Que no cunda el pánico

Argentina cerró su tanda de amistosos en Las Vegas sin éxitos y con un par de derrotas muy abultadas. Para algunos, quizás los más exitistas y preocupados por el resultado como el éxito total quedaría abrumado y no le daría ni una chance al seleccionado para Tokio. La realidad es otra y seguramente quedará resguardada en Tokio. Si bien no venimos del futuro, sabemos que Argentina nunca gozó de preparaciones exitosas en resultados y esta vez no fue la excepción. Repasemos.

El elenco subcampeón del mundo en 2019 se volvió a reunir luego de ese encuentro ante España. Luego cada uno fue por diferentes rumbos, nuevos clubes, distinciones, una suba de nivel y cambio de torneos como Campazzo y Deck a la NBA, últimamente Vildoza, el draft de Bolmaro, las explosiones de otros jugadores más algunos nuevos proyectos. Todo eso hay que reordenarlo para nuevamente ser ese maravilloso elenco que emocionó en China. Nada fácil sin dudas.

Como sucede siempre, Argentina se expone ante gigantes del mundo a la hora de jugar amistosos. Primero Australia con su armada NBA, un Nigeria en plena evolución de juego y técnica con Mike Brown como entrenador y ni hablar Estados Unidos, también con casi todos jugadores de la Liga y aguardando por otros. Lo mejor del equipo en juego, ideas y desempeño fue ante Australia perdiendo apenas en la última bola con el triplazo de Mills sobre la chicharra.

Argentina, como comentó el propio Sergio Hernández, perdió la identidad en los dos juegos siguientes. Demasiado juego de 1 vs 1, poca creación, desenfoque en el juego colectivo, casi sin poder correr la cancha y sin lograr imponer su impronta. Inquietó la facilidad con la cual le anotaron cerca del poste, y los problemas para escaparse de la defensa rival, y como Nigeria dominó casi a voluntad con si físico y táctica. Muy baja eficacia externa, buscando alternativas con formaciones versátiles y como generar mayor daño. Nuevamente Scola con mucha presencia ofensiva (¿Hasta donde se lo buscará para que anote?) y el perímetro con dudas.

Hubo buenas intenciones, momentos para intentar salir del pozo pero no mucho más. Los jugadores no se alarman, mucho menos su entrenador. Saben de esta situación y jugaron buscando cuales son las mayores fallas y donde ajustar. Así y todo, el equipo lució desconectado como si no se conocieran. Estados Unidos llevó muy bien el partido, y casi no pasó apuros. Campazzo más contenido, Laprovittola desenchufado y tomando muchos tiros, sumado a la puesta a punto para Deck y Garino sobre todo desde el físico.

El poste será un tema a solucionar. Gallizzi y Delia respondieron de a ratos, le costó ganar defensivamente en 1 vs 1 y casi no fueron opciones, sino jugaron en un rol secundario muy claro. Caffaro con algunos minutos, intentando valer su mayor volumen físico y capacidad de tiro sin saber aún si será parte de Tokio pero con chances si está al 100% físicamente.

Bolmaro, quien tuvo una muy buena carta de presentación con su calidad individual, sosteniendo atrás y ganando minutos y solvencia. Poco de Brussino, quien deberá tomar responsabilidades desde el tiro y todo lo que genera. La doble base con gol estará muy presente, y tratando de no caer en la necesidad de tener siempre a Campazzo en cancha. todo para ajustar y llegar mejor.

Ya sabemos de procesos, ya sabemos de resultados en la previa y también lo que puede suceder después. Una selección que no se enloquece ante las adversidades. Habrán tomado nota de todo, como mejorar, levantar vuelo y con la autocrítica muy a flor de piel. Hay que ajustar, y sin dudas, dar un salto de calidad para llegar en buen ritmo ante Doncic y su Eslovenia. Hay tiempo, que no cunda el pánico.

José Fiebig

@josefiebig