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25/01/2017 04:16 | Especiales

@LNBRetro

Cuando 51 puntos no alcanzan

Dentro de las muchas historias que guarda el clásico marplatense, hay una que es digna de mencionar. En el 2003, Josh Pittman anotó 51 puntos jugando para Quilmes, pero el ganador fue Peñarol. Lo recordamos en LNB Retro.
Cuando 51 puntos no alcanzan

El padre eterno

Pasan los años, pasan los jugadores y la costumbre no para. Peñarol, una vez más, con todo en desventaja volvió a ganarle a Quilmes. Esta vez por 96-92 para ponerse 27-19 en el historial.

Un clásico inolvidable se vivió anoche en el polideportivo. Por los condimentos que tuvo el juego. Richotti ganó su primer clásico como técnico en un partido que pareció una vieja batalla de las tantas que él jugó.

Al minuto y medio de juego se lesionó Juan Manuel Locatelli en su hombro en un choque con Chiappero y ya no pudo regresar. Martín Vaquero ingresó en el primer cuarto. Un SI y un NO para un juego que fue de alto voltaje anímico.

Con todos los vientos a favor, una vez más, el barco que mal conduce Pedro Escarain fue una bote a la deriva. Esta vez preso de la devoción de un equipo con hambre de triunfo.

En el primer cuarto se vio lo mejor del ganador. Como un calco de lo que anticipábamos en esta misma página, Aispurúa en el poste bajo repartiendo el balón lastimó mucho con el juego de dupla con Johnson. Entre los dos convirtieron 18 de los 29 puntos del equipo.

Otra vez Escarain confundió las asignaciones individuales (como contra Gimnasia de CR) y mandó a su pivote más lento con el interno más hábil del rival (Chiappero contra Johnson) mientras que Simoni quedaba emparejado con Aispurúa.

Tanto “Tato” Rodríguez, como los pocos minutos de Locatelli y Juan Pablo Sánchez poco brindaban a la ofensiva milrayitas. En Quilmes Pittman (11 puntos) anunciaba que venía dispuesto a golear.

Pero Pittman no es un equipo. Por momentos parece el “Pichi” Campana de la temporada 90 que terminó con 44.2 puntos de promedio y su equipo, River Plate, se fue al descenso.

En el segundo cuarto, Marcelo Richotti se jugó una carta brava y le salió muy bien. Los primeros cinco minutos del segmento permaneció con un solo titular en cancha (Tato Rodríguez) y cuatro suplentes, cuando reingresaron todos los titulares a falta de 4:40 el marcador le favorecía 38-36. Es decir capeó el temporal con el repertorio de menor jerarquía.

Pero cosas raras del destino, los titulares no pudieron contener al buen pasaje ofensivo de Quilmes y Cavaco con dos triples y 8 puntos los mantuvo, más el ya famoso aporte de Pittman llevo al cervecero a ganar el cuarto 15-24 y cerrar mejor el primer tiempo.

Los atenuantes fueron la baja efectividad de Tato Rodríguez (1/9 de cancha) y el alto porcentaje de la visita (65% en tiros de campo)

En el tercer segmento, el cotejo se desdibujó entre errores de traslado, faltas en ataque y dos árbitros que se hicieron protagonistas a fuerza de errores. El partido cayó en un pozo que sólo salvó los diez puntos de Pittman en el cervecero y los 14 puntos de los internos de Peñarol dominando a los de Quilmes.

Ante un cuarteto liviano, Escarain, una vez más, venció sus propias declaraciones (“no quiero arriesgar a Vaquero”) y lo mandó a Martín a la cancha en el primer cuarto . Como era de esperar el alero cordobés solucionó problemas defensivos usado como ala pivote pero en ofensiva se mostró lento y falto de basquet.

Peñarol ganó el parcial 22-19 porque Quilmes la embocó de afuera (4/6 en triples) pero hacía rato que había perdido la línea de juego.

Para el segmento final, Peñarol fue con actitud a buscar el partido. Los cambios de marcas sobre el extranjero goleador surtió efecto y Pittman se mostró cansado. Similar a lo que vivió el “Lobito” Fernández, quien recibió el desgaste de la media cancha rival.

Los quilmeños se quejaran de los pitazos, y aunque es estrictamente cierto que a Simoni lo tuvieron de punto, no influyeron en el resultado final del partido.

El equipo local convirtió 24 de los 26 puntos en libres en el cuarto, asegurando la victoria ante la desesperación defensiva del cervecero. En el medio del cuarto brilló con luz propia la figura de Mariano Tagliotti que convirtió 15 puntos y tomó tiros fundamentales.

Derryl Johnson, Tagliotti, Aispurúa, son los nombres propios de esta edición del clásico, que se lleva Peñarol. Por ser Peñarol, por tener la idea fija de ganar el clásico y planificarlo como tal es que mereció ganar.

Sin Abadie en la previa y Locatelli recién comenzado el clásico, Con Martín Vaquero recuperado, el milrayitas ganó igual. Una sola imagen grafica el partido: Pittman descansó menos de un minuto. En ese ínterin Quilmes apenas pudo lanzar un tiro al canasto y perdió una posesión por 24 segundos. Fue una murga.

La gran pregunta sería ¿Qué mas tiene que hacer un equipo de Liga Nacional para que ganar cuando su jugador estrella mete 51 puntos?. La respuesta sería jugar al básquetbol, algo que por ahora parece imposible. Peñarol agradecido.

Peñarol (96): L. Diebold 11, S. Rodríguez 16, J.M. Locatelli 4 (L), D. Johnson 17 y S. Aispurúa 22 (F.I), J.P. Sánchez 5, Calvo 2, Tagliotti 15 (x), Bianco 4, Van Gool 0.

Quilmes (92): G. Fernández 6 (x), J. Pittman 51, D. Cavaco 16, P. Simoni 4 (x) y C. Chiappero 10 (F.I), Vaquero 5, Cequeira 0, Pérez 0.

Parciales: Peñarol 29-24, 44-48 y 66-68

Estadio: Polideportivo municipal.

Arbitros: Daniel Rodrigo-Alejandro Ramallo.

Fuente: Pick and Roll 12/4/2003.