Con un plantel de escaso recambio, Peñarol pudo llegar a un final ajustado ante un rival difícil pero finalmente cayó ante Boca por 87 a 80 en el Estadio “Luis Conde” de Capital. La mejor arma del “milrrayitas”,...
Autor:Florencia Cordero
En el inicio Boca fue mejor con muy poco aunque Peñarol se mantuvo en juego gracias a contragolpes rápidos y efectivos. Promediando el primer cuarto, Sebastián “Tato” Rodríguez salió lesionado (distensión en el hombro derecho) y no volvió a reingresar. Su reemplazante fue el juvenil Pablo Ortega. Mientras Peñarol se rearmaba, el ingreso de Campana dio sus frutos en el final del parcial y el local sacó cinco de ventaja (24-19).
A Pittman le costaba meterse en el partido, pero cuando lo logró -en el segundo cuarto- fue desequilibrante y se convirtió en la opción más clara de ataque. Por su parte, el “Pichi” Campana siguió con la misma intensidad haciendo fácil todo lo que Peñarol hacía parecer dificil en el otro aro. Mauricio Hedman y Fernando Rodríguez acompañaron en ofensiva el mejor tramo de Pittman en el juego y así llegó el descanso largo con una leve supremacía de Boca (46-44).
El tercer parcial arrancó desprolijo para los dos equipos hasta que dos triples seguidos de Fernando Rodríguez insinuaron un despegue de Peñarol. Sin embargo, se despertó Corey Allen con un buen pasaje ofensivo, Gabriel Cocha anuló a Pittman y las chances del “milrrayitas” se complicaron. En ese tramo, Carlos Romano optó por los juveniles que cometieron muchos errores en momentos clave. Algunas desatenciones colectivas hicieron que se desdibujara el equipo, pero así y todo la diferencia en favor de Boca era mínima y Peñarol estaba en partido.
Si bien Boca fue más agresivo y su rival respondió como pudo dentro de sus posibilidades, el juego tuvo un final cerrado. Peñarol no encontró solidez defensiva y, además, Josh Pittman nunca pudo explotar para darle algo de vuelo al equipo. En el final, Alejandro Olivares tomó buenas opciones de tiro y Fernando Rodríguez siempre encontró gol (hasta un lanzamiento errado desde los 6,25 muy cerca del cierre hubiese torcido la historia en favor de Peñarol). Pero una ráfaga inesperada de Guaita (asistido por Campana) y los libres del final, le dieron a Boca una victoria luchada pero bien merecida.