En los tiempos del Imperio Romano, el nombre identificaba a un poderoso gladiador. Las hazañas de ese hombre inspiraron a varios rafaelinos quienes fundaron Ben Hur el 17 de junio de 1947. Hoy, casi 55 años...
Autor:Marcelo Fredotovich
Siguiendo con la tradición, el equipo mostró el corazón de un luchador y liquidó la final en una de las canchas más difíciles. La victoria por 101-90, en Junín, completó la barrida ante Ciclista (3-0) y desató un festejo que se prolongó hasta la madrugada en Rafaela. Cerca de 800 hinchas se juntaron en el estadio 17 de junio para ver el partido en pantalla gigante y gozaron con el histórico momento. La fiesta siguió en el centro y ayer a las 20.10, cuando arribó el micro, cerca de 4.000 de las 80.000 personas que tiene la ciudad salieron a la calle, a pie o en auto, para saludar al plantel.
Un premio merecido. Este ansiado ascenso tiene mucho de causalidad y nada de casualidad. Ben Hur lo viene persiguiendo desde que arribó al TNA, en el 95. Ya en la primera campaña sorprendió llegando a la semi —cayó con Obras—, pero en sus siete temporadas esa instancia se transformó en una pesadilla. Las cuatro veces que avanzó quedó en el camino, incluso en la 98/99 cuando se adelantó 2-0 ante Quilmes pero terminó 2-3.
En esta temporada fue diferente. Tras un inicio con dudas, con dos derrotas en tres partidos, los rafaelinos finalizaron terceros en la Zona Norte con marca de 8-4 y arrasaron en el TNA-1: 10-2. En playoffs alcanzaron su más alto nivel. Superaron 2-1 a Madryn y ante La Unión espantaron fantasmas con un categórico 3-0. Ciclista tampoco fue rival en la final.
“La mayor virtud resultó la humildad del grupo. Nunca se creyó más que nadie y su única cábala fue el trabajo. Eramos candidatos a priori, pero nos ganamos la chapa de favoritos y la bancamos. La dirigencia también hizo un gran esfuerzo. Mantuvo a un extranjero de primera como Damian Cantrell en tiempos de una crisis grave”, le explicó Walter Storani a Olé en el viaje hacia Rafaela.
La Queca se consolidó como el mejor pivote nacional y formó un dúo letal con Cantrell bajo el aro: promediaron 37.3 puntos y 16.3 rebotes en playoffs. El perímetro, con Fernando Posetto en la base, Alejandro Coronel de escolta y Edgardo Agudo como alero, tuvo variantes para formar un equipo equilibrado. “La clave fue que todos aceptaron sacrificarse por el equipo”, resaltó Guillermo Narvarte, el entrenador que fue elegido el mejor en tres temporadas por sus colegas. “Igual, ningún premio se compara con subir a la Liga. Hace cuatro años que lo estaba esperando”, completó.
El club, que es apoyado por una poderosa entidad financiera (Asociación Mutual), tiene 10.000 socios y un presupuesto cercano a los $ 350.000, ya se prepara para la Liga. “Hace años que estamos construyendo un estadio para 3.000 personas y le falta un 25%. Lo terminaremos a tiempo. El ascenso nos llega con naturalidad. Estamos preparados”, aseguró el presidente Fernando Muriel. En Ben Hur se puede confiar.