La temporada de Quimsa dejó un saldo negativo muy evidente, en una temporada que abrió con mucha ilusión. El poderío económico no lo sacó de los problemas y terminó sin siquiera poder jugar play offs.
Autor:Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
La previa: La ilusión de volver a ser
No hay dudas que la Asociación Atlética Quimsa es una entidad que apuesta anualmente a ser un club competitivo dentro de la Liga Nacional. Hagamos memoria: después del enorme título consagratorio de la temporada 14/15 llegó el desafío de volver a intentarlo en la 15/16. El resultado parece ahora anecdótico pero no lo es: afuera en octavos de Final con un durísimo 0-3 ante Regatas habiendo perdido incluso con ventaja de campo. Después de eso redobló la apuesta para este año y fue por lo mejor que encontró en un mercado muy flaco de talento distinto.
Le renovaron la confianza a Silvio Santander y organizaron un equipo con tres extranjeros: el confiable Robert Battler, el desconocido Tristan Spurlok y el todavía más desconocido Jeremy Ingram que vendría desde el banco. Además el base titular era otro foráneo con carnet de nacional: Philip MacHopson. Cuatro extranjeros: dos desconocidos.
Entre los nacionales solo repitió a uno: Nicolás Romano. Descartó a Gianella, Lucas Pérez, Diego García, Emiliano Martina, Damián Tintorelli y Sebastián Vega. Ingresaron: Fabián Sahdi, Luciano González, Tayavek Gallizzi y Alexis Elsener. Todo nuevo. Ocho mayores, una sola ficha U23 (Gallizzi) más Julián Ruiz, Gonzalo Romero y Sebatián Lugo quienes serían los valores jóvenes para sumar experiencia.
La primera Fase: Problemas en gestación
Quimsa terminó la primera fase con récord de 11-7 que lo dejó tercero en la zona norte con el mismo récord que Regatas (pero ganó el puesto por el desempate entre sí). No logró clasificar al Súper 4, uno de los objetivos de la temporada, ya que el segundo puesto quedó en manos del sorprendente Estudiantes (12-6) que lo superó en los dos partidos entre sí.
Después del triunfo en el Vicente Rosales ante Olímpico el 25 de noviembre en el último partido de la primera fase la dirigencia tomó la sorpresiva decisión de echar al entrenador Silvio Santander. Sin dudas el mayor cimbronazo de la temporada. El entrenador que lo había llevado al título soñado se iba a mitad de temporada. ¿Qué pasó para semejante decisión? Los dirigentes públicamente hablaron de desgastes y nuevos desafíos mientras por lo bajo masticaban bronca por una relación con el coach que se había tornado insostenible.
El comienzo de la segunda fase: Comienza la era del “Che”
La puesta para reemplazar a Santander fue agresiva: fue directo al multipremiado Néstor García, dominador de América en clubes con Guaros de Lara y en selecciones con Venezuela. El “hombre del momento” hizo su desembarco en Santiago del Estero que todavía no se reponía del cimbronazo de la salida del anterior técnico. La primera medida fue el desembarco de Aaron Harper quien llegó para reemplazar al puertorriqueño Isaac Sosa. Sobre finales de diciembre se desvinculó Elsener (reemplazado por Carl Elliot) y llegó Fabio Demti como asistente del “Che”.
El final de la segunda fase: deseo y decepción
Desde enero a mayo Quimsa vivió un calvario. De los 33 partidos que disputó ganó 13 y perdió 20 (39.3% de eficacia), números que apenas están por encima de Echagüe, La Unión, Atenas y Boca en el mismo lapso. Vivió un infierno con las lesiones. Se fueron cayendo por diferentes motivos: Robert Battle, Fabián Shadi, Nicolás Romano y Jaz Cowan y llegó a jugar con una rotación de cuatro mayores y un U23 con un banco enteramente de juveniles.
Para un equipo enteramente rearmado con extranjeros novatos en la Liga, por mucho que hayan sido experimentados en otra parte del planeta, la competencia no le dio chances. Fueron castigados con derrotas que le costaron retroceder en la tabla hasta sacarlos naturalmente de los Play offs.
Pocas veces se pudo descifrar la idea general de lo que quería jugar el equipo, que iba por donde podía pero no por donde quería. Terminó estableciendo un altísimo 83.4 puntos en contra por partido en la segunda fase cuando venía de 76.6 pts en contra en la primera. Otro equipo, otro contexto. Su ofensiva también subió de una fase a la otra de 80.8 pts a 82.7 pts. Otro forma de juego en el medio de la temporada pero con 4 actores nuevos.
Finalmente en el marco de una zona norte muy dura y con otros equipos levantando su nivel terminó cediendo el rey y despidió a dos extranjeros (Elliot y Hamilton) antes del cierre cuando ya sabía que no clasificaba. Cerró así una fase regular sin premios, que tuvo un sabor muy amargo por todo el recorrido.
Balance final
Hay una nota anteriora este balance de fin de temporada que anticipa varias circunstancias que Quimsa atravesó a lo largo de la competencia. En dicho artículo se repasa hasta conceptualmente los momentos y sus decisiones.
Se repite el viejo axioma que el “dinero no hace la felicidad” ya que una organización completa puso todos sus cañones en mejorar la situación y no pudo torcer el rumbo. Fue uno de los fracasos deportivos más resonante de la temporada a pesar que los atenuantes fueron varios.
La dirigencia de Quimsa sabe de estos tropiezos y apostará igual de fuerte para la próxima temporada aprendiendo que la dinámica de este nuevo torneo de 20 equipos y 56 partidos ha cambiado varios paradigmas: por ejemplo que los grandes jugadores se cuentan más por la ecuación de su salud/talento que la de solo su talento.
Al entrenador no le molesta buscar en la misma proporción nacionales o extranjeros pero seguro tomó nota de los inconvenientes de jugar con 4 foráneos nuevos al mismo tiempo. Tendrá tiempo de armar un equipo a su imagen y semejanza, porque el reflejo que dejó este Quimsa 16/17 fue muy pobre, que nada se condice con los deseos de la institución y los pergaminos de los entrenadores que lo comandaron.