Un corajudo con cara de tímido

"Juani" Marcos esperaba tímido la prueba en Peñarol, sentado en el banco de suplentes visitante del microestadio Domingo Robles. Después de un rato, Juan Manuel Gatti, por entonces asistente de Sergio Hernández y amigo de su papá Mariano, lo invitó a pasar al vestuario y ponerse la ropa de entrenamiento.

El pibe se vistió y salió a la cancha. La camiseta y el pantalón le quedaban enormes. El resto del plantel lanzaba al aro para ir entrando en calor. Leo Gutiérrez, el más ganador de la Liga Nacional y oro olímpico, olfateó talento y ganas y lo desafió a un duelo de triples. Y el nene corajudo con cara de tímido se lo ganó.

A fines de 2015 fueron sus pasos iniciales, los primeros tiros encestados de "Juani" en Peñarol. Luego, entre el cuerpo técnico y la dirigencia decidieron incorporarlo. En enero de 2016 llegó la Liga de Desarrollo, su primer torneo con la camiseta "Milrayitas". En el debut, derrota con Instituto de Córdoba y muchos nervios. Marcos, con 15 años, jugó de titular, quiso demostrar en poco tiempo pero las cosas no le salieron bien.

Muy lejano parece haber quedado aquel primer partido. Un año después el rosarino criado en Misiones disfruta de un presente soñado y de su gran aparición en la Liga Nacional para enderezar un partido que venía muy torcido contra Quimsa en el Polideportivo.

Peñarol, acostumbrado al sabor de la gloria, atraviesa un presente irregular y momentos como el que regaló "Juani" son mimos al alma. Cuando Marcelo Richotti lo llamó para entrar, los hinchas sintieron una mezcla de alivio, esperanza y desahogo. El sonido ambiente de la gente en el Poli fue especial. Su equipo era dominado y muchos creían que el pibe podía "sacudir" el partido. Si no lo hacía, nadie le iba a reprochar nada.

Y el nene entró suelto. Como la noche anterior, contra el mismo rival pero en Liga de Desarrollo, cuando en el tercer cuarto clavó 17 puntos para quebrarlo. Como en las mejores tardes del Argentino U17 donde fue figura del equipo subcampeón. Como en una noche de enero hace un año, cuando debutó en la Liga Nacional contra Argentino de Junín y clavó un doble largo y en suspensión de los que serán su sello. Aquella vez, como ante Quimsa, su papá Mariano, su mamá Mariana y su hermana Lucía estaban en la tribuna.

Con desfachatez y talento pisó el "Poli" el pibe. Como en su amado club El Coatí de Eldorado, Misiones, donde hizo el principio del camino. O como en Chaco, Rosario, el Cenard, Turquía o México. Se hizo cargo, disfrutó, ganó confianza y fue determinante. Puntos, asistencias, defensa, intensidad.

Él y su familia saben que no debe apurarse ni apartarse del camino. También son conscientes que de los golpes se aprende y que habrá varios en el camino. Las lágrimas en el banco de suplentes tras perder la final del Argentino U17 con Atenas de Córdoba, y ese llanto desconsolado tras cometer la quinta falta están latentes. Marcos y los suyos saben que, para minimizar el margen de error tiene que mejorar su físico, alimentarse bien, cuidarse e ir puliendo ese hermoso y lujoso talento heredado de papá y sobre todo de mamá que demuestra en cada acción con la pelota. "Juani" sueña, juega y disfruta. Y lo hará siempre.

Bernardo Rolón

@BerniRolon
Especial para www.pickandroll.com.ar