La Selección Nacional de Rubén Magnano aplastó a Uruguay ganándole por 115-65 en el primer partido amistoso previo al Mundial de Indianápolis en Estados Unidos. El colmado estadio “Carlos Cerutti” en Córdoba...
Autor:Florencia Cordero
Los 50 puntos de diferencia que estableció anoche Argentina ante Uruguay, fueron el fiel reflejo de la distancia existente entre un equipo que llegará a Indianápolis con el desafío de meterse entre los mejores del mundo, y otro que ni siquiera clasificó para la máxima cita mundialista y se armó de última para hacer frente a este amistoso.
El 115 a 65 con que la selección nacional apabulló a su rival constituye, además, la mayor goleada en el historial entre ambos países, superando los 40 puntos que estableció en el último Premundial de Neuquén, cuando el equipo argentino se impuso 103 a 63.
Salvo el primer cuarto, cuando el conjunto visitante complicó desde el perímetro vía Martín Osimani y Claudio Pereyra, el partido resultó un trámite para el local.
Fue durante esa primera parte cuando Argentina mostró que todavía le falta trabajo para hilvanar correctamente sus ataques fijos, porque Uruguay, con un equipo mucho más bajo, se las ingenió para neutralizar la indudable superioridad física y técnica del equipo que conduce Rubén Magnano y se fue al primer descanso sólo cinco puntos abajo (25-20).
Argentina comenzó a quebrar el juego con el inicio del segundo, cuando sus internos Fabricio Oberto y Luis Scola comenzaron a ganar seguido en la zona uruguaya y estiraron la diferencia a 15 (49-34) a los 7 minutos 14 segundos del parcial, que finalizó con una distancia aún mayor: 57 a 39.
A partir de entonces, fue todo para Argentina. No bajó nunca su intensidad defensiva y buscó el lucimiento de algunos hombres. Fue bueno lo de Federico Kammerichs y lo de Andrés Nocioni. Emanuel Ginóbili, cargado con cuatro faltas desde el segundo, sólo mostró algunos chispazos. Uruguay, apelando a su tradicional garra (a veces fuera del límite reglamentario), sólo se debatió para que el marcador no muestre una cifra de catástrofe.
El primer ensayo de cara al Mundial fue un paseo y todavía falta para que el equipo luzca como el año pasado. Pero ya está en camino.