ADN celeste y blanco: Madres e hijas que jugaron en la Selección

A lo largo de la historia de nuestras selecciones femeninas, ya sea en mayores o en categorías menores, se han dado algunos casos particulares en donde las hijas han repetido los pasos de sus madres.

No son muchos, pero esa extrañeza es la que hizo que en Pick and Roll buceáramos en los archivos y encontráramos ocho casos donde las madres primero, y luego sus hijas, defendieran los colores de la celeste y blanca.

Por orden cronológico el primer tándem de madre-hija en aparecer es el que componen Ana Teresa “Chiquita” Calderón y Marcela Colombo. La primera una fija en los equipos de los 60, con un corazón y entrega tan o más grande que su calidad. Marcela no pudo haber heredado mejores valores, perteneciendo a una camada súper aguerrida, y siendo parte de los mejores equipos nacionales de los últimos 30 años.

Elena Gálvez y Romina Cantarelli son las siguientes. La elegancia en el parquet sería un buen sinónimo de Elena, que forjó una época junto a su querido 17 de Agosto y también dejó su sello en la selección a comienzos de los 70. Romina fue parte de seleccionados menores y mayores, y hace más de una década vive en España, donde también jugó.

Antonia “Tony” Socias y Melisa Cejas continúan la lista. La alera santafesina no era sólo técnica; era estilo y una forma prácticamente única de desarrollar la posición del 3. Meli en tanto llegó a jugar FIBA Americas, Repechajes Olímpicos y un Mundial, aunque más cerca del canasto que su mamá.

Patricia Pérez y Natalia Teodori son las siguientes. Patricia, entre otros equipos argentinos, formó parte de la comitiva que disputó los Jugos Deportivos Cruz del Sur a comienzos de los 80; primera denominación de los conocidos actualmente como ODESUR. Natalia en tanto fue parte de las seleccione menores, llegando a disputar el Mundial U19 del 2011.

En cuanto a físico y rasgos, Ariana Bonnor y María Victoria Fux son dos gotas de agua. Alcanza con ver fotos de Ariana a fines de los 80 para encontrar el enorme parecido que tienen. Ella jugó en selecciones menores, y también disputó el Sudamericano de mayores del 89. “Miti” en tanto, desde el 2014 hizo su camino en las menores, llegando el año pasado a disputar el Mundial U19.

Daniela Oldani y Abril Vernazza continúan este repaso. La histórica jugadora santafesina, que actualmente también es entrenadora, fue parte de varias preselecciones nacionales, y jugó el Sudamericano de cadetas en 1992. Esa picardía, rapidez de ejecución y tortuosa defensa que puede con los nervios de cualquier atacante la heredó Abril, quien ya debutó en un Sudamericano U14.

Por último aparece el tándem conformado por Valeria Lepera y Valentina Silva. Vale fue parte del plantel que obtuvo la plata en el Sudamericano de Mayores de 1995; mientras que su hija, Valen, comenzó el camino junto con la selección en 2014 afrontando el Sudamericano U15; y al año siguiente el FIBA Americas U16. A su vez, integró el equipo que en 2016 tuvo una importante gira por Francia y España.

De igual manera hay un bonus track. Una octava pareja que merece ser puesta en esta nómina, ya que de no haber sido por horrores dirigenciales, la mendocina Laura Aset habría jugado oficialmente para la celeste y blanca.

Por esto, Aset y Genesis Toledano también forman parte de este selecto grupo; donde la más chica de la familia ya estuvo tirando magia en el Sudamericano U17.

Como en los anteriores artículos buscando traer al presente cuestiones del pasado, bien viene aclarar que pueden darse omisiones por desconocimiento; y que llegado el caso, y sin ningún problema, las notas pueden actualizarse.

El agradecimiento a todos los que ayudaron y mucho en esta recopilación, comenzando por las propias jugadoras.

Emanuel Niel
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