Por inteligencia y actitud

Fue un resultado más amplio en el desarrollo que en el tanteador. Una arremetida feroz de Peñarol sobre el cierre de 13-1 descontó una diferencia que se hizo de 19 (61-42) en un resultado de pocos puntos. Esos 4 minutos de entrega de Peñarol y de confusión en Quilmes le permitieron al "milrayitas" decorar el resultado. Pero en el juego Quilmes sacó mayores diferencia, dominó con inteligencia desde lo táctico y cumplió en la ejecución con una mayor entrega de todos sus integrantes.

Los primeros cinco minutos no hacían prever lo que sería el juego. Comenzó mejor Peñarol con gol repartido y una defensa que marcó el ritmo con su fuerza interior. Quilmes intentó profundizar sus ofensivas y lo mandó Ivory Clark a terminar el pick and roll con la caída y no con el pick and pop. Así ayudaba a Basualdo en el poste, pero entre Acuña, Diez y Giorgetti cerraron todos los caminos.

Como Reed entró desconectado (dos faltas y dos pérdidas en 2 minutos) saltó Sebastián Suárez a dar una mano. Y el escolta chileno trajo 5 puntos seguidos que permitieron una distancia de 2-10 para Peñarol.

Bianchelli tuvo que parar el partido con un minuto y al regreso Quilmes empezó primero a equilibrar la balanza y luego a dar vuelta el juego. Apreció Eslava (por Basualdo con dos faltas) con cuatro puntos seguidos y Luca Vildoza se encendió en ofensiva para sacar del ahogo ofensivo a su equipo con 9 puntos seguidos. Con parcial 11-2 Quilmes cerró arriba el primer cuarto por un inexpresivo 13-12.

El partido se puso mejor en el segundo cuarto. Aparecieron Figueroa, Reed y Acuña en Peñarol mientras Quilmes empezó a disfrutar de Tracy Robinson que se anotó con el goleo de su equipo (24-22). Además el alero extranjero de Quilmes le sacó con un doble y falta la tercera falta a Acuña que lo mandó de nuevo al banco.

El ingreso de Juan Manuel Torres no fue fructífero en toda la noche. Si bien el pivote suplente de Peñarol luce fuera de estado, también es cierto que a su equipo no se le cayeron ideas para alimentarlo. Eslava lo contuvo luchando la posición por delante y lo sacaba del eje. Peñarol no trianguló nunca para encontrarlo ni tuvo penetración con descarga. Forzó casi todas las situaciones y se quedó sin tiro claro y encima con bajos porcentajes de tres puntos (3/13 en la primera mitad).

Cuando Quilmes logró con su media cancha controlar a los bases de Peñarol, el equipo de Richotti se partió al medio. No tuvo juego de pases ni ideas aleatorias en ofensiva que le muestre por donde atacar sin forzar la situación. Leo Gutiérrez que no la esta pasando bien con su problema de hernia , no puede saltar, e Ivory Clark le respetó el tiro como si se tratara de la final del mundo. El ala pivote cervecero lo controló siempre y Leo no tuvo espacios para ayudar a su equipo.

Encendido Robinson (12 pts en el cuarto) Quilmes sacó su primera diferencia inicial (30-22) tomando definitivamente el control del juego. Pero después de un minuto de Richotti, un doble con falta de Ale Diez y un triple de Zurschmittten trajeron rápido al partido a Peñarol que terminó empatando en 30 con parcial 0-8.

El primer tiempo cerró favorable a Quilmes con dos libres de Sansimoni y tres libres de Vildoza (35-30) sin que Peñaro pueda convertir en los dos últimos minutos.

En el inicio del tercer cuarto llegaron los primeros síntomas importantes de preocupación de Quilmes ya que Basualdo hizo la 3era y la 4ta falta en dos minutos y medio. Tuvo que saltar otra vez Eslava a la cancha que terminaría consagrándose como uno de los mejores de su equipo y factor clave en la victoria.

En los primeros 5 minutos del tercer cuarto se repartieron acierto y errores, sobre todo esto último. El empate en 37 era revelador de un partido de bajo vuelo ofensivo, donde Quilmes había logrado neutralizar la diferencia teórica del "milrayitas" del poste bajo y doble pivote, mientras que las ausencias de Ruiz y Cavaco no se hacían extrañar.

En dicho segmento apareció en ofensiva Eric Flor, que había jugado un primer tiempo de mucha intensidad pero de malos porcentajes (0/8 de campo). En un ratito Flor marcó 8 puntos y fue factor para que Quilmes tome una diferencia máxima de 11 (48-37) a falta de dos minutos. El parcial 11-0 fue lapidario para un Peñarol que no tenía reacción.

Quilmes estaba para cerrar +12 el tercer parcial pero un triple a la carrera de Reed puso las cifras en nueve (50-41).

Peñarol solo había anotado 11 puntos en el tercer cuarto, tres de los cuales fue el cierre apurado de Reed. El entrenador Marcelo Richotti alteró muchas veces las formaciones buscando alguna que le de soluciones. Hizo todas las pruebas posibles con doble base, doble escolta, doble ala pivote y hasta lo mandó a Ale Diez de alero. Movió mucho el banco tratando de encontrar respuestas, lo mismo que sus pasajes a zona, o presión en zona con caída en hombre.

Todo el arsenal táctico de Peñarol se vio contrarrestado por una mayor diferencia a favor de Quilmes en la actitud de sus jugadores que lucharon cada pelota como la única y dudaron muchos menos a la hora de ejecutar.

Por el contrario fue evidente como Peñarol empezó a trasladar a su defensa la frustración de no saber por donde ir en ataque. Una situación es consecuencia de la otra. Se defiende desconcentrado porque se ataca mal.

Tejiendo una telaraña defensiva y con la escasez de idea de Peñarol en ataque, Quilmes llegó a sacar 19 (61-42 a falta de 6:00) hasta que Richotti ya paró el partido para un último reto final. Lo que Peñarol podía hacer desde ahí no tenía que ver con lo táctico sino con la intención de dejar otra imagen, con sacar un poco de vergüenza y orgullo deportivo.

Al regreso del minuto sacó sus pivote lo mandó a Ale Diez de cinco y fue presión todo el campo. Suárez anotó un doble, recupero y doble, para que Bianchelli frene el juego (61-46). Ese pequeño parcial de 4-0 no quería el entrenador quilmeño que sea el despertar de Peñarol.

No obstante quien se equivocó en las salidas fue Quilmes que entró por un par de minutos en una confusión que no tuvo a lo largo del partido y Peñarol aprovechó con Reed y Suárez para descontar hasta ponerse a siete (62-55 a falta de 2:15). Después del minuto de Bianchelli y triples errados en cada área, apareció gigante Bruno Sansimoni con un doble más falta para llevar la diferencia a diez nuevamente (65-55 a falta de 1:14).

Esa conversión del "Chule" Sansimoni obró como un despertador para que Quilmes pueda cerrar el juego y aborte la remontada de Peñarol. Al milrayitas ya no le quedaba más tiempos ni más fuerza por intentar dar vuelta una historia que le fue esquiva desde casi el comienzo mismo del juego.

En Peñarol a pesar de la remontada final la imagen que quedó no es buena. Es un paso atrás con respecto a las actuaciones ante San Lorenzo y Gimnasia. Jugadores claves que siguen sin aparecer, y sin Leo Gutiérrez en plenitud física el equipo no tiene una mano que lo destrabe en ofensiva. Terminó lanzando 5/28 en triples y 7/17 en libres. Una noche negra en todo sentido.

Para el cervecero fue un triunfo épico, empezando por las ausencias notables de dos referentes como Enzo Ruiz y Diego Cavaco, hasta la posibilidad que sus pibes sean quienes tengan que llevar el peso del partido. El partido inmenso que jugó Ariel Eslava quien en el poste bajo él solo hizo más puntos que Acuña y Torres juntos. Bianchelli rotó con siete y el equipo se bancó una diferencia en contra de tamaño y peso con la actitud y la lucha de sus jugadores. Lo dejaron todo y fueron superiores.

Síntesis

Quilmes (69): Luca Vildoza 17, Eric Flor 10, Tracy Robinson 14, Ivory Clark 5 e Iván Basualdo (x) 0 (FI). Ariel Eslava (x) 13 y Bruno Sansimoni 10. Entrenador: Javier Bianchelli.

Peñarol (60): Juan Pablo Figueroa 2, Rob Reed 17, Franco Giorgetti 2, Alejandro Diez 10 y Roberto Acuña (x) 8 (FI). Leonardo Gutiérrez 0, Nicolás Zurschmitten (x) 5, Sebastián Suárez 14, Juan Manuel Torres 2 . Entrenador: Marcelo Richotti.

Parciales: 13-12; 35-30 y 50-41.
Árbitros: Daniel Rodrigo y Leonardo Zalazar.
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas.

Pablo Tosal
@pablotosal
Fotos: LNB contenidos