En los libros de la Liga

Amado u odiado. Así de desequilibrado es el sentimiento que hay sobre San Lorenzo desde su presencia en la Liga Nacional. Más allá de eso, sus cinco títulos lo avalan como uno de los más ganadores en la historia igualando a Peñarol y a cuatro títulos de Atenas de Córdoba. Algo que no cambiará pase lo que pase de ahora en más con el ciclón.

Luego de sus pasos por diferentes categorías y sin demasiado éxito, San Lorenzo decidió dar el gran paso y jugar Liga Nacional. Con Marcelo Tinelli detrás de todo, empresario exitoso y con billetera en mano, generó una explosión en el torneo compitiendo de enorme manera y llevando a sus diferentes equipos, año a año, a los mejores para triunfar. Todo inició con Julio Lamas por un par de temporadas. Goleó al sorprendente La Unión de Formosa 4-0 con Walter Herrmann como MVP sumado a la presencia de Penka Aguirre más Faggiano en la base, Johnson y Mata como emblemas para concretar el primer título.

En la siguiente continuó con sus fuertes aspiraciones. Se quedó con Gabriel Deck, sumado a Meyinsse, Safar, Scala, Sandes sumado a la calidad de Calfani y sosteniendo a Aguirre y Mata. Demasiado para la Liga. Se impuso ante un diezmado Regatas 4-1 para volver a celebrar e imponer su poderío por sobre todas las cosas. No todo quedó ahí, fue sumado figuras y potenciando sus planteles. Posiblemente lo que más molestó pero siempre válido.

Llegó la 17-18 donde Lamas dejó de ser el entrenador y apareció Gonzalo García para tomar las riendas. Un equipo aún más impactante con la dupla de Estudiantes de Concordia (Tucker - Justiz Ferrer) sumado al jugador de mayor progreso José Vildoza, Deck como ultra figura más Safar, Sandes, Calfani, Mata, Aguirre y el internacional Joel Anthony. Impresionante. Así y todo venció agónicamente a Instituto en semis y luego 4-2 a San Martín en la definición.

La 18-19 también fue de enorme impacto. Sumó a Sims como cuota anotadora más toda la tropa de anteriores campañas. Se fue Justiz Ferrer pero sumó a Clemente más la calidad en el poste con Calfani y Anthony sumado a todo el resto que se mantuvo para dominar con absoluta claridad. Apenas perdió un partido de local, 12 en la general pero necesitó de siete partidos para vencer a Instituto. Ya sin Deck también pero no fue necesario. Un goleo repartido, opciones de sobra y el tetracampeonato en las vitrinas.

No se pudo completar la 19-20 donde llegaba como escolta de Quimsa. Se quedó con la tropa de Instituto (Muller, Piñero, González y Batista), sin dudas un golpe que dolió al afuera. Fue teniendo problemas con el BAT, Un cambio de entrenador y luego jugadores que sorprendemente se fueron como Marcos Mata, deudas a saldar con Sims y Clemente (sobre todo) sumado a Calfani, quien terminó en Japón.

Un equipo que fue mutando por completo más la chance de seguir perdiendo ciertas figuras. Así y todo bancó la parada, y llegó a la 20-21 con un elenco lleno de nacionales. Se deshizo de los extranjeros que pasaron sin pena por la Champions, contó con Santander como entrenador y destrabó a su favor la Liga. Nuevamente tomó fichas de real importancia. Hernández, Romano, más tarde Acuña por Caffaro más una versión desalineada de Tucker, quien no terminó jugando.

Fue la primera vez que inició perdiendo una final. De hecho Quimsa venía con marca de 4-0 en los últimos cotejos y el ciclón ganó 3 de 4 en poco tiempo para coronarse campeón nuevamente. Vildoza, Fjellerup y Aguirre como estandartes sumado a los internos dentro de un plantel mucho más corto, con cambios en el medio y perdiendo muchas fichas. Así y todo, se quedó con el torneo por encima del santiagueño, quien llegaba como favorito. Amado y odiado pero San Lorenzo ya tiene cinco títulos y está en los libros de la Liga...

José Fiebig

@Josefiebig