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03/12/2001 09:19 | Liga Nacional

Siete minutos de euforia

Quilmes jugó los peores treinta minutos de la temporada, pero en el mismo partido revirtió la historia con siete minutos de alto vuelo, defensa dura y porcentajes dignos de un equipo que tiene ganas de ganar. Enfrente estuvo Ferro
Autor:Pablo Tosal

Desde el comienzo mando Ferro. Al minuto y medio ganaba 1-5 y con cinco puntos de Ibarra y cuatro de Ebong seguidos, Quilmes se puso en partido por uno abajo (10-11). Hasta ahí llegó todo lo que pudo hacer en el primer cuarto y todavía faltaban cinco minutos para que terminara. Erron Maxey dominó los tableros, metió 9 en el parcial y con la conducción de Ciorciari, que dominó a Ibarra y después a Farabello, los de capital se fueron arriba 21-11 al final de los primeros 10.

En el inicio del segundo cuarto nada cambió. Quilmes sumando los últimos cinco minutos del parcial anterior y los primeros tres del segundo, en 8 minutos convirtió un sólo punto, aunque Ferro le dio una mano perdiendo 13 balones en el primer tiempo. El partido era de tono mediocre para abajo, y Quilmes abolló los aros (9/30 en dobles y 0/7 en triples en los primeros 20) además provocó pocos tiros libres (5/7) y de los 8 rebotes en ataque que tomó en el segundo parcial sólo aprovechó tres, en cambio Ferro que no contaba con una figura determinante, sustentaba su producción en la sapiencia de Ciorciari y encontró gol en casi todas las posiciones si buscar desde el perímetro (0/1).

Los primeros tres minutos del inicio del complemento fueron una continuidad del primer tiempo, Quilmes erraba hasta los tiros más inverosímiles y Ferro, sin ser un equipo dominante, usaba los errores del local, corría el contraataque y hacía todo fácil. El equipo de Oscar Sánchez era una sombra del equipo que le ganó a Estudiantes de Olavarría. El mal balance defensivo era víctima del ataque desprolijo y en defensa ni Cavaco ni Pablo Gil podían contener a Erron Maxey que tomó tres rebotes ofensivos por la espalda de sus marcadores y los cambió por puntos (sumó 10 en el parcial).

La diferencia al comienzo del último parcial era de 13 puntos (51-64) que rápidamente se amplió a 17 por un parcial 4-0. Fue el punto de quiebre. A partir de allí Quilmes, ensayó una defensa zonal 2-3 que fue efectiva, luego la cambió por el hombre a hombre con presión toda la cancha que ahogó el traslado del rival y su defensa cerró los caminos al aro. Cavaco que venía 0/6 de cancha tomó un doble y un triple de riesgo y los metió. El equipo ganó en confianza y el aro se hizo más grande. En los primeros tres cuartos en dobles sufrió con 15/43 (34%) y en el último terminó con 8/8, mientras que en triples venía 4/21 (19%) e hizo 3/6 en los últimos 10. Sólo Walter Guiñazú (26 puntos) sostenía a Ferro. En final cerrado, Ciorciari, Maxey y Herrera acumularon cuatro faltas y fueron permisivos en la marca, en cambio en Quilmes que tenía a Ibarra, Gil, Cavaco y Ebong también con cuatro nunca levantó la intensidad defensiva.

En apenas siente minutos de euforia, Quilmes se dibujo una sonrisa. Jugó mal y cambió a tiempo. Ferro se asusto cuando se dio cuenta que podía perder un partido increíble y sus jugadores, después, le echarían las culpas al árbitro Bautista, que dirigió mal, pero para los dos. Fue un susto que sirvió para sumar de a dos y que seguramente servirá para corregir errores.

Pablo Tosal

Quilmes 86: M. Ibarra 17, D. Farabello 13, D. Cavaco 9, B. Ebong 21 y L. Boozer 7 (FI), P. Gil 19. DT Oscar Sánchez

Ferro 82: D. Ciorciari 15, N. Ingles 2, Castiñeira 2, Maxey 25 y Guiñazú 26 (FI), R. Herrera 10, F. Titarelli 2. DT Pablo D´Angelo

Cuartos: 11-21, 29-41, 51-64