Con el corazón y el tiro del final

A todo Peñarol le interesaba ganar y después ver los cómo. Para cortar una racha de 7 derrotas no hace falta pensar en jugar ideal, ni seguir mejorando el equipo, porque había que ponerle fin a la mala racha. Y lo hizo con una entrega total y absoluta de todos y la dosis de fortuna que se le negó ante Argentino a Rob Reed en el tiro del final. Justo Reed, de flojo partido, terminó siendo el héroe. Pero este triunfo "milrayitas" pondrá otros actores en la memoria colectiva de sus hinchas.

La ausencia de Leo Gutiérrez fue un condimento más, pero Marcelo Richotti no lo usó como excusa porque el equipo va con lo que puede y no con lo que quiere. El entrenador hizo uso de todas las variantes posibles para salir del mal momento. Y no es una forma de decir, es literal: usó todas las variantes posibles. Se animó a todo y terminó saliéndole bien.

Por su parte Julio Lamas también hizo movidas de "necesidad y urgencia" ante el segundo partido que no juega Matías Sandes y con una rotación interior de dos jugadores (Calfani y Meyinsse) y la ayuda inmensa de Marcos Mata que se disfraza de 4 para dar la mano que se necesite. Volvió Safar pero solo de modo testimonial a dar una mano (12 minutos). Las variantes que en esta crónica vamos a contar habrá que entenderlas como hijas de la necesidad y la eventualidad de cada equipo, porque realmente fueron muy raras.

En el primer cuarto hubo un rápido sprint para San Lorenzo que se disparó 3-11 con triples de Mata y la aparición de Meyinsse en el poste bajo. A Peñarol no le salía nada y estaba trabado en el juego de pases. Richotti después del minuto mandó un triple cambio a la cancha: Nico Zurschmitten, Sebastián Suárez y Juan Manuel Torres.

La movida sirvió como despertador y los cambios le vinieron muy bien al local, que ganó en el juego de pases contra hombre y contra zona y con puntos de Torres y del base sustituto arrimo hasta ponerse uno abajo (12-13) con parcial 9-2.

Sin poder meterla desde afuera (1/5 en triples) la fuerza del juego interior ayudó a Peñarol a volver al juego y que San Lorenzo no se escape (16-19 finalizó el primer cuarto). El visitante no tenía nada que ver con el incandescente equipo ofensivo del viernes ante Quilmes. Sus tiradores lucieron más terrenales y lanzó 7/18 de cancha.

En el segundo cuarto llegó lo mejor de Peñarol que solidificó su defensa, el rebote propio y tuvo dos jugadores en llamas para empezar a sacar ventajas: Nicolás Zurschmitten (8 pts) y Sebastián Suárez (8 pts) quienes anotaron 16 de los 23 puntos de su equipo en el segmento, Además hubo 6 de Acuña en le poste bajo ante un conjunto visitante que le dio descanso a Meyinsse por sus dos faltas.

Lamas probó múltiples formaciones con el material que tenía donde bajó mucho los centímetros del perímetro, pero no encontró soluciones, sobre todo porque San Lorenzo apostó mucho al juego individual, con poca construcción equipista y muy malos porcentajes (3/7 en dobles y 1/6 en triples). Peñarol aprovechó para ganar el cuarto 26-14 y se fue al entretiempo dominando por 39-33.

En el tercer cuarto San Lorenzo recupero su memoria emotiva y salió a atacar con tiros la defensa rival y tuvo tres triples seguidos (Díaz, Mata y Safar) para pasar rápidamente al frente 41-42. Desde allí el partido fue un continúo cambio en el tanteador. Paridad y emoción es lo que le sobró al juego.

Para Peñarol se hizo duro que su tridente base - escolta y Alero titular no dieran puntos (cero puntos entre los tres en el primer tiempo) pero la actuación de la dupla Zurschmitten - Suárez lo solucionó todo o casi todo. Pero en el tercer cuarto los internos esta vez no acompañaron en el goleo y quedaron muy solos en ofensiva.

Se despertó por un buen rato Nicolás Aguirre en el goleo y San Lorenzo tuvo una cuota de gol que no traía hasta allí. Y sobre todo Calfani en el poste bajo hizo olvidar la ausencia de Meyinsse. El uruguayó jugó un gran partido llevó a su equipo a dominar las acciones pero Peñarol cerró mejor el parcial y terminó arriba 61-60 para el ingreso al último cuarto.

En el segmento final hubo una escapada de Peñarol (66-61) que tuvo como mala noticia la salida de Nico Zurschmitten quien finalmente se supo solo tuvo un calambre para poder volver en el cierre de juego. Pero el base (quien jugó casi todo el juego corrido de escolta) salió en el momento decisivo del partido.

El primer doble de Reed en el partido sirvió para que su equipo saque 5 (68-63) a falta de 6:30. Parecía que Peñarol entraba mejor perfilado al final pero San Lorenzo neutralizó la diferencia con la aparición extraordinaria de Guillermo Díaz (69-68) quien tuvo una noche muy floja pero apareció en el final.

A falta de 3 minutos, Suárez entregó un pase abierto a Diez y Calfani leyó bien en primera línea, robó el balón y recibió la falta de Ale Diez que los árbitros dieron antideportiva. Calfani metió los dos libres y el Ciclón pasó al frente 73-74.

Sobre el cierre de 74 iguales, San Lorenzo tuvo dos buenas combinaciones y con inteligencia el Penka Aguirre ayudó a construir una distancia de 4: 74-78 a falta de 1:40 para que Marcelo Richotti frene el juego con un minuto.

Acuña descontó con dos libres pero no pudo permanecer mucho más en cancha ya que la penetración de Díaz le sacó la quinta falta y además convirtió los dos libres (76-80). Lon que sigue de manera cronológica es una novela épica. De las muchas que Peñarol ha construido en su vida deportiva jugando como local ante su gente.

El Penka Aguirre con el afán de robar el balón le convirtió falta a Rob Reed y lo mandó a la línea. El escolta metió el primero y erró el segundo (77-80) pero Ale Diez le discutió mano a mano a Mata el rebote y le ganó el ofensivo, Nico Zurschmitten se mandó en una bandeja pero Calfani voló en una tapa tremenda y otra vez Ale Diez apareció para discutir otro rebote ofensivo y esta vez, casi sin tiempo en el reloj de posesión Franco Giorgetti metió un doble largo (79-80) para meter el juego en un cono de incertidumbre.

En la jugada del final que podría haber decidido la suerte del partido, Mata encaró por el eje con mano derecha pero Giorgetti se plantó bien en defensa y metió el brazo para dividir la pelota, le quitó el balón y recuperó la posesión para su equipo. Y con 25 segundos finales Reed tomó para él toda la ofensiva final.

Venía de un juego bajísimo (1/5 en dobles) donde lo sufrió más que jugarlo. Pero el escolta foráneo, sin recordar lo que había pasado en el cierre ante Argentino se hizo cargo y por arriba de las manos de Aguirre elevó sus manos al cielo para que lloviera un triple inverosímil. Tomó acaso la peor decisión con el resultado más esperado: triple y al frente Peñarol 82-80. Con los 4 segundos que quedaban poco pudo hacer San Lorenzo en el final. Entre Figueroa y Giorgetti contuvieron a Mata que no pudo tirar cómodo y el partido dio su sentencia: Peñarol pudo cortar la mala racha con un juego para el infarto.

Síntesis

Peñarol (82): Juan Pablo Figueroa 2, Rob Reed 7, Franco Giorgetti 5, Alejandro Diez 9 y Roberto Acuña (x) 10 (FI). Juan Manuel Torres 13, Nicolás Zurschmitten 18 y Sebastián Suárez 18. Entrenador: Marcelo Richotti.

San Lorenzo (80): Nicolás Aguirre 13, Guillermo Díaz 12, Marcos Mata 14, Mathias Calfani 16 y Jerome Meyinsse (x) 12 (FI). Santiago Scala 8, Lautaro López 2, Selem Safar 3 y Leandro Cerminatto 0. Entrenador: Julio Lamas.

Parciales: 16-19; 39-33 y 61-60.
Árbitros: Fabricio Vito y Silvio Guzman
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas.

Crónica: Pablo Tosal @pablotosal
Fotos: LNB Contenidos y Prensa Peñarol