba la copa dentro de mucha emoción. El público visitante no quería abandonar el estadio. Cantaba y celebraba de lo lindo.
Alejándose del parquet, ya en zona de vestuarios, también había clima de fiesta. Los juveniles (Landoni y Domínguez) fueron los primeros en pasar por la manga azul, ingresaron por la puerta que divide vestuarios de la zona mixta y caminaron unos metros para abrazarse con el utilero y parte del cuerpo técnico.
Los jugadores fueron cayendo uno a uno. Juan Sartorelli fue uno de los mayores que primero ingresó al vestuario visitante, espacio en donde todavía en un pizarrón verde colgaban las tácticas y anotaciones de Julio Lamas. Al base lo siguió Laron Profit que respondía preguntas en inglés y con una sonrisa le negaba sus zapatillas negras a un simpatizante de Quimsa que lo saludaba reja mediante.
El tradicional bautismo de los campeones había comenzado. Sartorelli, Martín Müller, Jorge Benítez y Mariano Ceruti, como nenes de 10 años, se arrojaban agua al grito de “Dale Campeón”. Profit, sonriente, se negaba a ingresar a vestuarios y no quería saber nada con ser bañado pos sus propios compañeros.
Con la mano le hacían el gesto de que había arrugado y el americano, ex NBA, contestaba con una tenue sonrisa.
Robert Battle, que tuvo el apoyo de sus padres y de su novia ecuatoriana desde la platea visitante, entró con la copa y tampoco quería mojarse. Lucía sus músculos para la cámara de TyC Sports y cantaba. El vestuario visitante estaba inundado de pies a cabeza. Las botellitas de agua mineral eran cargadas en menos de cinco segundos y vaciadas en menos de tres. Cada uno tenía la suya y mojaba al otro. Obvio, todo bajo la atenta mirada de Battle y Profit que no se animaban a entrar al vestuario.
Pero la suerte de los extranjeros culminó cuando Ceruti tomó la posta. El escolta cargó sus botellitas, agarró otra de una bebida deportiva y salió del vestuario. “Y si, yo hice 30 puntos…”, decía el Bebo. Profit y Battle no entendían ni media palabra y se reían. Entonces el hombre más querido de la hinchada sunchalense agarró y lo empapó al pivot. Profit zafó y se fue hasta la puerta.
Lamas salió de la sala destinada para las conferencias de prensa y se dirigió hacia vestuarios. Estaba alegre y tranquilo. Su paso era típico de un turista. Desprevenido, entró como quien no quiere la cosa. Así sus jugadores lo bañaron en menos de dos segundos.
El traje oscuro y la camisa blanca pedían a gritos el final del bautismo. Lamas, sonriente, logró escapar; aunque estaba empapado. Profit, como gran MVP, seguía intacto.
Fernando Robledo, periodista que sigue por todo el país a los tigres de Sunchales con su radio FM Nuevo Mundo, tomó la copa y se sacó una foto. Pero desde el interior del vestuario le gritaron “gordo puto” y Robledo fue a buscar al agresor. Entró y lo bañaron de arriba a abajo. Así no zafó nadie; aunque Profit se reía desde lo lejos. Obvio que seco.
Después de muchos minutos de algarabía al mejor estilo carnaval, llegó el turno de la foto. Los jugadores tomaron posición y gritaban “foto, foto, foto, foto”. Los flashes tomaron protagonismo y el momento quedó grabado para siempre.
Se tomaron su tiempo y salieron todos juntos. Ceruti, que agarró al cronista de Pick and Roll y le dijo “Me retiro del básquet, con esto ya estoy hecho”, tomó un micrófono de un programa de TV local e hizo un anuncio de los festejos de su equipo. Mariano, como un chiquilín, siguió haciendo de las suyas. Entró por un costado a la sala de prensa y nuevamente habló de su imaginario partido de 30 puntos.
La fiesta fue una verdadera fiesta. Diez meses para conseguir una copa. En el fondo del vestuario, cerca de las duchas, Sebastián Ginóbili estaba sentado y miraba salir a sus compañeros. El Sepo había jugado un gran partido, pero buscando aire apoyado sobre una silla negra manifestó “estoy exhausto”.
Libertad es el nuevo campeón de la Liga y los festejos recién comenzaban. La noche estaba en pañales, mientras que la ciudad de Sunchales, a más de 450 kilómetros de distancia de Santiago del Estero, esperaba por sus héroes. Habrá gran festejo y celebraciones a la entrada de la ciudad. Para no ser menos, el domingo 25 el club cumple 98 años de vida. Hay motivos para seguir de fiesta.
Qué lindo relato. Simple, pero bien pintado. Gracias.
Lo bueno es que no tuvieron que festejar solos, porque muchísima gente de Sunchales se acercó a alentarlos, con lo que fue menos sentida la lejanía. Aunque al día siguiente, sintieron una parte de nuestro amor que desbordará completamente el domingo, día de nuestro aniversario: 98 años, camino al CENTENARIO !!!
Te quiero NEGRO !!!
AGUANTE EL NEGRO !!! Vida y Pasión.
PD: che Pick and Roll, de onda la pregunta: para qué seguís manteniendo la encuesta abierta ??? No será hora de cerrarla ??? si se te terminaron las ideas, que los hinchas te den los tópicos de la próxima. Va con onda !!!