Las claves del cambio

T ras ganar la Liga de las Américas, el “Yacaré” Kammerichs llegó a Santiago con Regatas Corrientes y tiró una frase que parecía insignificante, pero que marcaba una idea con visión de futuro. “Nadie va a querer enfrentar a Quimsa en los playoffs”.
La Fusión eliminó a Weber Bahía Estudiantes y quedó “match point” en la serie ante Obras. Atrás quedaron todas las penurias de la temporada regular. La primera cabeza en rodar fue la de Marcelo Richotti, que perdió todos los partidos de la Copa Argentina (en el Ciudad) y sólo duró dos partidos de la temporada.
Con el “Negro” Romano de regreso, Franco Balbi le cedió su lugar a Cristian Cadillac. Cleotis Brown pasó de ídolo a villano y en su lugar llegó el boricua Samuel Villegas. Y Damián Tintorelli se salvó del corte de milagro.
Además, tres extranjeros fueron contratados para las competencias internacionales (Shane Thorson, Rodney Mayes, James Penny), aunque con la posibilidad de quedar en el plantel liguera. Ninguno convenció.
En el último tramo de la competencia, llegó Diego Cavaco para ocupar el lugar de Samuel Villegas, mientras que Nicolás Aguirre reemplazó a Cristian Cadillas. Pero si algo faltaba era la salida de Román González, debido a sus polémicas declaraciones en una red social.
Los problemas en temporada regular fortalecieron al grupo, que llegó a los playoffs convencido de su potencial. ¿Entrará a semifinales? No es fácil responder esa pregunta a pesar de que está 2-0. Lo real es que Quimsa no tiene techo.

1- Mayor fluidez en ofensiva. “Ahora cuando uno tiene la posibilidad de tomar un tiro, siempre a un compañero mejor ubicado”, comentó Damián Tintorelli en referencia a los progresos que mostró el equipo en ofensiva y que se vieron traducidos en mejores porcentajes de efectividad. Julio Mázzaro y Diego Lo Grippo se están destacando en esta faceta del juego.

2- La rotación de los internos. La salida de Román González les dio un mayor protagonismo a los otros tres internos del equipo (Dionisio Gómez Camargo, Damián Tintorelli y Diego Lo Grippo), a los que el “Negro” Romano supo hacer rotar. Ahí cobró mayor importancia el hecho de tener un alero alto como Diego Cavaco.

3- Dos bases de jerarquía en el plantel. Quimsa cortó primero a Franco Balbi y luego a Cristian Cadillac, pero con la llegada de Nicolás Aguirre pudo contar con dos bases de categoría como ocurre con los mejores equipos de la competencia como Obras (Cequeira-Osimani), Peñarol (Rodríguez-Campazzo) o Libertad (Ginóbili-Cantero). “Tengo la mejor onda con Penka, ya nos conocíamos de la selección. Cuando los resultados se dan es más fácil hacer amistad”, expresó Jonatan Treise tras igualar la serie frente a Bahía Estudiantes.

4- Un culto a la defensa. Quimsa terminó con un promedio de 79,47 tantos en contra al cabo de 30 partidos de la segunda fase, mientras que en la primera (14 juegos) finalizó con 80,7. Sin embargo, ya lleva jugados siete partidos de playoffs y llegó a un promedio de 71,5. El mensaje de su entrenador fue clarito. “No me importa si atacamos mal, quiero hacer un gran partido defensivo”, manifestó el “Negro” Romano antes de viajar a Capital Federal para el primer partido de la serie ante Obras.

5- Aceptación de roles. Los cortocircuitos (léase discusiones) entre los jugadores fueron una constante en la temporada regular. En playoffs, cada uno asumió el rol que debe cumplir para el equipo y se instaló un clima de armonía en el grupo. “La clave fue el juego colectivo. La participación de cada uno de los jugadores del equipo, sea con un rebote o algún pase, todo suma”, explicó convencido Dionisio Gómez Camargo.

Foto: Ligateunafoto.com
Fuente: El Liberal.