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08/08/2012 22:09 | Juegos Olímpicos Londres 2012

Lebron da un recital para llevar a USA a semifinales

Estados Unidos pasó a semifinales por 119-86 gracias a una excelsa recta final, frente a una Australia que llegó a ponerse a 3 en el tercer periodo. LeBron James, que alcanzó el triple doble con 11 puntos, 12 asistencias y 14 rebotes, y Kobe Bryant, que llegó a anotar cuatro triples en poco más de un minuto, claves.
Lebron da un recital para llevar a USA a semifinales

Estados Unidos cumplió el trámite y ya está en semifinales, tras vencer, con un Lebron James histórico (triple doble incluido) a un combinado australiano que se fue como llegó a los Juegos y siendo fiel a sí mismo: dando guerra. Pegajosos hasta el límite, con amor propio y con un líder, Mills, bien secundado por el barcelonista Ingles, los oceánicos fueron una bocanada de aire fresco en el torneo y jugaron sin complejos contra el monstruo norteamericano, implacable en la recta final del partido.

Dos triples de Mills le dieron a Australia su primera ventaja (5-8, m.2) frente a un combinado norteamericano tan brillante en ataque como despistado en defensa en los primeros minutos. A poco que se concentraron atrás, abrieron brecha en el marcador gracias a los puntos de Anthony(19-12) y a las canastas cantadas que fallaba Baynes. Westbrook, con su arreón final en el cuarto, amplió la ventaja, si bien Mills mantuvo a su equipo con vida: 28-21.

Deron Williams apareció en el segundo acto con ganas de dinamitar el partido. Un triple deDurant y tres tiros libres suyos le daban la máxima a Estados Unidos (34-22). Todo le salía a los americanos. Anthony y James se divertían en la zona y el choque parecía encarrilado definitivamente. Sin embargo, Newley –menudo canastón- encendió la mecha para otro arreón australiano en el ecuador del periodo (42-34), que se quedó en mero espejismo debido a la inspiración de Deron Williams, que estiró la brecha a 14 puntos al descanso: 56-44.

Australia lo había hecho casi todo bien, defendiendo a un nivel más que aceptable, y se veía con 56 puntos recibido y con la remontada imposible. Con esa losa, quizá lo más fácil hubiera sido hundirse, mas no entraba en la forma de ser de un equipo que muere por sus ideas. Y le dieron el último regalo al torneo.

Primero fue Mills el que anotó un triple. Nada más sacar de fondo, Australia robó, el balón le fue de nuevo a las manos del base, que encestó sin dudarlo. 17 en su cuenta en ese momento. Estados Unidos fallaba, temblando por la que se le avecinaba, y Ingles completaba el 0-8 en 49 segundos de juego, ampliado hasta el 0-11 de parcial un minuto más tarde. 53-53 (m.22) y los australianos soñando con los ojos abiertos.

Andersen hacía daño en la zona, los australianos jugaban al ritmo que querían y Estados Unidos no podía encontrar a Kobe Bryant, nefasto hasta ese momento. Cuando la estrella de los Lakers despertó, el partido cambió. Un triple y, a continuación, otro robo para acabar el contraataque en triple. Entró.

LeBron, especialmente activo, completó el minuto más grande de Estados Unidos con un vistoso 2+1 (72-58, m.26), que no evitó que Australia, con un 2-8 de parcial, volviese a dar guerra (74-66), si bien, una vez más, Estados Unidos se vino arriba para despejar dudas al término del tercer periodo: 84-70. Como en los dos periodos anteriores, el 28 volvía a ser la cifra mágica para ellos.

El partido estaba roto, pero quedaba espacio para la fiesta final de Estados Unidos, con Kobe Bryant y LeBron James a la cabeza. Pese a que Barlow y Mills agotaban las últimas constantes vitales de Australia con triples, Bryant terminó de desquitarse con cuatro triples en… ¡1 minuto y 7 segundos! La fiesta del contraataque culminado en tiro lejano. Y todos le entraron. 105-80 y brazos caídos de Australia, lo que aprovechó James para seguir sumando hasta un triple doble histórico, con el que emular a Belov (11 puntos, 12 asistencias, 14 rebotes).

De ahí al final, más fiesta para Estados Unidos, con mates para Love y un Harden que aprovechó muy bien sus minutos, en una explosión final norteamericana que arrasó (119-86), a base de rápidos contraataques, el cuento de hadas que Australia se atrevió a construir durante 22 minutos de juego.


acb.com