Un gran recibimiento le dio la afición liberteña al plantel profesional de basquet que está disputando la serie final de la séptima edición de la Liga Sudamericana, anoche, tras su regreso desde Río de Janeiro. El arribo a Sunc
Autor:Florencia Cordero
Con gran algarabía la muchedumbre recibió al micro que en su parte delantera exhibía una bandera argentina, e inmediatamente se formó una larga caravana que recorrió bulliciosamente las principales calles de la ciudad antes de detenerse en la sede del club. Allí esperaban a los jugadores otro numeroso grupo de hinchas, además de dirigentes y familiares, quienes los recibieron con muestras de júbilo.
La fiesta continuó en el antiguo salón gimnasio, en donde Libertad obtuvo el ascenso a la elite del basquetbol nacional, hace cuatro años. Una vez que los jugadores descendieron del micro, cientos de hinchas entonaron cánticos mientras hacían flamear sus banderas.
Entre saludos a sus seres queridos y a los simpatizantes, los jugadores fueron manifestando sus impresiones y deseos. Con muestras visibles de cansancio, uno de los más vivados, Esteban “Gallo” Pérez pidió en voz alta y con su pequeño hijo Joaquín en brazos, que Libertad tenga la suerte necesaria para obtener el título subcontinental, uno de los máximos logros a los que puede aspirar cualquier institución deportiva.
Como era de esperarse, no faltó el ya clásico cántico “Ceruti no se va”. El jugador agradeció emocionado el gesto de los simpatizantes que lo tienen como un verdadero ídolo, ya que lo siguen desde sus inicios en las divisiones inferiores del club.
Otro de los jugadores aurinegros históricos, Jorge “Chino” Benítez hizo gala de una alegría incontenible que contagió al resto de sus compañeros y a los simpatizantes.
La numerosa hinchada liberteña está acostumbrada a las grandes emociones. Desde el ascenso a la Liga Nacional “A”, en mayo del 98, gozó y sufrió dos finales, la del año anterior, ante Estudiantes de Olavarría por el torneo nacional y ésta, frente al Vasco da Gama, por el campeonato sudamericano. Sin embargo, nadie puede acostumbrarse a hitos como el que hoy vive el plantel aurinegro y la de ayer fue probablemente una de las bienvenidas más calurosas que el público le dio a sus jugadores en la rica historia del club.
Liberteños de todas las generaciones fueron partícipes de un hecho mágico e histórico, en donde la expresión “agradecimiento”, fundió todas las sensaciones y sentimientos.
Sin embargo, el plantel no tendrá mucho tiempo para celebrar, puesto que hoy mismo retomará los entrenamientos ya que faltan pocos días para dos choques que podrían ser decisivos a la hora de obtener el anhelado título sudamericano. El técnico Daniel Rodríguez sabe que Vasco da Gama llegará dispuesto a llevarse como sea un juego que le permita tener la chance de definir como local. Por eso, y a pesar de la enorme alegría que prevalece en los miembros del plantel, la concentración es máxima.