San Martín contó con otra performance de gran nivel para mantener su invicto. Venció de local a Oberá 86 - 72 con un enorme segundo cuarto y cuatro jugadores en doble dígito. Ramírez Barrios fue el mejor con 16 puntos.
Autor:José Fiebig (@Josefiebig en twitter)
El que quiera salir campeón deberá demostrarlo ante San Martín, tal como hizo Instituto en el Súper 20. Deberá someterlo a un juego que lo incomode, bajando el ritmo, defendiendo más que al 100%, porque como ya se ha repetido, las armas del Rojinegro son tan variadas, que es muy difícil hacerlo ceder. Por algo sigue invicto en este comienzo de Liga, con una filosofía que se reconoce a la legua.
Esta vez, el que lo sufrió fue Oberá. El equipo de Vadell supo aprovechar al máximo los errores del rival; después de un comienzo parejo, estableció una racha de 10-0 en el final del segundo cuarto para irse arriba en el marcador, y luego controló el partido imponiendo el juego que lo caracteriza: buena defensa para forjar desde ahí el ataque, con los tiros de 3 puntos, que aparecieron en los momentos donde la pelota quemaba.
Fabián Ramírez Barrios fue, sin lugar a dudas, la figura del encuentro. El correntino, que volvió está temporada a vestir la camiseta de SanMa, aportó 16 puntos (con 6/8 en TC) y fué vital en la racha que rompió el partido con dos bombas desde la tercera dimensión. En tanto a lo estrictamente numérico, la diferencia estuvo en las pérdidas, ya que el Celest tuvo 19, mientras que los locales tan sólo 10, y en los triples, con 11 para el Santo, y 6 para la visita.
En el arranque del partido San Martín intentó imponer su juego pero la gran efectividad de Oberá no lo permitía. 5-0 arrancó el cuarto para el local pero rápidamente los misioneros emparejaron el partido y se pusieron al frente. Un triple de Franco Méndez sobre el cierre le puso tablas al marcador: 25-25.
En el segundo parcial, el equipo de Vadell comenzó a encontrarse con su juego de a poco, y con una buena defensa pudo bajar la efectividad del ataque de Oberá. Con una ráfaga de triples sobre el final cerró el primer tiempo 47-37.
Luego de las charlas en vestuarios, San Martín logró mantener esa diferencia y controló el partido a su ritmo. Por momentos no encontraba la efectividad en los tiros de tres puntos que lo caracteriza, pero mantuvo el resultado con una muy buena defensa. Cuando parecía que Oberá podía ponerse en juego, apareció la figura de Fabián Ramírez Barrios, y promediando el último parcial, el visitante logró ponerse a cinco, pero dos bombazos de Rolando Vallejos sentenciaron el partido.