Vuelo argentino

Por más que digan que no, el argentino se hace notar con suma facilidad. Hay, por su puesto argentinos introvertidos, tímidos, pero es un sello que cuando se juntan tres (o más) se hagan notar, sobre todo en un vuelo con mucho europeos.

Tres señoras al fondo (última fila) eran argentinas, tres hermanas cuarentonas que iban de paseo a Italia y Hungría y con ellas dos amigas más. Se pusieron al día sobre los juegos olímpicos en el avión. Al bajar en París dejaron deseos de éxitos y “saludos a todos”. Se ve que al menos para ellas los Juegos de Beijing no serán más que sus vacaciones, pero con el rapto de argentinidad dejaron en claro que no eran indiferentes.

Paris no mostró rasgo alguno que se vienen los JJOO. Al menos en el aeropuerto lo único diferente es la inusual cantidad de gente que esta viajando a diario para China.

Distinto a los enormes carteles que cuelgan del frente del aeropuerto de Ezeiza con la estampas de algunos deportistas olímpicos, y el deseo de éxitos y acompañamientos por parte de la empresa Aeropuertos Argentina 2000. Adentro, en el hall central también se hacían notar la cartelería inherente a la participación argenta en los juegos. A veces uno siente mucho gusto siendo de acá.

Lo único que sé del gigante país oriental es que China significa “Reino del medio”, como alguna vez nos contó Carlos Solari. Somos productos de la información que tenemos y lamentablemente de China se ve lo que quieren en occidente que se vea. Veremos entonces que hay de cierto y que no sobre todo lo que se dice.

La consecuencia de ser país oriental y comunista fue que los últimos 50 años sea un lugar inaccesible para el común de la gente de este lado del planeta. Y desde la caída de la URSS es el nuevo enemigo de los que manejan el mundo. Contaba el periodista Ezequiel Fernández Moore y que la inefable CNN y otros grupos de noticias yanquis vienen pintando el oscurantismo y la barbarie totalitaria a la que están sometidos los deportistas chino. Hay olor a miedo a perder el número 1 del medallero.

Yo quiero ver a la argentina sacándole un oro en básquet a USA. Si ayudamos a China o no me es indistinto. Quiero esa medalla como la queremos todos.

Beijing nos recibió nublado y con bruma. A las siete y media de la mañana no se veía a 300 metros. A propósito del nombre, en inglés es Beijing, en castellano es Pekín y en la lengua china la pronunciación correcta es una mezcla de los dos: los chinos el dicen PEIJING (acentuando en el Pei y separando la palabra)

Por último en estas primeras sensaciones en tierras extrañas debo confesar que he llegado con la valija vacía de prejuicios. Se que me que está esperando la sopa de tortuga (de la que ya hablaremos), las serpientes, los sapos. Total he traído lo imprescindible: montañas de Alikal y Tafiroles. Puede no gustar, pero en Pick and Roll tenemos pasión por meter las narices en todo.

Desde Beijing – Pablo Tosal
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