Como máximo, y suponiendo que el equipo de toda su vida defina los play offs de semifinal y final en el último partido, a Marcelo Milanesio apenas le quedan seis presentaciones frente al público cordobés. Y...
Autor:Pablo Tosal
Desde hace un buen rato ronda el rumor de que Marcelo viendo preparando una despedida muy especial. Con Pichi Campana y Diego Osella, la guardia vieja de los cordobeses se retirarían con todos los honores jugando juntos un año en Atenas. Pero el gran capitán se encarga de enfriar las ilusiones y desmiente...
–¿Has recuperado tu nivel?
–Puede ser que haya ido de menor a mayor. Arranqué mal, no hice básquet en cuatro meses y estaba con la cabeza en otro lado. Sin dudas me siento mejor física y técnicamente. No me analizo, lo que sé es que el equipo está jugando mejor y es lo único que me interesa.
–¿Atenas será campeón?
–Ojalá que sea así, sería algo muy bueno. No por mí sino por Atenas y por Córdoba. Sería extraordinario.
–¿Qué te provoca cuando la gente canta “Marcelo no se va...”?
–Es la canción que más me emociona de todas las que me ha cantado la tribuna. Es un reconocimiento a lo que he hecho mientras me puse la camiseta del club. Es por eso que estoy muy contento y agradecido.
–¿Y qué le contestás?
–Ya le contesté hace rato. Mi decisión ya está tomada, es algo muy lindo, pero el coro no la cambiará.
Después la charla se mete en la actualidad de Atenas, y el hambre de campeonato que tiene el equipo griego
–Se los ve muy sólidos en los playoffs.
–El lunes fue un día atípico para nosotros porque nunca pensamos que las cosas nos saldrían tan redondas. Con Estudiantes había diferencias de equipos que eran notorias, pues sin los americanos ellos perdieron muchísimo, pero había que ganarles y se hizo con seriedad y jugando bien.
–Y ante un rival más complicado, ¿a qué se debió la contundencia?
–Ellos jugaron mal y nosotros hicimos muchas cosas buenas, tanto en ataque como en defensa. Por eso se abrió a nuestro favor una diferencia que rondó los 20 y 30 puntos y que nos permitió manejar el trámite. También tuvimos de esas noches, pero el lunes nos tocó tener una buena.
–La diferencia final de 38 puntos, ¿es la real?
–No, no es la realidad y no dice nada que hayan perdido por 38 puntos. No podemos confiarnos, ese partido ya fue. Para mí Libertad es un rival que apenas nos descuidemos nos puede llegar a amargar la vida. Tenemos que estar re-metidos y concentrados para que esto no pase. Ellos no son fáciles, todo lo contrario, y por eso están donde están. Eliminar a Boca 3 a 0 no es poca cosa.
–¿El equipo encontró la regularidad deseada?
–Creo que va creciendo. A partir de la ida de los americanos, cada uno encontró su momento, su rol, sus minutos, su lugar en el equipo, su confianza. Cada jugador siente que aporta cosas valiosas al grupo y eso hizo que creciera el equipo. Ahora todos están pasando por un buen momento y eso nos pone fuerte y nos hace más compactos y sólidos.
–Aunque decías que con los americanos eran más equipo...
–Lo que sucede es que nunca llegamos a amalgamarnos como tal, si no hubiésemos sido un equipo más fuerte. Si se nos lesiona alguien ahora, el séptimo es Mario (Milanesio) o un juvenil porque no tenemos más recambios como teníamos antes. Eso sí, con los americanos nunca logramos el nivel que tenemos ahora.
–¿Podés hablar de un porcentaje de mejoría?
–Es un buen momento, no hay porcentajes. Estamos sólidos, conformes y bien. Es un buen momento y estamos disfrutando de esta situación. Pero no hay nada garantizado, no podemos tirar manteca al techo, ni relajarnos porque daremos un paso atrás.
–¿Qué puede pasar hoy?
–Es otra historia. Ellos tienen que salir a quemar las naves, y saben que si pierden quedarán al borde de la eliminación. Saldrán a jugar un partido distinto. Por eso debemos salir igual que el lunes o más duro, porque no hay tantas diferencias.