El remodelado y coqueto estadio de la ribera fue un carnaval anoche con la victoria de Regatas ante Quilmes por 88-77 vengando la derrota más amplia en su historia liguera recibida hace dos meses atrás. El...
Autor:Pablo Tosal
El pronóstico decía reservado. La parada de Quilmes en San Nicolás era, desde el vamos, difícil. Los antecedentes de la victoria por 50 puntos quedaron muy lejanos y el presente quilmeño, más feliz, no era una garantía de nada. Ganar o perder estaba dentro de los planes. Siempre y cuando fueran cinco contra cinco.
Con un parcial 7-0 de movida Regatas demostró que iba a tener una buena noche. Boubacar Aw (7pts) y Roberto Gabini (6) eran los líderes de la ofensiva mientras que defensivamente, Iglesias, Martin y Gabini se cerraban cerca del aro para ayudar a “Buba” y Pasquinelli contra Ebong y Wolkowyski. Los internos visitantes no pudieron alimentar desde el poste bajo a terceto Farabello, Cavaco y Gil, al tiempo que estos no tomaron decisiones propias. Quilmes quería respetar un libreto. Promediando el cuarto apareció Eric Martín con dos bombas desde lejos y dejó la diferencia en 11:21-10. Sólo en los últimos dos minutos Farabello (muy intermitente) se despertó, frotó la lámpara y Quilmes se puso a cuatro: 24-20. El “Colo” tuvo mas participación ofensiva en este cuarto que en sus dos anteriores partidos (7 puntos).
El cuarto de quiebre fue el segundo. Regatas lo ganó 25-14 y sacó la diferencia que le dio la victoria final. Metió casi todo lo que tiró (10/11 en dobles 1/3 en triples y 2/5 en libres) y jugando con una defensa muy agresiva cortó los caminos ofensivos de Quilmes. Jugados dos minutos del parcial, el árbitro Jorge Fabi le inventó la tercera falta al “Colo” y lo mandó al banco. Ebong suplió su ausencia con 6 puntos pero estuvo muy sólo. Boozer, como todo el equipo, quedó absorbido por la marca regatense que aprovechó la localía y especialmente la “pasividad” de los jueces para marcar a “medio foul”.
Después del entretiempo, Quilmes se dio cuenta que el juego era más parecido a una batalla que a un partido de básquetbol. Y su defensa fue dura, intensa y agresiva. Como la de su rival. A esta altura cada foul era protestado hasta por los chicos que limpian la cancha. El local sacó 23 de diferencia (57-34), pero un parcial 9-2 de la visita lo puso en juego con Ebong deteniendo a Aw que metió sólo dos puntos y llevaba 15 en el primer tiempo, lo mismo que pablo Gil que, con ayuda de Cavaco secaron a Gabini. Sobre el final del cuarto otro parcial 7-0 de Quilmes lo dejó a 12 de diferencia y el desarrollo de su lado. Regatas metió 16 puntos (5/14 en dobles 2/5 en triples y no tiró libres) mientras que Quilmes fue más equipo para atacar y menos individualista, pudo correr el contraataque y ganó el parcial 21-16.
En el último chico las cosas fueron parejas los primeros cinco minutos donde la diferencia osciló entre los 10 y los 12 puntos. Pero Quilmes con más amor propio que juego se vino para arriba. Wolkowyski tomó el protagonismo que se requiere de él y además de puntos (13) provocó foules desgastando los internos rivales. La brecha se achicó a seis (73-67) a falta de 3:30 y Quilmes con la pelota. Hasta que llegó la jugada que definió el partido.
Daniel Farabello atacó el corazón de la defensa local, por el eje, desequilibrando a Eric Martin que lo tomó por atrás de la camiseta. “Chiche” con sus compañeros abiertos, iba sólo para el aro. Jorge Fabi que estaba al lado no vio lo que todos si y otorgó “ley de ventaja” porque Farabello siguió con la pelota. Fue tan evidente el foul (antideportivo según el reglamento) que hasta los jugadores de Regatas se asombraron y la jugada se paró. Todos se miraban y nadie jugaba. Oscar Sánchez, que ya se había comido varias durante el partido, no aguantó más y se metió en la cancha a los saltos. Estévez, desde el fondo de la cancha sancionó lo evidente: Técnico a Sánchez. Resumen: Pérdida de balón para Quilmes y tiro con reposición para Regatas, y en vez de ponerse a cuatro (o menos si sancionaba la antideportiva como correspondía) se quedó 10 abajo. No sólo fue la diferencia, el cervecero no volvió nunca más al juego. Fue presa de una guerra de nervios contra los árbitros que como si no fuera suficiente no quedó ahí. En menos de dos minutos, tres pitos más perjudiciales le faltaban al partido. Un horror.
Regatas en cambio, fue inteligente para aprovechar los nervios del rival, su público desató el carnaval en las tribunas por anticipado y el desenlace del partido llegó con fiesta y lujos.
Quilmes podía ganar o perder el partido. Regaló 20 minutos y Regatas tuvo una terrible noche con los porcentajes. La remontada fue más con alma que con juego. Sin embargo nunca sabrá cuál hubiese sido el verdadero final de partido. Jorge Fabi y Pablo Estévez se encargaron de tomar un protagonismo que nadie les pidió y lo definieron ellos. Eso sí, se fueron satisfechos por su labor. Un bochorno.
Pablo Tosal
Regatas (88): J.M. Iglesias (15), M. Pasquinelli, R. Gabini (21), B. Aw (23), E. Martin (16), formación inicial; D. Alba (2), F. Malara (3), O. Cantón (7) y P. Fernández (1). Entrenador, Luis Oroño.
Quilmes (77): D. Farabello (9), P. Gil (13), D. Cavaco (10), B. Ebong (17), R. Wolkowyski (24), formación inicial; L. Boozer (2) y L. Sequeira (2). Entrenador, Oscar Sánchez.