Quimsa volvió a perder rápido la localía como le sucedió ante Instituto la final pasada. Necesita más de Robinson, una presencia constante de Anderson y el tiro externo como factor clave. El análisis.
Autor:José Fiebig (@Josefiebig en twitter)
Volvieron los fantasmas en las finales para Quimsa. Como le sucedió ante San Lorenzo, y sobre todo ante Instituto (donde jugó en su cancha), perdió la localía en el segundo juego tras arrancar 1-0. No pudo sostener sus virtudes de juego y defensivas dejando que el rival crezca y cayendo en otro cierre apretado. Ahora con la obligación de ganar afuera y enderezar la nave.
El primer juego fue a pedir de Quimsa. Baralle condució con criterio, velocidad, tuvo gol en sus manos y el resto fue un complemento ideal. Anderson fue un pilar ganando con su experiencia y calidad sumado a los ratos de Robinson y sobre todo a las variantes de experiencia que tiene Quimsa en su roster. Todo eso lo llevó a dominar desde el tercer cuarto en adelante.
Sumado a eso, impuso su intensidad atrás, supo detener a Balbi y Schattmann, aprovechar el desgaste que traía Boca de la serie anterior y sin extrañar a Robinson, quien solo apareció por chispazos. Prácticamente esas cualidades no las pudo sostener en el segundo partido, de hecho padeció ciertos pasajes, otro mal inicio de periodo, y si bien logró tomar el control, el cierre fue todo de Boca dentro de un score muy ajustado.
Necesita mucho más de Robinson. El escolta está siendo bien tomado por Mata, con trap bien altos y obligado a que suelte la bola. Salvo Anderson, el resto de los internos no dañan de la misma manera, por ende, pueden servir la bola para que la tengan y ellos jueguen como el caso de Hernández. Ramírez Barrios con mucho protagonismo teniendo sus armas pero Quimsa necesita de sus hacedores de juego y no forzar las acciones.
Brussino apenas en escena, lo mismo Pérez Tapia y Baralle en soledad por momentos para hacerse cargo. Cosolito y Acevedo con juegos muy dispares, y sin complementar ante la defensa e intensidad que imprimió Boca atrás. La defensa de Quimsa no fue para nada mala, todo lo contrario, pero su 6-28 en triples más la salida anticipada por faltas de Anderson vaticinó ciertos problemas.
La baja de Anderson fue clave. Un centro de excelencia en ambos costados donde Boca sacó rédito para atacar fuerte sumado a posicionarse diferente atrás. De hecho Anderson llevaba 12 pts con 12 tiros de campo marcando su importancia y lo mismo en el primer encuentro con 17 pts y 9 rebotes. La banca deberá hacer algo más y obviamente el tiro externo empezar a ser una virtud y no un problema, sobre todo estudiando lo anulado que está Robinson.
