Un carnaval de goles para volver a la pelea

Los primeros cinco minutos fueron los más parejos de todo el partido. Llegaron empatados en 12 a los primeros 5 minutos, con los dos equipos apurando sus ofensivas. Es que se conocen tanto que debían construir resoluciones en menos de 10 segundos para tratar de sorprender a la defensa rival, tratando de no caer en trampas defensivas.

El primero que se asentó fue Regatas que pudo desde la base tener un poco de control ante un apagado Campazzo. Primero fue Martínez y hubo también un buen ingreso de McHopson para construir desde el pick and Roll algunas situaciones con ventaja.

Tampoco es que Regatas hizo cosas muy diferentes para marcar diferencias. Uso a Paolo de señuelo entendiendo que por naturaleza la defensa de Peñarol ajustaría sobre él, pero en verdad sus compañeros tenían gol en todas las posiciones. Ricky Sánchez salió afilado y Nico Romano lo mismo.

Después del empate inicial Regatas tomó ventajas en virtud de los primeros errores ofensivos de Peñarol. Nicolás Casalánguida no quiso mover el banco en 8 minutos y medio, su equipo por primera vez en la serie dominaba bien el desarrollo. El primer cambio fue el ingreso de un alero (Gerlero) por un ala pivote (Sánchez) corriendo a Romano de cuatro.

Al cierre del primer cuarto el local consiguió una buena renta de 10 puntos (25-15) con la particularidad de no depender de su goleador y un dato clave: La visita metió solo 3 puntos en los últimos 5 minutos del segmento.

Peñarol salió con todo el inicio del segundo cuarto atacando con en el Leiva poste bajo y con Giorgetti abierto facturando los espacios (25-20) pero Regatas se destrabó rápido con una jugada fortuita de Calderón en la zona pintada recibiendo un semi-recupero de Leiva.

Campazzo forzó algunas situaciones de uno contra uno para meterle presión al corazón de la defensa, pero los “Remeros” estuvieron muy atentos a cerrarse bien en el bloque defensivo, De todos modos a esa aparición de Facundo le siguió una de Paolo Quinteros para equilibrar la balanza.

El local tuvo su mayor virtud en repartir el goleo y tomó una máxima de 18 (49-31) sin ningún jugador en 10 puntos o más. Todos funcionando como el Regatas que se vio en la serie regular, de pases, de buenos porcentajes ante el tiro a pie firme y muy importante el trabajo de Martina en la pintura atacando el poste bajo de Leiva y Gaby Fernández.

Peñarol cerró el primer tiempo fastidioso y frustrado por no encontrar sus tiros y sus porcentajes (3/11 en triples) con apenas dos rebotes ofensivos y dos recuperos. Es decir jugando apenas a un tiro por ataque.

En Cambio Regatas disfrutó por primera vez en la serie de tener puntería desde el perímetro (5/10 en triples en el primer tiempo) teniendo 5 lanzamientos de campo más que su rival justamente por los ítems de los rebotes ofensivos (4) y los recuperos (4).

El partido se terminó pronto en el tercer cuarto. Cuando Peñarol salió a buscar el partido y encontró un Regatas cada vez más sólido desde su defensa y sobre todo desde sus porcentajes.

El local anotó rápido vía Quinteros que empezó a brillar en el individual y Martínez con una gran circulación de balón. Fue evidente como Campazzo y Leo Gutiérrez tomaron la responsabilidad de liderar a su equipo, buscaron en ataque cambiar el ritmo de juego y aunque con algunos aciertos en verdad el partido de todo Peñarol fue pobre. Y no hubo forma de salir del pozo a medida que corrían los minutos.

Regatas se fue 21 puntos (64-43) arriba cuando llegó la cuarta falta de Martínez y el reingreso de Hopson que no los condicionó. Por el contrario, la base de Regatas nunca sintió la asfixia y la incomodidad del juego dos y tres de la serie. Como se esperaba debía ser un juego mental, porque el equipo Correntino en los últimos tres años nunca había sufrido tres derrotas seguidas, y el estado de tensión se transformó en la confianza de siempre cuando los primeros tiros entraron.

Peñarol se vio abrumado al punto que no fue el mismo para luchar. Intentó con algunos cambios pero a sabiendas que tenía un error de ventaja, que era posible perder y no entrar en crisis, la energía ya no fue la misma como si lo hubiese sido si el margen de error sería nulo. Por eso mientras uno fue disminuyendo su juego el otro lo incrementó hasta tomar distancias irreales de más de 30 puntos.

Es similar a lo que pasó en el segundo juego de la serie cuando un equipo encuentra todo lo que busca y el otro se queda frustrado en su impericia. El resultado termina siendo abultado e irreal para el nivel de estos dos equipos. De hecho la serie está muy rara en cuanto a los resultados de tanto margen.

Solamente un rato del último tercer cuarto y muy poco del último con el partido ya definido el juego tuvo algo de paridad con ataques estacionados y buscando variantes. El resto fue desvirtuado por la contundencia de Regatas ante la mirada de un Peñarol atónito.

Finalmente como ocurre habitualmente con estos partidos, los titulares se resguardan esperando el siguiente juego y los suplentes, mucho antes del final terminan decorando el resultado.

Así corrió el quinto punto de la serie donde Regatas cumplió su objetivo con absoluta contundencia y mandó el mensaje que está vivo. Que quiere seguir peleando. Peñarol deberá dejar pronto este partido en el olvido y meterse de lleno en la nueva oportunidad de llegar a la quinta estrella el jueves en el Polideportivo.

Síntesis:
Regatas (104): Javier Martínez 10, Paolo Quinteros 18, Nicolás Romano 8, Ricky Sánchez 9 y Fernando Martina 12 (FI), Miguel Gerlero 10, Phillip Mc Hopson 18, Pedro Calderón 4, Matías Bortolín 11, Nicolás Brussino 4, Miguel Buendía 0, Renzo Olivetti 0. D.T: Nicolás Casalánguida.

Peñarol (73): Facundo Campazzo 15, Adrián Boccia 6, Forrest Fisher 0, Leo Gutiérrez 10, Martín Leiva 4 (FI), Gabriel Fernández 11, Franco Giorgetti 10, Axel Weigand 5, isaac Sosa 8, Matías Ibarra 4, Julián Moralez 0, Santiago Giorgetti 0. D.T: Fernando Rivero.

Parciales: 25-15, 29-21, 28-15 y
Árbitros: Pablo Estévez, Alejandro Chiti y Juan Fernández.
Estadio: José Jorge Contte

Pablo Tosal
@pablotosal
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