Hernández: “No lo dejamos crecer con el tiro exterior”

“Lo de Campazzo fue extraordinario. Si hay que mirar el partido desde las individualidades, lo de Campazzo fue quiebre. Más allá de que juegue en mi equipo, yo disfruto mucho de estas apariciones porque soy argentino. Ojalá que hayan disfrutado todos de un joven jugando en semejante nivel”, destacó el “Oveja”.

Sobre el desarrollo del partido, Hernández dijo: “La única certeza que tenía era que Atenas iba a comenzar mejor que nosotros y se cumplió. Ellos venían muy confiados, en ritmo, y veían el aro como una pileta. Nosotros ya habíamos dejado atrás ese par de días de furor por llegar a la final y luego entrenamos varios días contra un rival fantasma porque la serie de Atenas y Sionista no se había definido”.

“Al principio se jugó como quería Atenas. Era esperable que nos quisieran cortar el ritmo y nos sorprendieron la con defensa de Locatelli sobre Gutiérrez. Como es costumbre en Peñarol, jugamos un gran tercer cuarto, con soltura y agresividad y aprovechamos una caída de Atenas para sacar una ventaja que no era propia del juego, que hasta ahí había sido muy parejo. El mérito de Peñarol fue forzar errores en el rival y saberlos capitalizar”.

“Creo, de todos modos -agregó- que el mérito de Peñarol fue no haberlos dejado crecer más que con el tiro exterior. Controlamos a Lo Grippo y al resto de los pivotes. Leiva, Reinick, Gutiérrez y Diez han demostrado ser tremendos defensores en el poste a lo largo de toda la temporada. A lo mejor, por ese motivo, Atenas tiró tanto de tres puntos. Tal vez no por decisión de ellos, sino porque el partido se planteó así. Siempre la idea es intentar tomar tiros más cercanos al aro, de mayor porcentaje, pero en este deporte uno hace lo que le permite el rival”.

“De todos modos, esto no quiere decir que sean todos los partidos así. Hoy elogian que mi equipo repartió el gol. A lo mejor, el próximo partido aparece un jugador que anota 45 puntos, no lo sé. Por ahora, Peñarol dominó un partido y punto”, finalizó Hernández.