NEUQUEN.- (Enviada especial) La clasificación para el próximo mundial es una realidad. La victoria frente a Panamá por 115 a 87 fue tan contundente como todos los triunfos en el torneo, pero trajo como regalo...
Autor:Pablo Tosal
Una vez más, Argentina fue contundente de arranque, con lujos inclusive, pero por suerte para Panamá, apareció Peralta que se despachó con 3 de 4 en triples y evitó que la diferencia fuera abismal de entrada. Magnano sorprendió en el pirmer cuarto relevando a “Pepe” por Farabello. Además, Oberto sigue siendo siempre regular (3 de 3 dobles), acompañado por la excelente tarea ofensiva grupal (Argentina terminó el primer cuarto con 100% en dobles). La defensa panameña, recostada en zona, le regaló el tiro exterior a la Argentina que arruinó los porcentajes en el final. La diferencia en sólo 10 minutos era de 13 puntos: 31-18
En el segundo cuarto, el partido cayó en intensidad y emoción. Volvió “Pepe” a la conducción y Scola pesó en ataque, pero al equipo en general se lo vio desmotivado. Encima, el técnico de Panamá mandó al banco a los jugadores más importantes, pensando en los dos últimos compromisos que le quedan (Uruguay y Venezuela) para pelear la clasificación. A falta de 2´, Leo Gutiérrez sufrió un golpe en el tobillo izquierdo que aparentemente es sólo una lesión de primer grado, nada grave. La primera mitad dejó en el tablero un 55-39 que invitaba a especular con que el resto sería un trámite.
Y así fue. Argentina encontró gol en la pintura con gran protagonismo de Wolkowyski (el partido se prestó para que también tire de tres). La defensa reguló la intensidad y ofensivamente descansó en juego de pases con alternativas individuales como Hugo Sconochini y Gabriel Fernández (terminó con 17 puntos).
Al final, otra vez Argentina cumplió con un trámite, Magnano cuidó y rotó el plantel pensando en los partidos decisivos.