Emanuel Ginóbili sabía que, tras la consagración en el 2001, en esta temporada le esperaba un desafío mayor. Pero, fiel a su carácter, no se apichonó. Ni siquiera cuando, en un inicio, las cosas no le salieron...
Autor:Pablo Tosal
Ahora, cuando los playoffs se acercan y faltan sólo 176 días para el Mundial de Indianápolis, su nivel roza la perfección. En los últimos seis partidos promedia 24.6 y en los tres finales trepó a 29.6. ¡Y en una media de sólo 32 minutos! El domingo le metió 28 a Benetton y los jueces, equivocadamente, lo privaron de ser el héroe al anular un triplazo. El martes fueron 30 al Milano y ayer, en la paliza a Udine por 112-73, empató su marca personal con 31. Y eso que el técnico Ettore Messina lo hizo jugar poco en el segundo tiempo. En el primero llevaba 15 en los primeros ocho minutos y 22 en la etapa. “Soy gran protagonista porque atravieso por un gran momento y mis compañeros no tanto. Hoy fue fácil. El rival marcó poco”, le contó a Olé mientras soportaba un dolor estomacal. También sumó seis robos y seis rebotes en 28 minutos.
El bahiense, como en la 00/01, es el mejor jugador en Italia. El alero de 1m98 hace de todo y juega con la misma intensidad en defensa y ataque. Lo prueba los números: está quinto en puntos (19.8) y dobles (61.7%), 19° en asistencias (2.2) y 25° en triples (39.2%), pero también 1° en robos (4.3) y 22° en rebotes (4.5). “Ser un jugador completo es lo que me hace sentir más orgulloso. En esta temporada algunos creen que no brillo tanto porque Kinder no gana tan seguido, pero para mí estoy mejor que en la anterior. Me siento más seguro y confiable. Además le doy un mayor valor porque en la última fui la sorpresa y ahora los rivales ponen un mayor enfoque en mí”, cerró.