El orgullo de los jugadores de Quilmes se manifestó anoche en Olavarría, cuando a cuatro minutos del cierre del juego se quedó sin Daniel Farabello y sin Lamont Boozer por acumulación de faltas, sin embargo,...
Autor:Pablo Tosal
Es una victoria que debería entenderse antes que nada desde el costado emocional, porque el partido fue una pequeña película de 40 minutos que tuvo todos los condimentos necesarios para que el festejo sea grande. Cuando la noche era más oscura que nunca en Olavarría para Quilmes, con un cambio táctico (defensa en triángulo) y cambio de actitud, el cervecero dio vuelta el partido y dejó sin respuestas a Estudiantes.
Desde el inicio todo fue cuesta arriba para la visita, y contrariamente a lo que sucediera el lunes, el perimetro del “bata” estaba errático y discontinuo pero el trabajo de Diego Osella (10 pts y 9 rebotes, 5 en ofensiva) más Diego Logrippo (10 pts, 3 rebotes, 2 recuperos y una tapa) en los primeros 10 minutos fue demoledor. Como respuesta Arce no podía jugar de espaldas al cesto y desde los cuatro metros estaba 1/4 en tanto, Boozer apenas sumo 2 puntos en dos tiros al canasto. El segundo segmento del primer cuarto fue todo de Estudiantes que pasó de ganar 14-10 cuando restaban 4:20 a 26-16 del final, con los rebotes ofensivos y puntos de Diego Osella más las mandadas de Logrippo.
En el segundo parcial, el ingreso de Pablo Gil le dio otra vez a Quilmes un equipo con menos altura pero más vértigo, especialmente en ofensiva, aunque el bahiense sólo anotó cuatro puntos, la defensa en la primera línea fue más agresiva, Farabello recuperó tres balones seguidos, armó el contraataque por primera vez en la noche y ensayaron una pequeña reacción que obligó por primera vez a Sergio Hernández a pedir minuto cuando con un parcial 4-0 se puso 8 abajo (30-22). Pero el ingreso al campo de Paolo Quinteros fue decisivo y con 2/2 en triples, 2/2 en dobles y 1/1 en libres sumó 11 puntos y abrió la defensa del cervecero. Logrippo en el poste bajo seguía lastimando (6 pts) y Osella le dejó su lugar a un intrascendente Mc Cray (2 pts y 3 rebotes). Cuando se consumía el primer tiempo con dos contraataques, Estudiantes se fue al descanso largo con la máxima (50-37) y parecía que la historia del lunes se repetía.
Las respuestas quilmeñas llegaron con un cambio a defensa combinada (zona triángulo y persecución individual sobre Quinteros y Ginóbili) que maniató la iniciativa del “bata”. Quinteros sin espacios para tirar sólo sumó 5 en el parcial, pero especialmente entre Mc Cray, Osella y Logrippo anotaron 2 puntos, ya que no tuvieron espacios para moverse. En ataque Quilmes supo aprovechar la buena defensa y con 10 puntos de Pablo Gil y la “reaparición” de Boozer con 10 pts y 3 rebotes acortaron diferencias. A falta de 2 minutos la diferencia era de 11 (65-54) pero Ruiz Moreno perdió dos balones, Quilmes se hizo fuerte en su canasto y metió un parcial 9-1 para entrar al último chico sólo abajo por tres (66-63)
Y en el arranque el equipo de Oscar Sánchez después de mucho remar, llegó a igualar la línea del local en 66 con una jugada de doble y foul de Pablo Gil. El partido se tornó altamente emotivo y fue gol a gol. Sebastián Ginóbili (12 pts) sacó la cara por un Estudiantes que perdió el patrón de juego mientras que Quilmes seguía aprovechando el goleo de Gil (25 pts). A falta de 4:12 Bellón cobró la quinta falta de Daniel Farabello cuando en realidad fue un evidente foul en ataque de Ginóbili. En la jugada siguiente el árbitro Marcelo Latorre se apiadó de Quilmes y lo sacó del juego a Paolo Quinteros al cobrarle la quinta por un foul ofensivo sobre Ibarra, tan dudoso como la quinta de Lamont Boozer que vendría 10 segundos después por una cortina en movimiento. Quilmes, sin el estandarte y sin americano, el local sin el goleador y el tanteador que favorecía a Estudiantes por tres (81-78).
Es entonces, que apareció el equipo de “Hombres” que marca el sello de este Quilmes. Matías Ibarra tomó decisiones con el aro, Horvath escondió la pelota y apareció el capitán Diego Cavaco para meter 9 puntos casi consecutivos. A esta altura la pelota pesaba mucho en el local y sólo Ginóbili tenía respuestas. Arce se hizo gigante en defensa y luego de sacar cuatro puntos de diferencia (88-84), a falta de 45 segundos, el local empató en 88 con un doble de Gaby Díaz y dos libres del “Sepo”, pero en la definición Cavaco entró como una saeta por el eje, tiro un ganchito y lo puso dos arriba, en la contra Logrippo se comió un penal sin arquero y Cavaco desde la línea lo puso arriba por cuatro. El triple a la carrera de Ginóbili no entró y el rebote de Arce se quedó con las esperanzas olavarrienses y el festejo quilmeño.
“Tenemos sangre en las venas y unos huevos increíbles”, sentenció el técnico Oscar Sánchez ni bien terminó el partido. Después no dijo nada más, y se fundió con el resto de la gente de Quilmes que desataron un carnaval en las tribunas. Aunque el plano consciente diga que todo puede pasar y que la serie está muy pareja, el subconsciente sabe que Quilmes se debía una victoria de visitante así. Con el corazón, para seguir creyendo que todo esto, no es puro cuento.
Pablo Tosal
Estudiantes O (88) : S. Ginóbili (19), L. Ruiz Moreno (6), G. Díaz (6), D. Logrippo (22), D. Osella (17), formación inicial; P. Quinteros (16), D. Mc Cray (2) y L. Drazeta. Entrenador, Sergio Hernández.
Quilmes (94): M. Ibarra (15), D. Farabello (19), D. Cavaco (13), L. Boozer (18), O. Arce (4), formación inicial; P. Gil (25), F. Horvath y L. Cequeira. Entrenador, Oscar Sánchez.
Cuartos: Estudiantes, 26-16, 50-37 y 66-63.
Arbitros: Eduardo Bellón, Pablo Estévez y Marcelo Latorre.