Esta noche por la tercera jornada de Liga Nacional vuelven a enfrentarse Quilmes y Peñarol en juego que promete la continuidad de las emociones del primero. El cervecero llega con el ánimo arriba mientras Peñarol tiene algunos golpeados.
Autor:Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
Los ecos del juego del lunes aún rebotan en cuánta pared haya. Todos los que viven el básquetbol en Mar del Plata saben que será una temporada con muchos clásicos donde se prevé la mayor paridad de los últimos años.
Está claro que Peñarol con equipo completo aún tiene una supremacía individual que genera diferencias. A juicio del propio entrenador de Quilmes, Leandro Ramella, "Peñarol cuenta con el mejor alero (Boccia), ala pivote (Gutiérrez) y Pivote (Leiva) de la competencia". Lo cierto es que uno de esos jugadores faltó a la cita del lunes y volverá a hacerlo esta noche.
La ausencia de Martín Leiva marcó una grieta que Peñarol no pudo disimular. Porque si bien su planteo táctico de formar el bloque defensivo negando rompimientos y poniendo mucho tráfico camino al aro funcionó bien terminó por abdicar en la lucha por los rebotes. Además se agigantó la figura de Romero (13 puntos) por lo general siempre bien controlado por Leiva la temporada pasada (7.4 pts en 8 juegos la 13/14 vs Peñarol).
Hay también un hecho importante en la falta del pivote milrayitas y fue la conducta que tomó el equipo ante el rebote ofensivo. Fue a cargarlo tibiamente o directamente a no cargarlo. Peñarol apostó por privilegiar el rápido balance defensivo para tener un retorno a defensa eficaz y que Quilmes no le corra la cancha vía Cequeira, Baxley y Marín. Por eso el cuarteto Maciel, Wolkowyski, Clark y Romero bloqueó muy bien su canasto, entendiendo además que todo Quilmes jugó para su rebote defensivo como premisa principal. Así Cequeira tomó 2 rebotes en defensa, Marín 4 y Baxley 8.
También conviene aclarar que hubo una ausencia de la que Peñarol no pudo disimular: Facundo Campazzo. "No juega más Campazzo en Peñarol" podría decirse rápidamente, claro, pero no es tan fácil que la dinámica de juego sepa esto. Porque Campazzo no es un goleador, es un jugador que se hacía cargo de los momentos en que la defensa rival lucía como un jeroglífico. A puro talento y atrevimiento desanudaba los inconvenientes que el equipo tenía en la carencia del juego de pases. Por lo visto el lunes Peñarol queda muy supeditado a recuperar su dinámica de juego de pases para lograr buenos tiros y mayores porcentajes.
En definitiva Quilmes hizo pagar los problemas que Peñarol mostró, por poco, pero lo logró. En una suerte de promesa de "Ahora o nunca" Ramella no anduvo con vueltas y optó por los jugadores de experiencia. Cequeira jugando todo el segundo tiempo, los 40 minutos de Baxley, Maciel, Wolkoyski, Clark, Romero. Apostó a los jugadores que fueran capaces de hacerse cargo de una situación más emocional que de juego.
El propio técnico declaró en el post partido "jugando así no podemos crecer, se jugó mal". Más allá de la alegría, sabía perfectamente el entrenador cervecero que su equipo no aprovechó todo lo que Peñarol dio. En ese rubro entran: el doble ala pivote, el esguince grado dos de Boccia (que pisó a su compañero Fernández), el golpe en la cabeza de Leo Gutiérrez (cualquier otro jugador no volvía a la cancha).
Una última consideración importante del juego uno: Quilmes metió un parcial de 11-0 en tres minutos (de 56-53 a 56-64) para tomar el liderazgo del partido en el último cuarto. Coincidió con el momento en que Cequeira hizo jugar a Maciel, a Clark y asumió también él su protagonismo con el aro. En ese pasaje Baxley era un señuelo. Lo que habla también (al igual que Peñarol) que no puede salirse de la dinámica de jugar en equipo, para no caer en la chance de resolver por el talento de Baxley cuando todo se nubla.
Posibles Formaciones:
Quilmes: Luis Cequeira, Walter Baxley, Federico Marín, Ivory Clark, Diego Romero. DT Leandro Ramella
Peñarol: Fabián Sahdi, Forrest Fisher, Adrián Boccia, Leo Gutiérrez y Gabriel Fernández. DT Fernando Rivero