El enemigo en casa

Todo comenzó en el 2015 cuando Carlos Arroyo obtuvo la intendencia de la ciudad por Cambiemos con el 47,5% de los votos, contra 36,1% del saliente intendente Gustavo Pulti. Al comenzar su gestión en diciembre lo primero que dijo fue “recibí un Municipio destruido y con solo deudas”. La operatividad del Intendente para hacer funcionar a la ciudad siempre estuvo atado a la voluntad de la gobernadora María Eugenia Vidal que destinaba las partidas presupuestarias para el rescate permanente, similar a lo que ocurría con el gobierno de Daniel Scioli y Gustavo Pulti.

Como las cuentas no se equilibraron, la gobernadora decidió intervenir y finalmente desembarcó en Mar del Plata con su gente para tomar el control económico de la administración de Arroyo. Desde hace un año es un secreto a voces que la Intendencia de Mar del Plata se administra desde La Plata.

Fue por eso que aterrizó en la ciudad Hernán Mourelle, como nuevo secretario de Economía y Hacienda de la comuna. Desde que llegó cosechó (con notable éxito) las más variadas peleas con todos los sectores posibles. Entre sus “logros” figuran:

- - Por el fuerte aumento, superior al 400%, en la Tasa de Conservación, Mejorado y Reparación de la Red Vial discutió con la Sociedad Rural a quien tildó de "caraduras" y "rentistas". Desde la Sociedad Rural evaluaron acudir a la Justicia.

- - Se enfrentó con los concejales por aumentos entre el 300 y el 1000% de la Tasa de Servicios Urbanos a quien les dijo “agoreros de turno, que no piensan en el bienestar general” y sólo piensan en “sus mezquinos intereses políticos”.

- - Aplicó un 5.000% de aumento sobre los derechos de extracción de piedra y minerales. La medida tuvo un efecto perjudicial hasta para el propio municipio, ya que las canteras que le proveen granza anunciaron que, debido a que el valor del tributo pasó de $2 a $100 pesos por tonelada ya no podrán seguir suministrando material para el arreglo de calles.

- - Intentó implementar medidas que por los fuertes reclamos no prosperaron como eliminar exensiones, gravar las exportaciones e imponerle el pago de un tributo a la actividad frutihortícola. También intentó que los profesionales colegiados e independientes comenzaran a pagar Seguridad e Higiene y exigir que los martilleros empezaran a pagar 50 pesos por día por la exhibición de carteles de compraventa en la vía pública.

- - Desarticuló a la mutual de Guardavidas alegando que había cuestiones “poco éticas” y frenó el cobro de todos los guardavidas suplentes desde el verano a hoy con la consiguiente devaluación que genera no haber cobrado en marzo los haberes y hacerlo recién ahora.

Lo descrito es apenas un paneo y modo de entender de qué modo hace política la actual administración del Municipio de Gral. Pueyrredón. Y dentro de esta voracidad recaudatoria no dejó exento por su puesto al deporte.

El problema con el alquiler de los escenarios municipales (Polideportivo Islas Malvinas y Estadio José María Minella) es que la ordenanza del ejecutivo exime de pagos de derechos de uso y gastos operativos para los partidos y entrenamientos oficiales, generando solo el costo de la limpieza del escenario.

Ante ese panorama Hernán Mourelle tuvo que recurrir al ingenio para poder cobrar el uso del polideportivo porque sabe que para derogar la ordenanza debería contar con la complicidad de los concejales que de ningún modo lo harán.

Por lo tanto se valió de una ordenanza previa del año 1996 (Nº10872) decretada bajo la intendencia de Elio Aprile que estipulaba un cobro de variable entre el 5% al 40% de las entradas vendidas y explotación publicitaria.

La disputa con la comuna se mantiene para los cuatro clubes que compiten a nivel nacional (Aldosivi – Alvarado – Peñarol y Quilmes) desde el año pasado con varias reuniones para tratar de acercar posiciones.

Sorpresivamente ayer en declaraciones al programa radial “Vencedores y Vencidos” (FM 94.1 de mardel) Mourelle apeló a la estrategia del desprestigio, para atacar a clubes que justamente forman parte del patrimonio cultural de los marplatenses. El funcionario alegó que: “El derecho de venta de la publicidad (en escenarios como el José María Minella o el Polideportivo Islas Malvinas) es del municipio. Ellos, que son unos chantas, le vienen quitando la plata a todos los vecinos de Mar del Plata desde siempre”, haciendo gala de una ignorancia supina sobre las condiciones de realización de las actividades deportivas profesionales de nuestros clubes.

En la mesa de negociaciones el secretario de Economía de la comuna les pidió específicamente a los equipos que compiten en la Liga Nacional de Básquetbol 8000 pesos por cada entrenamiento que realicen y 60 mil por cada partido de Liga que disputen.

Es necesario aclarar que ante la evidente falta de gestión para conseguir recursos que tiene esta administración, los clubes Peñarol y Quilmes ya habían tenido un gesto de acompañamiento para el problema económico de la Municipalidad, porque si bien la ordenanza les permite entrenar en el Polideportivo, los equipos solo lo hicieron de día, para no prender la luz ni pagar horas extras de los empleados. A esta altura resulta cuanto menos gracioso que el horario del personal del Polideportivo sea diurno y su uso nocturno afecte horas extras.

El problema amenaza con expandirse por las hirientes declaraciones de Mourelle y el descrédito que tiene en la mesa de negociación con los dirigentes de los cuatro clubes. Es por eso que hoy martes los presidentes de cada entidad mencionada se nuclearon en una mesa de trabajo para presentar un proyecto y una respuesta que elevarán mañana miércoles al concejal Ariel Ciano, que oficia de interlocutor en este embrollo.

De más está decir que la posibilidad de pagar tanto para Peñarol como para Quilmes es prohibitiva ya que agregaría más de 1.5 millones al presupuesto de cada equipo, situación que no podrá ser afrontada.

@pablotosal