Acorralado sacó lo mejor de si

“El mejor partido de la temporada para Peñarol” es una sentencia, subjetiva como todas, pero que lleva una montaña de argumentos. No es el mejor partido porque mete más puntos, porque mete todo lo que tira, porque gana por una amplia diferencia, sino porque en la previa del partido más delicado del torneo venció a sus propios temores y a su rival, justamente el puntero del torneo.

Por primera vez en años, Peñarol no llegaba como candidato a quedarse con el triunfo de local. ¿Razones? No estaba su técnico, no estaba su alero titular, no estaba en condiciones de jugar Leo Gutiérrez, su emblema. Si lo hizo fue porque Leo juega 50% con el corazón y 50% con el físico. Anoche jugó con la mitad que le corresponde al corazón. Jugó parado. Y finalmente porque el único extranjero que tiene tuvo que ser internado un día antes del partido con un cuadro agudo de gastroenteritis, recibió suero para no deshidratarse perdiendo kilos y finalmente el rival era la mayor oposición del momento.

El partido fue emocionante, equilibrado en todo su desarrollo, alternándose la delantera en el tanteador y aunque por varios minutos no fue vistoso, fue digno de dos grandes equipos.

Obras Sanitarias sacó una rápida ventaja inicial (5-11) a los 5 minutos que obligó a Fernando Rivero, coach anoche de Peñarol, a pedir minuto. El equipo local no la metía desde lejos (0/7 en triples en el primer cuarto) y la doble marca a Leiva en el poste bajo era todo un problema que no le permitía sacar ventajas.

Del otro lado, Obras andaba derecho con el aro. Dos triples de Schattmann, uno Pittman y uno de Mc Farlan fueron bombas que trituraron la defensa local hasta una larga distancia de 11 puntos (10-21).

Los jugadores de Peñarol se dieron cuenta que no podían hacer las dos cosas mal: no jugar y no luchar. Y como el juego no salía decidieron luchar.

Selem Safar reemplazo a un permeable Lamonte y el perímetro se endureció. El local subió la defensa al campo rival y comenzaron los réditos. Luis Cequeira cometió una falta en ataque sobre Tato Rodríguez que levantó al equipo y a la gente. Peñarol se despertó luchando y con un parcial 7-0 reaccionó al final del primer cuarto (17-21)

Martín Osimani se hizo dueño de la base pero al equipo de Lamas lo condicionó la segunda falta de Juan Gutiérrez. El pivote Alejandro Alloati no estuvo fino con el aro (0/4 en dobles en el cuarto) y Obras perdió referencia en la pintura, al tiempo que entre Leiva y luego Reinick la zona pintada tuvo dueño.

Los triples de Peñarol llegaron en el segundo cuarto con dos de Campazzo y uno de Lauría. Los “pibes” sacaron adelante el barco. Leo Gutiérrez (1pts en el primer tiempo), estático en ofensiva por culpa de su contractura, lo tuvo todo el tiempo a Mc Farlan como custodio personal. El reemplazo de Ale Diez le dio una dinámica diferente y el de Olavarría aportó 5 puntos muy necesarios. Otra vez el banco de Peñarol dio vuelta un partido y con parcial 20-11 pasó al frente 39-36. La defensa fue la clave.

En el tercer cuarto la primera racha a favor desde el perímetro le sirvió al local para despegarse en el tanteador. De repente fueron cuatro triples seguidos (dos de Leo Gutiérrez , uno de Tato Rodríguez y uno de Lauría) más tres libres de un triple con falta de Leo pusieron el marcador con Peñarol 14 arriba (58-44) con parcial 19-6.

El campeón de liga tiene una visión más emocional que cerebral de la historia y así como alcanzó a su rival desde una desventaja de 11 puntos y le sacó 14 quiso seguir jugando. Y eso a veces es imposible. Se olvidó de frenar el balón y siguió tirando triples como caramelos. Pero después de meter los primeros cuatro erró los siguientes seis.

Obras no perdió la paciencia y fue alimentado a sus internos, sobre todo Juan Gutiérrez (8 pts) quien no veía acción desde el primer cuarto. Ambos equipos jugaron con doble base para tratar de tener juego. Por largos minutos se impusieron solo las defensas, Peñarol anuló la ofensiva de Obras y viceversa, situación que los puso a ambos equipos en el Plan “B”.

Para el cuarto final la distancia era de 10 (60-50) y se esperaba una reacción más del “tachero” situación que se cumplió empujados por Osimani y Mc Farlan hasta ponerse solo a 4 (65-61).

Los momentos claves en cada partido siempre encuentra al jugador de la noche. Después de una defensa al límite de Obras y sobre los 24 segundos, Lauría tomó un triple de 7 metros y medio con nada en el reloj y la pelota entró limpita. Fue un mazazo a las intenciones de la visita, que en la siguiente acción perdió el balón y Lamonte tardó 3 segundos en cambiarlo por un doble. Resultado: otra vez la distancia se abrió 70-61 en apenas 30 segundos después de mucho remar.

Con esos nueve puntos de distancia, el local administró los últimos cuatro minutos. No le dio chances a Obras que se recupere. Luis Cequeira tuvo un partido difícil de olvidar (1/6 de cancha) porque no le salió nada y Pittman (2 pts de libres en el segundo tiempo) desapareció bajo la marca de Lauría. Obras lanzó 1/9 en triples en todo el segundo tiempo y sus aspiraciones se esfumaron. Para ganar en el poli necesita de una noche más benévola con el porcentaje desde el perímetro.

Peñarol hizo lo necesario para ganar. Sus porcentajes no fueron buenos (33% en triples, 45% en dobles y 65% en libres), su juego de equipo no brilló por pasarse el balón (9 asistencias en equipo) pero luchó, dio todo lo que tenía para dar, cambió la cabeza y se sobre puso a los singulares problemas que envolvieron el partido. Así bajó al puntero. Así va por más.

Síntesis
Peñarol (77): S.Rodríguez 11, K.Lamonte 9, N.Lauría 11, L.Gutiérrez 15 y M.Leiva 7 (FI); F.Campazzo 11, S.Safar 4, A.Diez 5 y A.Reinick 0. DT: Fernando Rivero.

Obras Sanitarias (70): L.Cequeira 2, L.Schattmann 6, J.Pittman 11, W.McFarlan 17 (x) y J.Gutiérrez 12 (FI); A.Elsener 6, M.Osimani 14, A.Alloati 2 y F.Glinberg 0. DT: Julio Lamas.

Parciales: 17-21, 39-38 y 60-50.
Árbitros: Osvaldo Bautista-Rodrigo Castillo.
Estadio Polideportivo Municipal.

Foto: Gentlieza Carlos De Vita.

Pablo Tosal
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