Este miércoles empieza la gran final de la Liga Nacional de Básquet 2013/2014. Y en esta edición de LNB Retro, repasamos el último título de Regatas Corrientes (LNB 2012/2013) y de Peñarol (Súper 8 2013).
Autor:Leonardo Chianese (@leodeflores)
Carnaval toda la vida
Corrientes tiene su festejo máximo en la historia del básquetbol. Regatas alcanza la gloria deportiva con el título de la Liga Nacional. Fue 69-65 sobre Lanús y una inapelable barrida de 4-0 en la serie final. Los correntinos aprovecharon las dudas, los errores y el nerviosismo de su rival. Fue superior y cierra un año inolvidable.
Nadie, ni el más fanático de los hinchas de Regatas esperaban un inapelable 4-0 en la serie final. Se dio así porque el básquet tiene esas cosas tan imprevistas. Lanús no entró nunca en la final y terminó brindando por su impericia una serie deslucida, chata, que no enganchó a la gente salvo por momentos sacando obvio a los hinchas de cada equipo.
Acaso para Lanús la final haya sido la semifinal. Haberle ganado a Peñarol era el título. Fue su llegada a la meta, porque la final no la jugó nunca con posibilidades de ganarla, más allá de las declaraciones se dejó dominar como si el objetivo ya estuviese cumplido. Y Regatas, por el contrario, sin ser un equipo lleno de virtudes (obligado también por el rival) siempre tuvo más para dar.
El equipo de Nicolás Casalánguida no jugó para ganar 4-0, pero fue aprovechando día a día lo que Lanús le daba y no lo perdonó porque su ambición era todo, era campeón, era la gloria. Y empujado por su destino no paró hasta conseguirlo. Se notó en las finales que jugaron dos equipos con ambiciones diferentes. Y así llegó al campeonato:
Después de suma paridad por nueve minutos, Regatas pudo sacar réditos de sus últimas dos defensas para quedarse con el primer cuarto por 21-17. El tono de equilibrio tuvo que ver con un Lanús concentrado que comenzó muy bien con la intensidad defensiva de siempre y McFarlan activo en ataque.
Como generalmente pasa el paraguayo Martínez fue quien puso al equipo correntino en la velocidad correcta mientras Kammerichs y Pedro Calderón fueron determinantes para anotar puntos en la pintura. La defensa de Regatas le obligó a Lanús a perder cinco balones (es un número muy alto). La visita le sacó provecho a esas pérdidas y terminó siendo clave en el desarrollo del primer segmento para que Lanús no pueda ganar el cuarto.
En el segundo cuarto Regatas amplió la ventaja con muy poco en ofensiva, buena defensa y manejando el trámite. Los primeros dos minutos del segundo cuarto fueron realmente feos. Pérdidas, errores, hasta los tiros libres marraron. El partido se fue deshilachando en la impotencia de Lanús y la poca pericia de Regatas para sacarle provecho a su rotación. Nico Romano entró apresurado y errático mientras que su perímetro desapareció.
Con 11 pérdidas, 2/10 en triples, 9/15 en dobles y 4/9 en libres Lanús jugó a lo que pudo. Sin rebeldía, sin intensidad vital para imponer su juego. Regatas no tuvo un primer tiempo bueno, apenas discreto con 11/21 en libres y similares porcentajes que su oponente. Pero cuidó mejor el balón con largos minutos de Ferreyra y Martínez en el 1-2 mientras aprovechó los errores de Lanús.
Con una tremenda volcada del “Yacaré” Kammerichs la visita tomó 8 de luz (21-29) una ventaja para nada decisiva pero que le sirvió para manejar con tranquilidad los tiempos del juego. El primer tiempo fue de Regatas por 28-36.
En el tercer cuarto Lanús tuvo más entereza para salir a buscar la victoria y el partido se puso más lindo. Se “armó” el juego con dos bombas de Schattmann de tres puntos que acercaron a Lanúsa solo un punto. Pero Javier Martínez se volvió a adueñar de los tiempos de juego, de la ofensiva y Regatas además mejoró su defensa. Por eso con la aparición de Tony Washam tomó una nueva ventaja de 50-con parcial 0-7 para la visita.
Lanús, como ocurrió en gran parte de la serie erró hasta los tiros cercanos al canasto. En muchos pasajes del partido no fue falta de juego sino simple falta de puntería. Pero es tan delgada la línea para interpretar cuando un equipo no puede a cuándo no lo dejan que el concepto es ambiguo.
Para el segmento final el Granate trató de echar el resto y con dos libres de McFarlan Lanús se puso abajo por la mínima: 54-55 a falta de 6:37 justo cuando el “Yacaré” Kammerichs sale por cinco faltas. Parecía el momento ideal para que dé el zarpazo, pero no tuvo punch. Enseguida se fue Battle por cinco faltas y todo se emparejó. Sin el jugador franquicia el equipo de Santander no tuvo quien guie al equipo en la parada.
La falta de claridad de Lanús (condimentada con tiros verdaderamente increíbles que no entraron) dejaron al equipo Granate con pocas chances. Regatas, buen equipo defensivo, aseguró el rebote y tuvo siempre una mano amiga para llegar al gol. Paolo Quinteros que jugó un partido sin tanta explosión ofensiva metió un doble agónico de los que derrumban paredes a poco del cierre.
Sobre el final con los libres errados, las pérdidas y hasta una falta antideportiva los dos se dieron vida uno al otro. Pero ganó Regatas porque fue el que tuvo el objetivo más claro. Santander intentó todo el tiempo de convencer a sus jugadores. Los de Casalánguida ya estaban convencidos.
Por eso sobre el final todos hablan del proceso que empezó el 23 de julio. Desde el comienzo mismo de la gesta Regatas entendió el desafío y para qué se había formado: buenos jugadores, un gran cuerpo técnico. Necesitaban congeniar las piezas. Encontraron a un Paolo Quinteros herido por su ausencia en Londres 2012 que sacó lo mejor de sí con un espíritu deportivo admirable. El deseo de Paolo fue su alimento y el resto se acomodó. El MVP de las finales tuvo en el paraguayo Martínez y en Fede Kammerichs dos intérpretes perfectos del idioma que solo hablan los consagrados. Fueron por todo. Así ganaron el Super 8, la Liga Sudamericana y la Liga Nacional en un año difícil de empardar.
Regatas Corrientes levanta la copa máxima. La Liga Nacional tiene un nuevo campeón que se mete en la historia grande por dos motivos: barrió su serie final como solo lo hicieron Atenas (de Ruben Magnano) y Libertad (de Julio Lamas) y ante un gran oponente. Salud campeón… que siga el carnaval!.
Lanús (65): Nicolás Laprovíttola 9, Patricio Prato 2, Adrián Boccia 19, William Mc Farlan 11 y Robert Battle 9 (x) (FI) Lucas Pérez 2, Facundo Giorgi 0, Leonel Schattmann 10 (x) y Fernando Martina 3 (x). DT: Silvio Santander.
Regatas Corrientes (69): Javier Martínez 15, Paolo Quinteros 8, Tony Washam 12, Federico Kammerichs 15 y Pedro Calderón 7 (FI) Nicolás Romano 3, Nicolás Ferreyra 0, Miguel Gerlero 0 y Jerome Meyinsse 9. DT: Nicolás Casalánguida.
Parciales: 17-21, 28-36 y 48-50
Árbitros: Estévez – Rougier y Castillo
Estadio: Antonio Rotili – Lanús
Fuente: Pick and Roll 16/5/2013
Con el alma de campeón
Otra vez Peñarol es campeón del Súper 8. Lo conquista por cuarta vez en su historia al superar a Quimsa en la final 82-76 en un juego que dominó de principio a fin por su convicción mental. Campazzo fue el MVP y Rivero demostró que su equipo es solidario y efectivo.
Atención con el Peñarol de Rivero. Venía mostrando lo que puede dar con equipo completo y lo rubrica con el primer torneo que afronta con todo el personal disponible. Lleva un invicto de 11 partidos en la Liga Nacional que ahora suma a 14 con el Super 8. Lo mejor del milrayitas está en las formas. No necesita un goleador y se muestra generoso y solidario atrás y adelante.
El primer cuarto se dividió en dos, primer fue de Peñarol y luego Quimsa logró igualarlo. Los santiagueños salieron con el objetivo de profundizar sus ofensivas. Comenzó atacando con el poste bajo sacando réditos de Tintorelli, pero lo dio vuelta Peñarol muy rápidamente con la velocidad de Campazzo, un movedizo Boccia para que llegue los dos primeros triples en las manos de Johnson y Leo Gutiérrez.
Así pasó al frente 12-4 y Fabio Demti se vio obligado a pedir minuto para el primer reto de la noche. Al regreso un doble más falta de Leiva estableció la máxima de 11 (15-4) y parecía que el partido se terminaba pronto. Pero del 17-6 con el doble de Johnson, Quimsa fue limando la diferencia con un encendido Jony Treise (100% de efectividad y 7 pts) aprovechando tres faltas seguidas de Peñarol en ataque. Hasta que llegó el sorpresivo empate en 18.
El base de Quimsa además tuvo un muy buen primer cuarto porque pudo contener a Campazzo para que no saque diferencias y controlarlo en términos más naturales. Y el segundo hecho clave fue la segunda falta de Leiva que lo sacó de la cancha.
Para el comienzo del segundo cuarto Quimsa tomó la delantera por primera vez (20-22) pero le duró nada. Porque Boccia encontró (o fabricó) los espacios en penetración y demolió la defensa santiagueña en velocidad.
Con tres dobles consecutivos del propio Boccia Peñarol pasó al frente 26-23 y además empezó a utilizar el recurso que más le gusta: el contraataque. De pronto Quimsa se nubló en ataque, se confundió ante una defensa que anticipó la línea de pases y comenzó una secuencia de pérdidas que derivó en un parcial 12-2 del milrayitas para volver a escaparse 34-25. En ese tramo Sosa y Leo Gutiérrez con los triples fueron claves.
Quimsa llevaba el partido sin sus extranjeros, hasta que volvió Darren Phillip y el equipo volvió a mejorar para que el “Tulo” Rivero tenga que parar el juego (34-31) por la mejoría del rival. El cierre del primer tiempo fue mejor por la puntería de Sosa, los puntos de Boccia y el sacrificio defensivo de Weigand. La primera mitad fue de Peñarol 47-39
El equipo santiagueño salió dispuesto a dar vuelta el tanteador y buscó algunos tiros rápidos en el comienzo del segundo tiempo pero cometió con muchos errores en los primeros minutos, lo mismo que Peñarol (51-44), el partido cayó en un bache justo en el momento que llegó la tercera falta de Campazzo.
No obstante Peñarol mostró que es un equipo lleno de recursos para el gol y en pleno estancamiento Martín Leiva metió un triple que despertó al equipo. Luego otro de Leo Gutiérrez y en el medio de los tiros fallados de Quimsa la brecha se abrió abruptamente para tomar 15 de luz (65-50) cerrando el tercer cuarto con un cómodo 65-52.
Esa distancia le permitió a Peñarol hacer un uso psicológico del juego, sin temores y sin regalar nada. Por convicción y autoridad pudo mantener la diferencia. Por eso para el último cuarto sin problemas Rivero determino darle un descanso inicial al terceto Gutiérrez. Leiva y Campazzo.
En tanto Fabio Demti también buscando una recta final distinta en el juego abrió el segmento final sin los extranjeros. Pero le duró poco la apuesta solo de nacionales, ante la falta de gol pidió minuto (ambos estuvieron sin convertir los primeros dos minutos y medio) y mandó a Baxter a la cancha. En el minuto el DT de la Fusión les pidió que se suelten… que se animen. Hizo una muy buena lectura del juego, porque esa fue la diferencia. Peñarol se animó a tomar riesgos tanto ofensivos como defensivos. Muchos de esos riesgos no le salieron, pero evidenció un dominio mental de la final.
De todos modos Quimsa no se rendía y llegó a ponerse a 10 (65-55) con volcada infernal de Baxter, pero otra vez Peñarol tapó la reacción con puntos, ya con Leo, Leiva y Campazzo en cancha (69-55 a falta de 5 minutos).
Buen reingreso de Facundo Campazzo fue aplacando el ímpetu del rival que se apoyó en Matías Sandes para apuntalar su ofensiva. El ala pivote hizo un gran partido pero no tuvo socios sobre el final.
Los últimos intentos de generar una prensión todo el campo de Quimsa terminaron mandando a la línea de libres a Peñarol desde donde terminó por sentenciar un juego que lo dominó casi por completo.
Este Peñarol que lleva 14 victorias al hilo y que con Campazzo en cancha ganó 18 de los 19 partidos que jugó se anota en la historia una vez más. Deja su nombre escrito en oro en el libro del Súper 8 al que gana por cuarta vez. Una copa que parece hecha a la medida de Peñarol.
Peñarol (82): Facundo Campazzo 15, Kejuan Johnson 13, Adrián Boccia 14, Leo Gutiérrez 14 y Martín Leiva 15 (FI) Gabriel Fernández 2, Axel Weigand 3, Matías Ibarra 0, Isaac Sosa 6. DT: Fernando Rivero
Quimsa (76): Jonatan Treise 16, Jimmy Baxter 6, Sebastián Vega 6, Damian Tintorelli 4 y Darren Phillip 16 (FI) Matías Sandes 17, Fernando Funes 8, Cristian Schoppler 3 y Gabriel Deck 0. DT: Fabio Demti
Parciales: 20-20, 47-39, 65-52
Árbitros: Pablo Estevez, Alejandro Chitti, Fernando Sampietro,