En la caldera gana el rojo

El partido fue atípico para Quilmes que en su casa esta acostumbrado a defender (78.0 pts en contra), pero esta vez se encontró con un rival iluminado o con luz propia. Se enfrentaban los dos equipos más goleadores de la Liga. Increíble pero real, Quilmes e Independiente dominan la tabla en puntos. Y el partido fue una consecuencia de dos equipos que confían mucho más en su ataque que en su defensa.

Como resumen es necesario destacar la tarea de Federico Marín, el mejor jugador de la cancha, el más claro, el que más produjo para su equipo, el que marcó la diferencia. Era esperable lo de Assie y lo de Moodie. Marín fue el jugador distinto que guió a los suyos a la victoria.

El primer cuarto fue parejo y comenzó mejor Independiente que llegó con más facilidades al gol en acciones individuales. La defensa de Quilmes salió dispersa, sin la concentración que el rigor del partido imponía.

Con dos triples (Scales y Moodie) el rojo pasó al frente por 4 (8-12) fue allí que apareció un rato la defensa quilmeña con Pedro Calderón de sorpresivo protagonista. “Caldera” tuvo un primer cuarto muy bueno, ganando en rebotes y anotando mucho sobre la marca de Scales. La tarea del pivote le dio la ventaja inicial en el primer segmento (21-19).

Quilmes se despegó a una máxima de 7 puntos en el inicio del segundo cuarto (26-19) pero reacción Independiente con una mejor defensa que se dedicó a proteger mucho su canasto, cerrando el rompimiento y acaso invitando al tiro perimetral del rival.

Como le faltaba juego, De la Fuente lo puso a Esteban López de escolta al lado de Salles, pero no tuvo éxito. Por entonces decidió el descanso de Romano y se la jugó con los dos pivotes (Calderón y Dentis). De todos modos el cuarto tuvo dos protagonistas excluyentes: Federico Marín anotando y haciendo anotar y Brice Assie que fue indetenible. Por ellos dos el rojo ganó el cuarto. En el único tiro de cancha que erró Assie en el segmento Mielke tomó el rebote ofensivo y convirtió el doble.

Es decir, el rojo tuvo el 100% de efectividad en ataque de dos puntos (11/12 con el citado rebote ofensivo) y 2/5 en triples en el segundo cuarto.

Por el contrario, Quilmes lanzó con poca pericia el tiro que le brindó Independiente como trampa (1/6 en triples). Era claro, no obstante que los problemas de Quilmes no eran ofensivos sino defensivos. No podía por dos ataques seguidos frenarlo a Independiente. Le convirtieron puntos de todos los colores. El primer tiempo se fue para la visita

En el complemento salió de movida Maximiliano Maciel de ala pivote al lado de Calderón. Allí Independiente le hizo pagar muy caro la ausencia de Jaz Cowan. Con Mielke y Assie dominaron las tablas y sobre todo la sobrecarga del rebote ofensivo (15 en total). Quilmes sufrió la ausencia de Cowan, que no es un defensor nato pero si sabe proteger muy bien su canasto.

Un triple de Moodie sacó la máxima diferencia (44-54) pero se prendió fuego Dixon y brindó un show de puntos (11) para achicar distancias, aunque su equipo no le dio una mano. Era solo Dixon. Por eso todavía manejaba el partido Independiente (51-60 minuto a falta de 5.40).

Pero la gente comenzó a empujar, Maciel metió un triple sobre la marca, y luego otro a la carrera después de un recupero y el estadio se prendió fuego. Quilmes se le vino encima al rojo y con dos libres de Dixon pasó al frente 61-60 con un parcial 10-0.

El equipo de Santángelo entregaba muy rápido la bola, apuraba sus decisiones de uno vs uno y no tenía juego de equipo. De la Fuente no hizo cambios en todo el cuarto y se lo bancó con los mismo cinco. Sobre el final del segmento la defensa quilmeña pasó a un cajón y uno con persecución individual de Dixon contra Moodie. Contuvieron al tirador pero Marín se hizo un festín encontrando por arriba de todos a Assie.

El comienzo del último cuarto trajo una apuesta importante por el local: Nicolás Romano de 5 y Maciel de 4 contra Mielke y Assie. La defensa seguía en cajón contra Moodie. Acaso la mala noticia haya sido que esa defensa no fue para nada efectiva, el tirador no apareció pero Independiente encontró variante para vulnerarla. En ofensiva, al estar con 4 perimetrales y un interno que puede jugar desde afuera, Quilmes tuvo espacios y encontró gol. Así fueron parejos hasta el 73 iguales.

Promediando el cuarto (a falta 5:15) un triple de Marin comenzó a torcer la historia. El Rojo tomó 5 de luz (73-78) y De la Fuente buscaba en el banco alguna solución que como equipo no encontraba. Sacó al base, lo mandó al Chino Gil a la cancha para que López juegue de uno. No le faltó probar nada.

Y estaba escrito que era la noche de Independiente, porque un triple de Dixon lo acercó a 3 (78-81) pero inmediatamente un hombre que estuvo ausente en ofensiva en todo el partido como Carabajal contestó con otro triple. Desde allí el “Pulga” sería decisivo en el cierre.

Los de Neuquén soportaron la embestida de los últimos dos minutos (80-84 a falta de 2.00) con goles de carabajal en acciones individuales, con rebotes ofensivos en jugadas claves y con la certeza de llevarse al menos un libre en cada ocasión que fueron a la línea. Siempre tuvieron gol. Mucho gol. Tanto que son el equipo más ofensivo del torneo. Quilmes quiso ganarle de igual a igual y se olvidó de defender. Lo pagó con la derrota y chau invicto en el Once Unidos.

Síntesis
Quilmes (86): Hernando Salles 10, Pablo Gil 19, Carlos Dixon 22, Nicolás Romano 13, Pedro Calderón 10 (FI); Esteban López 3, Maximiliano Maciel 6 y Ezequiel Dentis 3. DT: Esteban De La Fuente.

Independiente (92): Agustín Carabajal 8, Cedric Moodie 19, Federico Marín 21, Jervaughn Scales 3, Brice Assie 28 (FI); Nathan Mielke 11 (x), Leandro Lauro 0, Martín Melo 2, Juan Levrino 0 y Pablo Heit 0. DT: Mauricio Santángelo.

Parciales: 21-19, 41-47 y 67-66.
Árbitros: Diego Rougier y Javier Mendoza.
Estadio: Once Unidos (1000 personas).

Foto: Gentileza Marcelo Demián Schleider www.infoliga.com.ar

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar


Una derrota muy dolorosa

Ben Hur de Rafaela jugó el peor partido del torneo y cayó sin atenuantes frente al campeón de la Liga de las Américas. Además volvió a quedar último, ya que ganó Lanús, a quien recibirá este domingo.

Ben Hur retrocedió no uno, sino dos pasos en una sola noche. Después de aquella actuación que ilusionó con el triunfo ante Obras, a las 48 horas volvió la irregularidad. El receso por el Súper 8 parecía oportuno para trabajar en el equipo, de cara a un cierre de temporada con los dos encuentros en Rafaela y los cuatro finales como visitante.

Sin embargo, la esperanza de sostener un juego parejo frente al elenco del entrenador de la selección nacional duró poco más de un cuarto. Ben Hur no tuvo actitud para defender, ni individual como así tampoco en zona; una vez más le costó mucho convertir en ataque fijo y como defendió mal tampoco generó nada en contragolpe.

Más allá de que por momentos pareció demasiado fastidiado, lo de Durelle Brown terminó siendo lo más rescatable, junto con la entrega de siempre de Storani (ya tuvo tres faltas en el primer cuarto), el primer tiempo de Rodríguez y la confianza que tomó en el segundo tiempo Ariel Hillebrand. En cambio, las 17 pérdidas hablan por sí solas de la mala performance de Castets y Machuca, mientras que el casillero de puntos vacío en 15 minutos para Tiago es otra muestra de que BH necesita otra cosa para una ficha de extranjero. Pero aquí entra en escena el factor económico, algo con lo que se va a convivir toda la temporada.

Peñarol tuvo también una noche que se da de vez en cuando en cuanto a efectividad. Con 13-20 en triples (65 por ciento) y 24-37 en dobles (igual porcentaje) es difícil que se pierda, aunque Ben Hur le dio muchas libertades para que se dé de esa manera.

El duelo entre Storani y González fue cosa de pocos minutos. Porque la Queca acumuló tres faltas (encima no jugó Cabello por lesión) y porque el Chuzo -que volvía de una lesión- tuvo poca acción en virtud de cómo se dio el partido. La visita encontró respuestas en muchos suplentes, como Vega (ahora titular por la lesión de Mata, 8 puntos en el primer cuarto), en Muruaga (cuatro triples en el segundo cuarto) y en Picarelli.

Ben Hur tuvo su mejor pasaje en el arranque del segundo cuarto, cuando estableció un parcial 13-8 para ponerse a 4 (28-32). De allí en más fue todo del conjunto de Hernández, que vulneró sin piedad una zona muy permeable que propuso Oroño.

Por si había algún intento de reacción, en el tercer cuarto apareció Jackson con 11 puntos (tres triples) para desestimarlo. El partido se terminó prematuramente, en medio de murmullos en las tribunas y alguna que otra recriminación para el entrenador, no tanto para los jugadores que se retiraron en medio de tibios aplausos luego de una producción lastimosa.

Está claro que perder de local ante Peñarol es un resultado lógico, pero hacerlo por 27 puntos es otro toque de atención importante. Se sabe que el plantel convive con algunas dificultades, que quizás se conviertan en posibles atenuantes. Habrá que ver cómo se puede salir rápidamente, para transitar con menos sufrimiento una Liga muy dura.


Síntesis
Ben Hur (69): Mariano Castets 7, Eduardo Calvelli 2, Tiago De Souza 0, Durelle Brown 20, Walter Storani 12 (FI); Patricio Rodríguez 14, Ariel Hillebrand 8, Jonatan Machuca 2, Sebastián Uranga 4, Lucas Ortíz 0, Antonino Forte 0 y Alexis Abratte 0. DT: Luis Oroño.

Peñarol (96): Sebastián Rodríguez 16, David Jackson 15, Sebastián Vega 10, Byron Johnson 9, Román González 13 (FI); José Muruaga 12, Lucas Picarelli 11, Alejandro Diez 2, Alejandro Reinick 5, Facundo Campazzo 0 y Facundo Varela 3. DT: Sergio Hernández.

Parciales: 15-24, 33-51 y 53-77.
Árbitros: Alejandro Chiti y Silvio Guzmán.
Estadio: Coliseo del Sur - Rafaela.

Foto: Gentileza Diario La Opinión de Rafaela

Crónica: Darío Gutiérrez – Diario La Opinión