Febamba y Tucumán jugaron un partido clave por clasificarse. Hubo rispidez, muchos fallos y un resultado muy apretado. Dentro de ese contexto, una lesión y expulsión que unió a ambas delegaciones. Un increíble historia, donde todo terminó en charlas, música y vuelta al albergue todos juntos.
Autor:José Fiebig (especial para www.pickandroll.com.ar)
Historias y más historias. El Argentino U15 contó una situación que se generó en un juego clave en busca de la clasificación a la Zona Campeonato. Un prometedor juego en la previa que luego ambos elencos terminaron demostrando. Febamba y Tucumán jugaron un juego formidable, sumamente cambiante, donde finalmente los capitalinos terminaron festejando. Dentro de ese marco hubo una situación que cambió absolutamente todo, y que derivó en una unión ciertamente inesperada.
Mediados del segundo cuarto, cuando Lucas Di Muccio penetra y cae muy mal. Una fatídica expulsión del jugador de Tucumán, con un fallo difícil de entender y comprender en general. Más allá de la regla explicada, todos los presentes coincidieron en no compartir lo sucedido. De ahí en más el juego cambió. Todo eso, sumado a los fallos arbitrales, muchas faltas, y una paridad increíble hasta el segundo final del encuentro. La camadería comenzó a surgir tras el partido. A pesar de no clasificar a la Zona Campeonato, Febamba terminó apoyando y hasta felicitando a su par tucumano. Luego del encuentro, y saberse afuera, las caras no fueron las mejores. A pesar de ello, el final del día fue distinto al esperado.
Todas las delegaciones en Paraná comen en el mismo lugar. El Centro Friuliano que deleita con excelentes comidas para los chicos y no tan chicos. Los chicos preguntando por la lesión del jugador de Febamba, y tratando de consolar al jugador de Tucumán por la expulsión que siguió siendo incomprensible para casi todos. Tucumán tuvo un percance con el colectivo ¿Quien los llevó al albergue? Si, el propio Febamba. Todos en el mismo colectivo luego de la batalla en la cancha por estar entre los mejores. Primero pasaron por el hospital para ver la lesión de Di Muccio, donde jugadores de Tucumán se bajaron para saludarlo. De repente hubo música, otro clima más distendido, charlas y tratando de pasar una situación difícil para chicos entre 14 y 15 años.
¿Quien lo hubiese pensado? Rivales acérrimos en la cancha, jugando un momento clave, y con diferencias mínimas en el juego y el resultado. Asì y todo, hubo otras cuestiones que se priorizaron. La camadería entre jugadores y ambos cuerpos técnicos, preocupaciones por el rival, y tratar de competir y saberse ganador en los otros ministeres de la vida. Quedó demostrado que no solo se gana en la cancha sino también fuera de la misma. Gestos para imitar y tener en cuenta sin dudas... Competir, querer formar y ganar, pero también generar vínculos que van más allá de situaciones de juego. A festejarlo.