Si alguien pensó en hacerse “la América” con Atenas en el inicio de los cuartos de final, anoche se pegó un chasco. Durante la fase regular, el Griego llenó un par de veces “el Poli” y no era descabellado imaginarse una explosión de público en el arranque de los playoffs. Sin embargo, vendedores de banderas, gorros o calcomanías terminaron con cara larga o sonrisas irónicas: vendieron poquito y nada, pese a que el Cerutti cobijó a unas 2.700 personas.
En el local de indumentaria que tiene el minibásquet ateniense, Silvio se lamentaba en el entretiempo. “No vendí nada de nada”. Segundos después aparecieron Cristóbal, Conrado y Benjamín, de Almafuerte: se llevaron una musculosa reversible de 70 pesos, la primera compra de la noche.
“Recién vendí las dos primeras ‘calcos’”, contaba Marcos, poco antes del partido y en la entrada principal, a metros de Adriana y Raúl, quienes ofrecían banderas y gorras de todo tipo, pero que veían que anoche no pintaba para ser un gran negocio. “En el último partido de Atenas hicimos 65 pesos y hoy arrancamos peor”. Adentro, en la cancha, hubo calor. Afuera, las ventas no llegaron a entibiarse.