Talleres de Tafi Viejo mostró sus dotes de trabajador, generador de recursos y dejar el básquet lo más alto posible. Volvió a licitar, y te contamos todo lo que puede hacer un club de barrio con tal de que sus chicos puedan mostrarse y jugar a nivel nacional
Autor:José Fiebig (especial para www.pickandroll.com.ar)
Es entrar al club y encontrarse con un ambiente que sin dudas te lleva al club de cada uno de su infancia. Una coqueta entrada, un lindo cartel presentando al club Talleres, y la invitación para ser parte de una familia con todas las letras. Eso es un club de barrio, una familia en toda su plenitud que despliega todas sus armas con tal de representar de la mejor manera, y que cada chico que ingresa a la cancha deje bien en claro para donde está jugando. Un club con alma de trabajador, y con ganas de que todos en el país sepan quienes son y mostrarse. La oportunidad con el U17 de conseguir avanzar a la venidera instancia, y a pesar de tener varios chicos en los juegos Evita, dejaron todo y se llevaron un aplauso final del significado que fue para los de afuera, lo que hicieron los de adentro.
Ingresamos en el club, y nos chocamos con el kiosco del club. Un club que está en pleno proceso de recambio dirigencial, donde se encuentra la comisión de padres que trata de sobrellevar los gastos y poder conseguir que los chicos puedan ser locales y como anfitriones mostrarles la mejor cara a quien llegar al club de Saenz Peña 102. La familia Orrestra (Sebastián jugando en Concordia Liga Nacional) siempre presente en la entrada, como así en tener bien presentable todo, sumado a sus hijos, que sin faltar a la costumbre tienen a la pelota como su aliado mas importante. Antonella, jugadora de la selección de Tucumán, y el pequeño Facundo siendo parte del U17 que estuvo en cancha. Además de compartir buenas historias de básquet y siempre mostrando esa amabilidad que genera las ganas de quedarse en e club. Lo mismo con la familia Gramajo (Ivan jugando Liga y U19 en la selección), y el pequeño Lautaro en cancha, siempre apoyado por su mama, y presente del otro lado para atender el kiosco y que no falte nada. Así podríamos seguir con padres y madres que trabajen buscando lo mejor para el club, cubrir los gastos tras una licitación nada barata, y tener el mayor de los premios, que los chicos puedan mostrarse y sean apoyados mas alla de los resultados. Hasta hubo un baile para los chicos, y baile de los 80´para conseguir el dinero necesario, todo un trabajo, pero con resultados a la vista.
Una linda cancha, con todos sus sponsors por detrás y de costado, los dirigentes haciendo el esfuerzo para que funcione internet, acomodar todo el cableado y darnos las comodidades para que podamos ser también parte de esa familia. Una colaboración constante, trabajar, producir, aminorar gastos y al mismo tiempo ver como va el partido, aplaudir, gritar un poco y hacerles sentir a los chicos el acompañamiento que tienen. Eso es un club, lógicamente con sus necesidades, y tratar de poder entre todos tirar para adelante, pero dejando de eso, y que los chicos (en este caso los U17) se sientan como debe ser.
Al terminar cada uno de los partidos, y si bien los resultados no acompañaron, se llevan un fuerte aplauso atendiendo al esfuerzo, las ganas y todo lo que pusieron para tratar de quedar lo más alto posible. Termina todo, se comienzan a hacer las cuentas, a ver si las cosas funcionaron entre todos y la vuelta a casa. Charlar de básquet que nunca faltan, ayudar en lo que más se pueda, que todos colaboren, dejar la cancha como se debe, atender a los visitantes, que se vayan contentos por la atención y disfrutar de cada momento. De eso se trata también, de poner todo para que luego cuando se hable de Talleres, se hable del respeto, calidad, atención y obviamente el buen básquet nunca puede faltar. Así nos fuimos nosotros de la cancha del león. Llenos de básquet, dentro y fuera de la cancha, con sus historias, viendo como un club trabaja, pero se divierte y deja todo para progresar. Fue como regresar a la infancia y acordarse donde uno jugó, esa amabilidad, esa calidad que hacen que quieras volver y alentar al club como si fueras de repente un hincha más. No faltará esa oportunidad.
Su apodo está realmente muy bien colocado. "Leones" Y no solo los que juegan y pican la pelota, sino cada mama y cada papa que transpira la camiseta fuera de la cancha aportando para y por los chicos. Regalando su tiempo para el bienestar de un club de barrio que tiene su cantera, que tiene sus jugadores en Liga, pero también los tiene afuera. Todo se refleja en lo que está afuera, y afuera de la cancha están ellos, los laburantes y laburadoras que apoyan y trabajan en pos de que Talleres siga y nunca agache la cabeza. A ellos, chapeaux
Jose Fiebig
@josefiebig
»forcha13/10/2015 21:25
Ojala la ley de derechos de formacion deportiva realmente se aplique en el basquet lo antes posible, de forma q este tipo de clubes empiecen a recibir alguna compensacion por todo lo bueno q producen para el basquet nacional...
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»Chaco14/10/2015 11:33
La ley de los Derechos de Formación esta en vigencia desde el día Lunes y los Clubes que verdaderamente trabajan y que no roban a los jugadores serán recompensados. Clubes que hacen Liga y gastan millones en jugadores profesionales y que se llevan a los chicos sin poner $1. Representantes- verdaderas aves de rapiña- ganan el 10 % del valor de cada contrato que firman . Entrenadores inescrupulosos que con el verso de la "cantera" llaman directamente a los chicos a sus celulares prometiéndoles que serán Ginóbili si entrenan en su Club para justificar su falta de dedicación con las divisiones inferiores del Club, y ni hablar del invento de la Liga de Desarrollo, un "verso" de la ADC para contener a los chicos que están de aplaudidores en el banco de suplentes y de sparrings en los entrenamientos con un Torneo de 2 meses Todo esto es la verdadera historia de los Clubes y sus inferiores.