Victoriano ya puede hablar de Indianápolis

-Te tenías confianza...

-Estaba confiado porque había trabajado bien aunque la decisón del entrenador era la que influía y no tanto el juego. Por suerte me eligió a mí. Al no haber jugado un Premundial bueno el año pasado estaba en la lupa de mucha gente, de la prensa y de todos para ver cómo era mi rendimiento y creo que ha sido positivo y me permitió que el entrenador vuelva a confiar en mi juego.

-¿Cómo viviste los días previos a la decisión final?

-Estabamos mirados con lupa cinco jugadores, creo que a los demás ni se los analizaba como jugadores. No fuimos los catorce jugadores vistos igual en cada puesto. Siempre miraban y decían: “Farabello jugó peor que Lucas o Lucas jugó peor que Farabello; pueden cortar a este o pueden cortar a aquel”.

-¿Te molestó eso?

No, pero un poco influenciaba en el tema de la ansiedad. Después, a la hora de pensar en quién van a cortar, uno más o menos se imaginaba. Pero cualquier corte era injusto porque los 14 merecíamos estar en el Mundial. Fue todo muy parejo. Hoy estoy contento conmigo porque pude entregarles al entrenador y a mis compañeros una confianza que no había podido darles el año pasado, y triste porque Daniel y Federico son unos fenómenos, nos llevamos muy bien entre todos y lamentablemente no van a poder seguir con nosotros.

-¿Hablaste con Farabello?

-No hace falta. Daniel sabe cual es mi pensamiento. No sólo el mío sino el de Pepe, el de Alejandro y el de todo el equipo. Seguramente cuando nos veamos nos vamos a pegar un abrazo enorme y voy desearle lo mejor para que esto sea lo menos doloroso posible y estoy seguro de que él por su manera de ser dentro de muy poco ya va a estar nuevamente en lo más alto.

-¿Qué soñás para el Mundial de Indianápolis?

-Después del sabor amargo que me dejó el Sub-22 cuando terminamos cuartos inmerecidamente, hoy quiero terminar el Mundial donde me merezca estar de verdad. Si me merezco estar en el puesto doce porque jugamos mal, estaremos en el doce; y si me merezco estar tercero, quiero terminar tercero. No quiero merecerme estar tercero y salir octavo.

-Te queda tiempo suficiente para tomar revancha...

-Sí, pero ya era hora de revancha. Somos ocho Sub 22 que estamos. Y eso no lo olvidamos más. Lo tenemos en la cabeza y sabemos que en algún momento tenemos que sacarnos eso de encima y por qué no este Mundial. Somos bastante jóvenes, podemos pensar en el próximo pero en este Mundial podemos ir a pegar un golpecito.

-¿A qué le temés en el Mundial?

-A nosotros mismos. A que nos mareemos, a que empecemos a pensar en que ganamos partidos antes de jugarlos, a que creamos que un jugador solo puede ganar partidos. El equipo es el que nos trajo hasta acá, el que nos hace jugar, el que nos lleva para todos lados, el que te hace famoso, el que trabaja con hulmidad y sacrificio. El peor rival va a ser nuestra concentración, nuestra entrega, nuestra humildad.

-¿Cuál fue la sensación cuando te confirmaron que estabas definitivamente en el equipo?

-Un cierto alivio porque he pasado estos días bastante nervioso sabiendo que me jugaba algo importante. Me estaba jugando un sueño que es jugar el Mundial ya que el año pasado no habia podido estar. Necesitaba la confirmación del entrenador por el hecho de la confianza. Me sentí dentro del equipo cuando en los últimos tres minutos me dejó en la cancha y me demostró ahí que me tenía confianza. Cuando me lo dijo fue un alivio y me acordé también de cómo me banca mi familia y mis amigos que en las malas también estuvieron al lado mío.

Florencia Cordero

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