Al amparo de su gente

El partido duró un ratito. Jugaron los 40 minutos pero Peñarol tuvo una contundencia ofensiva digna de sus tiempos mozos (diría mi abuelo). El partido completo en líneas generales fue todo de Peñarol ante un 9 de Julio que dio poco, mostró poco, tuvo bajos porcentajes y una ausencia absoluta del dominio de su propio cristal.

Sergio Hernández, el técnico que volvió al poli después de un mes de ausencia (ovacionado por la gente) sabía que dentro de las posibilidades del partido debía cuidar a los jugadores que más minutos han sumado en la larga gira. Y el partido lo dejó.

Los titulares (con Campazzo x Tato Rodríguez) jugaron los primeros diez minutos, algunos pasajes del segundo cuarto y ya volvieron para el final (en el caso de Leiva en el tercer cuarto y de Lamonte en el último). Acompañaron Campazzo y Mata por la ¿penitencia? de Selem Safar.

En el primer cuarto comenzó a brillar la figura de Leiva que se hizo dueño del bien más preciado de Peñarol cuando juega de local: su propio canasto. Además lo buscaron con consistencia en ofensiva y a pesar de la constante doble marca pudo convertir 8 puntos (incluidos 2/2 en libres). A su lado descolló Kyle Lamonte, que fabricó espacios en todos los sectores y con porcentaje perfecto anotó 11 pts.

A 9 de Julio no le podía convenir nunca plantear un partido de alto goleo contra el campeón en su casa. Amagó a tirar presión todo el campo y lo hizo muy poco y cuando lo hizo, Peñarol (que había sufrido esta dinámica defensiva en Río Tercero) salió bien con pases, minizando el dribling (receta mágica), aprendiendo de la lección la semana pasada.

Pero hubo si una timidez de 9 de Julio a la hora de la ejecución. Rotó mucho el banco el técnico Miravet para que sus jugadores dosifiquen el esfuerzo pero a la hora de ir a buscarlo a su rival, se quedo en tibias acciones para dar vuelta el desarrollo.

Lo cierto es que el primer cuarto dijo mucho de lo que iba a pasar (30/19) con notable facilidad anotadora para el local. Que además apenas necesito tirar 2/5 en triples para llegar a ese guarismo. La visita se valió de los tres triples de Emiliano Martina para mantenerse con vida, apostando obsesivamente al tiro del tres puntos (4/6 en dobles y 3/10 en triples).

Para el segundo cuarto por un ratito el técnico de Peñarol bancó a los titulares y luego comenzaron los cambios, con el ingreso de Tato Rodríguez (esta vez suplente, recuperándose todavía de una gastroenteritis que le quitó dos kilos) y Nico Lauría. Peñarol no perdió precisión ni autoridad sobre el desarrollo del juego. En tanto 9 de Julio respondió con la mano caliente de Gastón Luchino con tres triples como recurso repetido en la visita.

El problema grande para 9 de Julio era que los perimetrales no podían entrar, y Meyinsse perdía claramente el duelo con Leiva (13 pts y 9 reb en el primer tiempo). De todos modos, lo ayudó mucho con una alta dosis de impaciencia que derivaba en un tiro al aro al primer hueco que se presentaba, generalmente de tres puntos, sin rebote ofensivo y con varios segundos en su haber.

Esta receta no fue efectiva, pero debe haber sido el plan trazado de juego de Gustavo Miravet porque a pesar de que el partido se abría en diferencias de 13, 15 y 18 puntos, nunca paró el juego con un minuto. Movió el banco, buscó intensidad pero no frenó el desarrollo. Incluso hizo debutar a Bucknor el extranjero que llegó más tarde de lo previsto al país y sobre la hora del juego a Mar del Plata.

En definitiva el primer tiempo cerró 50-35 para Peñarol que lo traía cómodo al partido, con Leiva como figura y una descomunal diferencia en los rebotes entre equipos (28-11).

En el tercer cuarto la apuesta del local fue salir con una media defensiva (Campazzo, Lauría y Mata), con muchas piernas para terminar de correr a los perimetrales de 9 de Julio y terminar por aniquilar la última resistencia visitante. Ale Diez y Leiva completaron.

El pivote se devoró el segmento con 4 pts más, 4 reb, 1 recuperos y 2 asistencias en el segmento marcando mucha presencia en su zona. Los “patriotas” trataron de alimentar más a Meyinsse en el poste bajo con suerte diversa (3-6 en dobles).

La visita llegó a descontar hasta ponerse a diez (54-44) con triples de Barlasina y Luchino, pero sufrieron otra vez la estampida del local, que sin modificar la estructura en cancha tomó 20 en un abrir y cerrar de ojos (64-44). Otra vez con Miravet apostando a los cambios y no al pedido de frenar el juego. Está dinámica en definitiva no le jugó bien a su equipo.

Para el último cuarto la distancia era de 20 (69-49) pero Peñarol bajó la cortina mucho antes del final y 9 de Julio siguió empujando para decorar el resultado.

Síntesis
Peñarol (80): Facundo Campazzo 9, Kyle Lamonte 11, Marcos Mata 14, Leo Gutiérrez 5 y Martín Leiva 17 (FI), Sebastián Rodríguez 5, Nicolás Lauria 10, Alejandro Diez 4 y Alejandro Reinick 5. DT Sergio Hernández

9 de Julio (73): Gastón Torre 0, Martín Melo 4, Bruno Zanotti 0, Emiliano Martina 19 y Jerome Meyinsse 12 (FI), Gastón Luchino 21, Lucas Barlasina 11, Leonardo Segura 0 y Jermaine Bucknor

Parciales: 30-19, 50-35, 69-49
Árbitros: Daniel Rodrigo – Raúl Imosi.
Estadio Polideportivo Islas Malvinas.


Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)

Pablo Tosal
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