Peñarol – Quilmes (Fase Nacional)

Todos los clásicos entre Peñarol y Quilmes están amparados en las emociones. Sin el costado emocional sería como ir a trabajar y fichar horario. No se trata de un resultado sino del impacto que provoca en el alma ese resultado. Es muy difícil agregarle a un súper clásico aditamentos especiales, pero sin duda alguna el partido de hoy lo tendrá.

El destino quiso jugar esta carta: el hombre encargado apuntalar como buque insignia la historia de logros y campeonatos de Peñarol y convertirlo en un referente en el continente dice Adiós. Lo hace en el club, en la ciudad que eligió para vivir y nada menos que en un súper clásico.

En el marco de un campeonato durísimo para Peñarol la historia termina con fiesta. Porque si bien es cierto que tuvo que readaptar objetivos, y del inicial “ser protagonista” se pasó a “no jugar play por la permanencia” ya la historia está saldada. Y con la cantidad de títulos en su pasado reciente no maneja urgencias de protagonismo. No fue la temporada que Peñarol soñó para despedir a su ídolo, pero hubo valor para enfrentar y cumplir las nuevas exigencias de una temporada difícil.

El equipo de Marcelo Richotti afrontará su último compromiso con tres jugadores menos y una rotación de siete mayores y los juveniles. Afuera desde hace rato y sin reemplazos los dos U23: Jerónimo Barón y Nicolás Zurschmitten. Ahora sin Alejandro Diez, cuyo desgarro en el gemelo de la pierna izquierda lo saca del último partido de la temporada.

La realidad del equipo dista mucho del lugar que ocupa en la tabla. Peñarol ha ganado 7 de los últimos 9 partidos que disputó. Haciendo una radiografía del momento los datos salientes son:

En principio fue más ordenado en la búsqueda del gol. No se puede atribuir todo a la salida de Reed, pero lo cierto es que al entender que no había manos “mágicas” en ataque se vieron obligados a llegar al gol en construcción equipista, así aumentaron de 72.5 puntos a favor en los primeros 28 partidos de esta fase a los presentes 75.3 en estos últimos nueve partidos.

Si bien se cambió la velocidad y Peñarol ya no es un equipo que pueda sacar fácil el contraataque por su personal, tiene más claro como explotar sus fortalezas en el cinco contra cinco: más lento, más prolijo, más pesado, más alto, mejor balance defensivo.

Al tener un retroceso más ordenado, jugando principalmente con Steffphon Pettigrew (un ala pivote natural) de escolta el equipo ganó en muchas cosas y perdió en otras. Fue tarea de su cuerpo técnico reinventarse en el medio del torneo y bajo la extrema necesidad de ganar que el equipo tenía.

La contracción ofensiva (Pettigrew es intenso y buen defensor) fue otra característica del equipo en esta parte final del torneo. En los primeros 28 partidos de la Fase Nacional (récord de 8-20) la defensa de Peñarol permitió 77.2 pts mientras que en los últimos 9 partidos (7-2) su defensa mejoró a 72.0 pts por partido.

Si bien el “Milrayitas” encara el partido con Quilmes en el marco de una fiesta y con sorpresas, sabe bien que ganando sería un lindo cierre y debe procurar alcanzar el mismo nivel de contracción defensiva con una rotación de siete mayores donde los juveniles Joaquín Valinotti, Tomás Monachi Vittorio Fazzini sumarán minutos. Llevar el juego a una guerra de defensas y duelo cerrado es el negocio de Peñarol.

Por su parte Quilmes no quiere solo ser un invitado a fiesta ajena. Juega su propio clásico y tiene varios argumentos para mostrarse feliz. Habiéndose salvado de jugar el play off de Permanencia muchas fechas antes del cierre tuvo una campaña sin sufrimientos.

Cuando después de la décima jornada el cuerpo técnico despidió al canadiense Olu Famutimi (6.7 pts y 2.9 reb) el récord del equipo era 3-7. Desde allí con Tracy Robinson (11.9 pts y 3.9 reb) en el plantel el récord es positivo alcanzando 23-22 en los siguientes 45 partidos. Un solo cambio de foráneo en toda la temporada, para un equipo de flaca billetera también es una buena noticia.

Desarrolló a lo largo del torneo jugadores con futuro como Bruno Sansimoni y Eric Flor, llevando a este último al equipo titular con actuaciones notables (13.5 pts y 3.2 reb). Además pudo luchar (ganando y perdiendo) con Iván Basualdo de pivote titular ante todos los rivales que le ganaron en talla.

Finalmente para decorar la temporada y poder decirle “hasta pronto” a un hijo enteramente de la casa como Luca Vildoza, el equipo clasificó a Play Offs, regalándose un mimo que no estaba en los planes. En su temporada de despedida de la Liga Nacional, cuando seguirá su camino a Europa en el Baskonia, Luca lleva promedios de 16.9 pts, 3.9 rebotes y 3.9 asistencias por juego. Además es dueño de 2 o 3 de los mejores 10 highlights de la temporada. Cada noche fue un placer verlo jugar.

También en el marco del siempre especial mano a mano con Peñarol, el “cervecero” llega con una misión especial: ganar el duelo de la temporada después de 13 años (desde la 2003/2004). Tuvo un empate 3-3 en la 2005/2006 y desde entonces ha perdido todos los años, menos en los dos que no hubo (2010/11 y 2012/2013).

Hoy lleva perdido el primer partido (95-65) y luego ganó los siguientes dos: 69-60 y 78-61. Al respecto también hay algo especial: llega como favorito al clásico después de un larguísimo tiempo y quiere responder acorde a esa expectativa.

Con todos los condimentos posibles este clásico Peñarol-Quilmes (número 124 en la historia) marcará un hito especial, el retiro de Leonardo Martín Gutiérrez. Un jugador que le puso un brillo especial al mejor partido de Liga Nacional.

Hora: 21.00
TV: TyC Sports
Árbitros: Juan Fernández y Oscar Brítez
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas (Mar del Plata)

Pablo Tosal
@pablotosal