Lluvia Púrpura

Las anotaciones en un cuaderno diario no son mi especialidad. Me movilizan las sensaciones y lo cotidiano me provoca hastío. Luego de la visita a la Ciudad Púrpura Prohibida (tal su nombre en chino Zijin Cheng) me tomé un tiempo para escribirla. Suelen pasarme cosas que me cambian un poco la mirada. La Ciudad Prohibida hace que me replantee el concepto de “Monumento histórico creado por el hombre”.

No haré de este diario un espacio de enseñanza porque no es una nota periodística. Hay grandes artículos escritos sobre la Ciudad Prohibida, pero si vale la pena decir que una de las mayores atracciones del mundo y que circulando por ella al fin pude ver al menos el 30% de los visitantes con rasgos occidentales. Podía preguntar sin problemas la hora en ingles.

Se me ocurre que lo importante de encontrarse con un lugar de esta naturaleza es imaginarse en el tiempo las situaciones que se daban allí. El avance de una plaza a la otra, es meterse en un mundo maravillo, donde simplemente con un poco de imaginación te traslada al pasado.

Cada patio empedrado (o plaza) interna tiene el tamaño de una cancha de fútbol de largo y casi dos de ancho. Luego viene el siguiente palacio hasta llegar al del emperador. Tras el Palacio del Emperador hay otros iguales a los que pasamos desde el ingreso. Es como que todo vuelve a empezar. A ambos lados lo que serían las casas de los militares y servidumbre del Palacio ahora es un museo de cada época de las dos dinastías que allí vivieron: Ming y Qing,

Entonces se pueden recorrer habitación por habitación, las “cositas” que han quedado de cada Dinastía. Con mi espíritu curioso es posible que me pase tres días seguidos ahí dentro mirando todo. Tal vez se tarde más que eso en ver todo. Hay salones que reflejan las armas de las distintas épocas, otros los uniformes de los soldados sin alto grado militar, otro de los jefes, otra sala para los elementos de música. Y todo esta escrito en chino y en inglés. Además se puede alquilar (como en los museos de Europa) un MP3 especial con auriculares que te va contando todo lo que ves, lugar por lugar, pero there isn´t in spanish.

Cambio de tema. La vida en China (al menos en esta gran capital) es similar a la nuestra. Son orientales con un ingreso profundo de la cultura occidental. Los hace distintos su ancestral historia con referencia a la nuestra. Sobre todo con la americana que no tiene más de 200 años de vida. Y difieren (o lo hacían) con su “aggiornado” comunismo.

Siendo presidente del partido comunista chino, Deng Xiaoping, que sucedió a Mao Zedon, fue el artífice desde 1976 del cambio de este gigante país al mundo. Cuando se le hizo ver su transformación política fue el dueño de la histórica frase “Gato blanco o gato negro, lo importante es que caze ratones”. A una cuadra del hotel donde paro, hay dos edificios de lujo. En uno de ellos hay cuatro concesionarias de autos: Roll Roys, Maseratti, Ferrari y Lamborghini. Cuando vuelvo en taxi desde la cancha pasamos enfrente de la concesionaria de Porsche en Beijing. Todas las mañanas cuando me dirijo al subte paso por enfrente de estos súper autos. Como para empezar bien el día.

Más allá de lo lindo que puede ser vivir de turista por el mundo a veces se hace menester destacar que el orden imperante en este país es bien distinto al nuestro. Aquí hubo algo más 2000 ejecutados a muerte por el gobierno chino en el 2007. Ya sabemos que los gringos también lo hacen en algunos Estados. Como para ver que la muerte es igual en todos lados. La ejecución capital es con un tiro en la nuca y el costo de la bala se la envían por correo a la familia del ejecutado.

Lo que sorprende es el control de natalidad. Según las promociones festivas de los Juegos que se ven por televisión son 1300 millones de chinos los que esperaban que llegue Beijing 2008. Como son demasiados hay control de natalidad y desde allí surgen historias de todo tipo que uno puede creer o no. Los más vehementes sostienen que si una pareja da a luz un segundo hijo y es niña, le quitan a la madre el bebé. Todo esto surgió ante la rareza de ver en un shopping a una madre china con dos niños en brazos. Si el segundo es varón se puede salvar.

Esta mañana Beijing nos recibió con una lluvia torrencial. Sale el sol, se nubla al día siguiente y llueve al tercero. Aquí el tiempo parece matemático. Lo que me asustó fue lo siguiente: semejante cantidad de smog me hace pensar en que clase de agua es la que se evapora para luego convertirse en lluvia. Tuve la mala idea de preguntar. Respuesta: en épocas normales, fuera del control que ahora Beijing ejerce por los juegos, cuando las fábricas y el parque automotor están a pleno, el agua de lluvia destiñe la ropa. El capot de los autos es prueba de ello. La próxima vez que llueva pasearé cantando “lluvia púrpura”.

Tengo algunas cosas que contar sobre el físico de los chinos y las chinas pero lo dejaré para la próxima en mi estudio de sociedad que vengo produciendo. La del estribo: estoy harto de que me bloqueen Youtube!.

Si el mundo fuera el cuerpo humano, ¿desde donde estaría escribiendo estas líneas?

Desde Beijing – Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar

PD. Extraño mucho el asado y el mate.