La Liga Nacional, tan carente de espectáculo, debería recibir como buena noticia la llegada de Damon Stringer, un base rápido, goleador y que en una noche inspirada es capaz de dejar en ridículo a una de las...
Autor:Pablo Tosal
Es muy raro ver, que en la “era Oscar Sánchez” un equipo se vaya de Once Unidos con una victoria, mucho más raro aún es que en un reducto casi inexpugnable le conviertan más de 100 puntos. Anoche Independiente hizo todo eso y más. Jugó a lo que se propuso, marcó los ritmos del partido y llegó a sacar 20 puntos de ventaja con autoridad mientras los hinchas locales se preguntaban si todo era un sueño.
Por que en la previa, aunque difícil, Quilmes tenía que sacar ventajas sobre el rojo pampeano, vengar la derrota en pico, y seguir subiendo en la tabla. Pero nadie contaba con la actuación de un extranjero, como Damon Stringer, que regaló una lección de básquetbol ofensivo. En principio la marca de Ibarra, luego la de Cavaco y por último la de Pablo Gil fueron infructuosas. El base de 24 años y 1.85 mts, dueño de una excelente manejo de pelota, fabricó sus propios espacios, ganó en el uno contra uno, y dejó en ridículo las ayudas defensivas sobre él.
Pero Stringer no estuvo sólo, fue muy bien acompañado, primero por el planteo táctico de Marcelo Plá que dispuso rodearlo de dos bases, como Lucas Saúl y Daniel Arenas, y luego en la cancha el pivote Maurice Ingram se disfrazó de un jugador NBA y casi sin ayudas le ganó el duelo a los dos internos de Quilmes. La astucia de Stringer y la visión de jugar con tres bases en cancha, alimentaron siempre a Ingram que terminó con 23 pts y 16 rebotes.
A pesar de la ventaja en centímetros que daba Independiente, Quilmes no lo pudo aguantar nunca y le salió todo al revés, con más peso, no se hizo fuerte en los tableros, sin rebote defensivo no pudo correr y en defensa le fue imposible parar la estructura de Independiente sostenida por un inteligente juego de pases y un arma mortal.
Cuando nacía el tercer cuarto, la visita disfrutaba de una ventaja de 20 puntos (63-43) pero Dario Rodríguez, se apiadó de Quilmes y le fabricó la cuarta falta a Stringer, cobrándole un foul ofensivo sobre Ibarra que no existió. Pérdida de balón para los de Pico, Stringer al banco y Plá que perdió la compostura recibió un técnico por protestar.
Once Unidos se convirtió nuevamente en una caldera y Quilmes empujado por su gente y su corazón, pero casi ciego, fue para adelante. Farabello levantó la bandera de guerra y metió 4/5 en triples en el parcial.
Oscar Sánchez había dejado a Boozer en el banco y lo llevó a diego Cavaco de “4”, más por necesidad que por convicción. La vuelta del base goleador, en el último cuarto, era contenida por Pablo Gil, porque Marcelo Plá dio vuelta la estructura que tanto frutos le dio. Ante la presión defensiva toda la cancha de Quilmes, a Independiente le costaba horrores pasar la pelota. Hasta que recuperó la memoria y lo mandó a Saúl y Arenas a la cancha. Fue el golpe de gracia. Quilmes se puso a uno (98-99) a falta de 3 minutos, pero en la cancha había un jugador de los Harlem Globe Trotters, sin la música de los Sweet Georgia Brown. Y ante tanto basquet, no queda más que rendirse.
Pablo Tosal
Quilmes 102: M. Ibarra 7 (X), D. Farabello 22 (X), D. Cavaco 15, B. Ebong 16 y L. Boozer 14 (fi), P. Gil 28 y D. García Merlo 0. DT Oscar Sánchez
Independiente 113. D. Stringer 49, D. Arenas 7, J.M. Caruso 15 (X), K. Ross 2 , M. Ingram 23 (fi) L. Saúl 3 , F. Migliori 12, R. Centeno 2 y Davico 0 DT Marcelo Plá.